El llamado Centro de Estudios Públicos CEP, es una fundación privada o « Think Tanks » (como se les llama actualmente) del mundo conservador-liberal y reaccionario chileno. Muchos de sus miembros se sienten los herederos políticos de la dictadura de Pinochet.
Concebido como un espacio de estudio y análisis en la formulación y puesta en marcha de las políticas públicas de la derecha en Chile, el CEP se ha concentrado en la reflexión y transmisión del pensamiento liberal y ultra neoliberal en el cono sur.
Es así como se ha convertido en un referente del pensamiento del pinochetista cuyo depositario mayor es la Alianza por Chile, representada por la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN).
Dicha entidad acaba de dar a conocer la última encuesta o sondeo, en donde al igual que otras entidades del mismo carácter, ligadas a la extrema derecha y derecha moderada, han venido imponiendo la agenda política chilena, y quienes deben ser los candidatos presidenciales para las elecciones a realizarse en diciembre del 2009, de igual forma como hicieran con las elecciones presidenciales pasadas.
De todas las encuestas y sondeos realizados hasta ahora, no existe ninguna en donde se diga que el próximo mandatario vaya ser Ricardo Lagos, José Miguel Insulza, Eduardo Frei o, incluso, Soledad Alvear. Todas en mayor o menor medida indican al representante del pinochetismo como el próximo presidente del país. Es más, los presuntos candidatos presidenciales de la izquierda chilena, prácticamente no son mencionados en las encuestas. Lo que refleja el alto grado de manipulación, distorsión y tergiversación de la realidad política nacional que muestran dichas sondeos.
En la última encuesta divulgada hace algunos días atrás, Insulza, cuya candidatura es apoyada por el Partido Socialista chileno, alcanzó el 23 por ciento de las intenciones de voto, contra el 44 por ciento que logró el candidato único de la derecha opositora, el multimillonario empresario y especulador financiero Sebastián Piñera.
El Centro de Estudios Públicos (CEP), mostró además que la opción de Insulza es la más débil dentro del oficialismo chileno, conformado por cuatro partidos que aplican políticas de centro derecha y que en lo que respecta a políticas económicas no se diferencia en nada de lo que presuntamente vaya hacer el pinochetismo en un presunto gobierno encabezado por el especulador financiero Sebastián Piñera. Cabe agregar que Insulza aún no se ha declarado candidato presidencial, manteniendo en una ambigüedad absoluta su presunta postulación presidencial, pues el Secretario General de la OEA no “quiere perder pan ni peazo”. Insulza deberá decidir antes del próximo 26 de enero su postulación, fecha en que se vence el plazo para inscribir las candidaturas en el país sudamericano.
En la coalición de gobierno, el ex presidente Eduardo Frei, que en última instancia se tuvo que ver en la obligación de apoyar el partido Demócrata Cristiano, se impondría con un presunto 37 por ciento de las preferencias sobre un 28 por ciento de Insulza en las primarias de abril que definirán al candidato de la Concertación, según mostró el sondeo. Lo cierto es que los sondeos y encuestas buscan imponer a Eduardo Frei como el contrincante del magnate del río Mapocho chileno, en las presidenciales del presente año.
Cabe destacar que en actual momento político que vive Chile, ninguno de los candidatos en disputa, ya sea de la Concertación o la Alianza por Chile, son del atractivo de la ciudadanía y del electorado. Vale decir que Frei, Insulza y Piñera, no logran concitar un apoyo significativo a sus respectivas candidaturas.
Ahora en la intención de voto que reflejan dichos sondeos, el candidato del pinochetismo obtiene en esta última encuesta (CEP) un apoyo real del 35%., otras encuestas le dan un promedio del 37%. En cambio cualquiera sea el candidato de la Concertación, éste obtendría un apoyo del 47% de los sufragios. De allí que el candidato del pinochetismo no las tiene todas consigo, además este no logra subir más en las encuestas, manteniéndose estancado y con posibilidades reales de ir en un camino decadente.
Ahora en un escenario de segunda vuelta, el candidato del pinochetismo no tendría ninguna chance de ser primer mandatario. Ello debido a que lo más probable es que el pacto Juntos Podemos Más, un sector del PRI y de ChilePrimero, votarían por el candidato de la Concertación alcanzando un apoyo electoral de alrededor del 54% de los sufragios.
Este porcentaje es avalado además por las elecciones municipales últimas, en donde la coalición de gobierno desde el punto de vista cuantitativo sigue siendo la primera fuerza política del país. Hay que recordar que con todo el descalabro, la erosión y confrontación interna que vive la Concertación, en las municipales se expreso el voto duro de apoyo a dicha coalición, obteniendo una votación del 45%, mientras que la Alianza por Chile obtuvo el 35,99% de los sufragios. En este sentido las matemáticas no mienten y el panorama electoral para las presidenciales del presente año (diciembre) no va a variar de forma ostensible, por más que los sondeos y encuestas intenten manipular al electorado, para producir un vuelco en apoyo del pinochetismo, representado por el especulador financiero Sebastián Piñera.
Finalmente para que la coalición de gobierno se pueda mantener por un quinto periodo en el gobierno, será de vital importancia alcanzar un acuerdo o pacto instrumental con el Juntos Podemos Más en el plano de las elecciones parlamentarias, para que en una presunta segunda vuelta presidencial, dicho pacto se incline por el candidato de la Concertación, generando así un nuevo escenario político en el país.
Lo que no suelen decir las encuestas y sondeos en forma reiterada, es que más del 60% de los chilenos espera cambios profundos en beneficio del desarrollo del país y de las grandes mayorías nacionales. Pues la ciudadanía y los electores se encuentran profundamente decepcionados con las políticas de los consensos y el cogobierno con el pinochetismo. En otras palabras diríamos que el país no quiere más Concertación ni Alianza por Chile, pero como en la nación del cono sur el voto es obligatorio, los chilenos están obligados a expresar sus preferencias por el mal menor.
Mientras en Chile no surja un alternativa progresista, humanista, de izquierda y donde converjan todas las fuerzas democráticas y antineoliberales del país, que exprese la necesidad de cambios reales a favor de la clase trabajadora, los sectores populares y las capas medias empobrecidas, el país seguirá viviendo bajo la óptica de la exclusión, de una institucionalidad fascista y el voto entre dos coaliciones que están ya viejas y desgastadas, pero que expresan la defensa de los intereses económicos del neoliberalismo, las trasnacionales y la oligarquía económica y financiera del país.
Con todo, la correlación de fuerzas aún están a favor del cambio, de las ideas progresistas, humanistas, de izquierda, demócratas, antineoliberales y ecológicas del país, que no optan por los herederos políticos del pinochetismo, representados por la Alianza por Chile y su candidato magnate.
Eduardo Andrade Bone