A sólo ocho días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la candidata demócrata, Hillary Clinton, pierde fuerza por el nuevo estallido del escándalo de los correos electrónicos.
La investigación anunciada por el FBI por los nuevos correos descubiertos cuando Clinton fue secretaria de Estado, implicarían al marido de una de sus asesoras, investigado por enviar fotografías obscenas a una menor.
FOTO: Arsenal
Se trata de decenas de miles de mensajes en una computadora perteneciente a Anthony D. Weiner, excongresista por Nueva York y esposo de Huma Abedin, una de las principales asistentes de la también exsenadora.
Weiner estaba bajo investigación por sus supuestos intercambios de contenido sexual por vía electrónica con una menor de 15 años en el estado de Carolina del Norte, y hace casi un mes agentes del FBI ocuparon su laptop, el celular y otros equipos personales. Abedin se separó de Weiner en agosto tras conocer estas actividades de su cónyuge.
En una carta al Congreso, el director del FBI, James Comey, afirmó sentirse obligado a tomar las medidas apropiadas para permitir a los investigadores revisar estos textos, determinar si contienen información clasificada y valorar su importancia.
Un nuevo palo a las ruedas para la candidatura demócrata, que le pasa factura y da alas a su rival republicano, Donald Trump, quien tomó de inmediato el asunto y expresó que finalmente se hará justicia tras la decisión del FBI.
El jefe del FBI no escucha a la Fiscalía
El departamento de Justicia de los Estados Unidos aconsejó al director del FBI, James Comey, que no hiciera pública la reapertura de la investigación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, tras la aparición de nuevas pruebas. Tres altos cargos le indicaron que este paso se saltaba la norma de no divulgar informaciones en curso y que rompía con la tradición de la agencia de no interferir en los procesos electorales.
Comey no siguió el consejo y mandó una carta a los congresistas para anunciar su decisión de volver a investigar a la candidata demócrata, a pesar de que desconoce aún el alcance de las pruebas.
Justo ahora los agentes han pedido permiso al juez para leer los mensajes. Por ahora no se sabe cuándo obtendrán la autorización, pero es imposible que la investigación esté lista antes de que se celebren las elecciones, aseguran las autoridades.
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