En una declaración transmitida por la cadena inglesa BBC, el movimiento por la independencia del País Vasco anunció el cese de las acciones armadas y apeló al Gobierno español por el establecimiento de “mínimos democráticos” para el inicio de un proceso institucional. En la declaración, ETA informó que hace ya varios meses decidió no realizar más acciones armadas ofensivas.
«Para llegar al escenario de un proceso democrático resulta imprescindible dar pasos firmes como Pueblo. Resulta necesario fijar el proceso para dar la palabra al Pueblo. Porque será cuando los derechos del Pueblo Vasco sean reconocidos y garantizados cuando se abra la puerta de la verdadera solución al conflicto. Se reafirma el compromiso con una solución democrática para que, a través del diálogo y la negociación, los ciudadanos vascos podamos decidir nuestro futuro de forma libre y democrática», insistieron los tres militantes de ETA en el comunicado.
Este cese al fuego está enmarcado en el cambio de táctica que la izquierda abertzale ha adoptado. El grupo armado sostiene que los largos años de lucha han cimentado las condiciones políticas necesarias para dar este giro hacia un proceso democrático, y que la decisión había sido adoptada tras un largo periodo de reflexión dentro de la izquierda vasca. En una declaración dada por la ilegalizada Batasuna, brazo político de la ETA, se sostuvo que «se están abriendo ya las puertas a un escenario que permita la superación de la actual realidad de bloqueo, violencia, represión y conculcación de derechos democráticos y nacionales».
La declaración fue acogida con reticencia y “prudente esperanza” por parte de las figuras políticas españolas e internacionales. El ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, declaró que el Gobierno se encontraba escéptico frente a las declaraciones, afirmando que no variarían en nada su “política antiterrorista». El personero insistió en que el Gobierno español no negociaría con “terroristas” ya que «ETA mata para imponer y por tanto, no se puede dialogar. Y por eso el Estado le va a decir una y otra vez no, no, no».
Por otro lado, la Comisión Europea se declaró esperanzada. «Como en anteriores ocasiones, por supuesto, nos da motivos para una esperanza prudente y seguiremos de cerca los acontecimientos», señaló Pia Ahrenkilde, portavoz de la comisión.
Para el mediador entre las dos partes, el sudafricano Brian Currin, la decisión es un gran suceso histórico, “no tanto por la declaración de un alto el fuego, sino más bien por el hecho de que su decisión de no realizar acciones armadas es incondicional y unilateral y, por otra parte, es una respuesta y una consecuencia del liderazgo político de la izquierda abertzale y de la voluntad expresada por el pueblo vasco. Esto, en sí mismo, es una victoria para la política y la democracia”, afirmó el abogado.
Por Sebastián Fierro
El Ciudadano