Encuentran a soldado perdido en la selva: Confiesa que bebió su propia orina y comió tortugas crudas

Lo encontraron después de 23 días perdido en la selva.

Un joven soldado colombiano de nombre Yefer Orlando Sánchez Fonseca se perdió en la selva durante 23 días, y ha revelado que bebió su propia orina, comió una tortuga cruda y se mantuvo entretenido cantando sus canciones favoritas de rap.

Más tarde colegas lo encontraron más tarde «sano y salvo» en la densa selva tropical del departamento de Meta central de Colombia, después que se separara de su grupo el 5 de marzo durante un control militar en la zona,  notoriamente plagado de grupos armados, entre ellos la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Lo regresaron en helicóptero.

Una búsqueda a gran escala se llevó a cabo por el ejército después de su desaparición y en un comunicado oficial se describió cómo más de 500 hombres del ejército nacional participaron en la búsqueda, incluyendo a la vigilancia aérea de la Fuerza Aérea Colombiana.

Sánchez fue finalmente encontrado por el soldado Carlos Enrique Tunubalá. Él dijo: «No tenía ningún alimento ni agua consigo, sólo un arma de fuego, municiones, un casco, algunos explosivos y un machete».

El soldado hambriento describe que él estaba al final de un grupo de cuarenta soldados y que se detuvo por un segundo y perdió su camino. Él dijo: «Gracias al entrenamiento de supervivencia aprendí lo que podía comer». Sánchez dijo que trató de beber su propia orina sin éxito y que se comió una tortuga (Chelonoidis carbonaria) Morrocoy.

Lo encontraron sin comida ni agua.

Él soldado dijo: «Se cruzó en mi camino y tuve que aprovechar. Tenía que comer cruda, pero estaba realmente muy hambriento». Asimismo confesó que se mantuvo entretenido cantando sus canciones favoritas de rap, algo por lo que lo conocen muchos de sus colegas.

También describió cómo había tratado de salir de la selva, pero que se había encontrado con guerrilleros de las FARC, qy que se las tuvo que arreglar para poder esconderse de ellos. «Casi no pude dormir, me quedé pegado a mi arma, siempre alerta», finalizó.