El jefe de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., Scott Pruitt, fue encarado por una ciudadana en un restaurante quien le solicitó que renunciase al cargo por inepto. Lo que pone otra vez en el tapete a este funcionario del gobierno de Trump envuelto en una serie de polémicas.
“Solo quería pedirle que renuncie por lo que está haciendo con el medio ambiente», dijo el lunes Kristin Mink a Pruitt a su salida de un restaurante, en referencia a las promesas del funcionario de flexibilizar las regulaciones ambientales a favor de las empresas contaminantes.
“Le exhortaría a renunciar antes de que sus escándalos le obliguen a hacerlo”, repite la mujer a Pruitt, haciendo referencia a una serie de sucesos que le rodean, como supuestamente haber usado su cargo para buscar empleo para su esposa.
El jefe de Medioambiente, Scott Pruitt, que está siendo investigado por su gestión, supuestamente se sirvió de su puesto para buscar trabajo a su mujer con una compañía de comida rápida.
Según publicó, «The Washington Post» una ayudante del director de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) escribió un correo electrónico a la dirección de la empresa de comida rápida Chick-fil-A preguntando si podrían acordar una cita con «el administrador» y discutir «una potencial oportunidad de negocios».
En declaraciones al periódico, una representante de Chick-fil-A confirmó que el objetivo de la llamada era dejar claro el interés de su mujer en convertirse en una franquiciada de la entidad, pero finalmente no abrió ningún restaurante.
Este funcionario está siendo investigado por distintas instituciones, incluida la Casa Blanca, por su gestión al frente de la EPA, el dispendio de dinero público y supuestos conflictos de intereses tras llegar al cargo.
En los últimos dos meses, a Pruitt se le investiga por el alquiler de un apartamento muy por debajo del precio de mercado, propiedad de una representante de la industria fósil , viajes en primera clase y en aviones militares, la supuesta intervención de un «lobby» para acordar un encuentro con el Gobierno de Marruecos y subidas opacas de salarios a asesores personales.
Las polémicas actuaciones han generado un gran rechazo de organizaciones medioambientales pero también de algunas voces republicanas como la senadora Joni Ernst, que señaló que Pruitt está «cada vez más enfangado».
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, también vivió una situación así cuando fue expulsada de un restaurante en Virginia (vecino a Washington).
Además, el asesor del presidente Stephen Miller le llamaron “fascista” en un establecimiento mexicano del centro de la capital estadounidense. Y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, salió corriendo de un restaurante mexicano donde cenaba cuando manifestantes entraron al grito de “¡vergüenza!”.