La empresa Enel Distribución reportó más de 800 casos de robo de cables en la región Metropolitana durante el 2023, registrando un aumento del casi 10% de este delito en comparación con el 2022.
Mediante un comunicado — publicado por 24Horas—, la empresa reveló que entre enero y diciembre se sustrajeron 68 toneladas de conductores, equivalente a más de 64 kilómetros de red.
«Lo anterior significó para la compañía destinar cerca de $2.900 millones a atención de fallas y restitución de cables», enfatizó.
Este delito dejó un saldo de más de 266.000 clientes afectados por la falta de suministro, así como cuatro personas fallecidas por electrocutarse mientras cometían el delito.
La zona más afectada fue Santiago, donde se reportaron 351 casos de robo de cables, seguido de Recoleta con 188 casos y Providencia con 48 reportes.
En el texto, la empresa manifestó su preocupación, no solo por las afectaciones que se registran para la calidad de vida del chileno, sino también los grandes riesgos que representan este delito.
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«Nos preocupa el aumento asociado al robo de cables eléctricos, no solo porque afecta la calidad del servicio eléctrico de la comunidad, sino porque se trata de acciones delictuales que implican un grave riesgo para las personas, ya sean vecinos, nuestros trabajadores en terreno o los propios autores de estos ilícitos. Como empresa, no podemos evitar directamente estos delitos, sin embargo, realizamos acciones para limitarlos resguardando nuestras instalaciones y manteniendo comunicación permanente con autoridades», indicó Víctor Tavera, gerente general de Enel.
Por esta razón, instaron a la creación de un proyecto de ley que prohiba la compra y venta de cobre producto del roo de cable.
En esta ley, además, se debe establecer las responsabilidades correspondientes para aquellos que cometan este delito.