En tiempos donde la actividad política se encuentra sumida en el fango de la desconfianza y el desprecio ciudadano, lo que se refleja en cada una de las expresiones ciudadanas de los últimos meses, el Parlamento intenta hacer frente a la situación con su primera cuenta pública en sus 165 años de funcionamiento (descontando los 17 años de la dictadura).
La cuenta pública se institucionalizó a través de la ley que se aprobó en junio pasado y establece que el Parlamento, al igual que el resto de los Poderes del Estado, debe rendir cuentas ante el país. Siempre en este tipo de hechos existen curiosidades, como que esta ley tiene su origen en una moción presentada por los senadores Hernán Larraín y Andrés Zaldívar, y de los ex senadores Camilo Escalona y Jovino Novoa, éste último imputado en el caso Penta por ser coordinador de la red de entrega de facturas ideológicamente falsas con el fin de financiar campañas políticas a través de fraude tributario.
Cabe destacar que en las últimas encuestas los indicadores de aprobación de la gestión del Congreso son paupérrimos. Según la última encuesta Adimark la tarea del Parlamento promedia el 78% de desaprobación y el 15% de aprobación, a pesar de los cual no se perciben cambios ni intenciones por parte de los parlamentarios de modificar prácticas relacionadas con la escasa transparencia de sus acciones o con abrir el espacio para la participación de nuevos actores.
¿Qué piensan en el parlamento de la esta instancia?
Para el presidente de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez (PPD) «esta va a ser una cuenta pública institucional, eso significa que van a haber autocríticas de lo que ha sido el trabajo, el cómo se ha desenvuelto el Congreso Nacional en el contexto de la dificultad que viven las instituciones de la democracia desde principios de este año».
A su vez el presidente del Senado, Patricio Walker (DC), expresó que la crisis política-institucional que vive el país es el momento para «poder aprovechar esta crisis de confianza como una oportunidad para fijar una nueva hoja de ruta que nos permita avanzar, especialmente, en modernización legislativa y probidad y transparencia”.
“Yo era de las partidarias de que esta cuenta pública fuese obligatoria para cada uno de los parlamentarios en sus distritos, con sus respectivos electores. Personalmente, lo hago, de hecho cada semestre hago una cuenta pública, además de cuentas públicas locales con las unidades vecinales, que las hemos transformado en parlamentos barriales, donde no solamente damos cuenta de la labor parlamentaria que estamos cumpliendo, sino que también recogemos ideas de nuestros vecinos para transformarlas en proyectos de ley, o transformarlas en proyectos de resolución, o fiscalizaciones que son el rol que nos compete como parlamentarios” señala la diputada PC Karol Cariola.
Mientras el diputado de Revolución Democrática Giorgio Jackson señala que “Nunca uno puede estar en contra de que se haga una cuenta y una rendición, en este caso de un poder del Estado, y de una Cámara, pero a mí me parece que adonde se debiese avanzar es a la obligación de que cada parlamentario tenga que rendir cuentas en su distrito, ante sus votantes y ante el país para contar cuáles han sido algunos de los criterios básicos: asistencia, cómo se ha votado, el trabajo distrital, cómo se han rendido los recursos”.
Para el diputado DC, y ex ministro de Transportes del primer gobierno de Bachelet, Sergio Espejo, esta cuenta pública “le da más prestancia (al parlamento) porque nos obliga a explicitar los avances legislativos, pero también las dificultades o los avances que como corporación se están produciendo, no sólo lo que uno individualmente como parlamentario está gestionando, promoviendo o defendiendo”.
Finalmente el ex diputado y actual secretario general de RN, Mario Desbordes, agrega que “deberíamos establecer una obligación legal de que el parlamentario, más allá del acto de juntarse con cien personas, tenga que entregarle a la comunidad, igual que cuando uno hace campaña, una rendición de cuentas sobre lo que ha hecho, cuánto ha asistido, qué propuestas ha hecho, qué cosas está defendiendo, porque finalmente estamos confundiendo la labor del parlamentario con la labor del alcalde”.