«En las primeras filas han puesto a buenos candidatos: héroes de guerra y activistas con una buena reputación. Pero detrás de ellos en las listas electorales había un montón de hombres de negocios. Según mis fuentes, los escaños parlamentarios fueron comprados a un precio de entre tres y diez millones de dólares para el mandato», comenta Tomas Fiala en relación a las elecciones parlamentarias del año pasado en Ucrania, en declaraciones al periódico ‘Der Spiegel’.
Según Fiala, el presidente de Ucrania, Piotr Poroshenko, y el primer ministro vendieron escaños con el objetivo de financiar su campaña ya que Arseni Yatsenyuk «no tenía dinero propio», y el mandatario «prefiere no tocar su capital».
«Estos hechos son bien conocidos en Ucrania. En las conversaciones privadas los reconocen ambas partes, tanto los compradores como los líderes de los partidos. Si la Fiscalía General fuera independiente de la influencia política, entonces sería fácil de verificar estas acusaciones», asegura Fiala, que califica al primer ministro Arseni Yatsenyuk de «producto del viejo sistema» que no parece tener la voluntad de hacer cambios en el país.