El conflicto entre el pueblo palestino y las fuerzas de seguridad del Estado de Israel se ha desarrollado durante muchos años y ha sido cubierto profusamente por los grandes medios de comunicación. Sin embargo, muy poca gente es capaz de explicar la situación actual que se vive en los territorios palestinos o de dar cuenta de las diferentes facciones existentes, así como de las consecuencias de los actos realizados por el ejército de Israel.
En un año marcado por el reinicio de la construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados, los ataques y bombardeos de la Franja de Gaza y un nuevo intento de diálogo impulsado por los EE.UU., creemos que se hace indispensable buscar la manera de que sean los mismos protagonistas de esta lucha quienes nos expliquen lo que sucede, buscando de esta forma dar a conocer un punto de vista, el de la resistencia palestina, que es sistemáticamente negado u ocultado por los medios de comunicación oficiales.
Esperamos que esta entrevista, realizada hace algunos meses a Eyad Burnat, coordinador del Comité Popular de B’ilin, cuando las negociaciones de paz entre la Autoridad Palestina y el Estado de Israel recién comenzaban y los nuevos asentamientos en Jerusalén se habían anunciado hace poco, sirva para iniciar una reflexión profunda, y por sobre todo, sirvan para estimular la acción solidaria.
– ¿Cuál es actualmente la situación en los territorios palestinos?
La situación es muy difícil, especialmente después del retorno a las negociaciones directas bajo presión de EE.UU. hacia el pueblo palestino, que es incapaz de entender esta fórmula y qué clase de conspiraciones se hacen en su contra. El pueblo palestino está, en estos momentos, oscilando entre las negociaciones que sabe que son inútiles, y la división interna, que es muy difícil de superar por la influencia decisiva de las potencias extranjeras en los bandos políticos palestinos, lo que incrementa la complejidad de la causa palestina y dificulta las posibilidades de encontrar una solución.
– ¿Qué tan grande es la influencia de Hamas fuera de la Franja de Gaza?
No existe una influencia significativa de Hamas fuera de Gaza, pero hay simpatizantes en Cisjordania que han sido capaces de ganar una mayoría en el Consejo Constitucional. Esta situación se debe al conflicto que sostienen con Fatah en la Franja, y como ustedes bien saben, fuera de Gaza la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene superioridad, o más claramente Fatah. Por esta razón, las actividades de Hamas están casi congeladas, estancadas, en Cisjordania, ni siquiera pudiendo a veces participar en la lucha contra el Muro.
– ¿La ANP tiene autoridad real en Cisjordania? ¿Cómo la ha afectado la decisión del gobierno de Israel de construir nuevos asentamientos en Jerusalén Este?
Creo que tiene un control parcial en ciertos lugares y uno absoluto en las ciudades y sobre las autoridades civiles. Pero la seguridad está en manos de la ocupación israelí y su ejército, el que puede llegar a cualquier lugar de Cisjordania, y sus arrestos y redadas nocturnas ocurren todo el tiempo.
– ¿Qué influencia real tienen los comités populares en Palestina?
El poder de los comités populares está en los territorios en donde se confronta directamente a la ocupación, donde ocurren más protestas, en aquellos territorios donde se sufre más a causa de la ocupación. Estos grupos nacieron del sufrimiento y de la lucha en contra de la injusticia y las amenazas de la ocupación, en contra de nuestra tierra, nuestra vida, y creo que estos comités están creciendo a otras partes de Cisjordania, en donde existen más de 15 además de otros pocos en la Franja de Gaza, que organizan protestas semanales, y seguirán creciendo por la ausencia de soluciones políticas y por la arrogancia de Israel.
– ¿Qué relación tienen los partidos políticos con los comités? ¿En qué medida son independientes?
Los comités populares no son partidos políticos, sino que surgieron de las acciones y de la práctica en el terreno, sin ser creación de ningún partido político. No son entidades cerradas, sino que abiertas a todo aquel que quiera participar de sus acciones y protestas. Nos negamos a aceptar instrucciones de gente que está sentada en sus poltronas, porque todas las poltronas, sin importar lo elevadas que puedan estar, están bajo la tutela de la ocupación. Entonces, debemos unirnos en la lucha, porque nuestras disputas internas nos llevan al fracaso.
Nuestra relación con los partidos políticos está basada en la participación, aquellos que quieran participar de nuestras actividades son bienvenidos, y en el pasado todos los partidos palestinos lo han hecho, transformándose a veces los aniversarios de estos partidos en protestas populares contra la ocupación en B’ilin o en otras partes. Y su participación en nuestras protestas semanales ha sido a todos los niveles: de Fatah, del Frente Popular, del Frente Democrático, del Partido Popular Palestino y de Hamas antes de la separación de la Franja. Todos creen en la resistencia del pueblo de B’ilin y de otros pueblos palestinos.
– ¿Existen contactos con compañeros en Israel, ya sean árabes o israelitas? ¿Se ve posible una cooperación a mediano plazo?
Si, hay contactos continuos y regulares con activistas israelitas. La cooperación está basada en su participación en las protestas semanales organizadas por los comités populares, donde ellos se dividen en varios grupos para participar en todas las manifestaciones, porque su presencia junto a los activistas internacionales, es muy importante, especialmente cuando usan cámaras para registrar la violencia del ejército de ocupación durante las protestas. Además, su presencia ayuda a disminuir la intensidad de la violencia de los soldados.
Por ejemplo, cuando un grupo armado israelita ingresa a una casa para arrestar a alguien o buscar algo, suelen hacer mucho daño a los muebles si es que no hay presencia periodística o de activistas. Nuestra intención es basar la relación con estos activistas en la resistencia a la ocupación y no solamente a través de visitas o buscando la normalización de las relaciones con los israelitas. Nosotros, en los comités populares, decidimos desde el primer día que todo lo concerniente a la resistencia popular será decidido por nosotros y no será impuesto por nadie, y los comités populares van a liderar la lucha.
– ¿Qué opinan en general, los palestinos sobre los activistas internacionales que vienen a apoyar su lucha? ¿Qué opinan de los activistas israelíes como “Anarquistas contra el muro» por ejemplo?
Al principio fue muy difícil convencer a los palestinos de aceptar la presencia de activistas, especialmente si eran israelíes. Pero con el paso del tiempo y con la continuidad de las protestas, y cuando se tuvo mayor certeza de la sinceridad de su solidaridad con el pueblo palestino, su presencia se ha vuelto normal y aceptada, en especial considerando que los activistas internacionalistas y los israelíes deben ajustarse a las costumbres palestinas como parte de su trabajo solidario. Debo mencionar que esos activistas han sido golpeados por el ejército israelí, y muchos de ellos incluso han sido arrestados, encarcelados y hasta heridos o deportados a sus países.
– ¿Qué opinan de la campaña de boicot, la llamada BSD? ¿Consideran que los activistas que los visitan están rompiendo el estado de sitio?
Con la expansión de la resistencia no violenta, considero a la solidaridad internacional como uno de los elementos más importantes para combatir la ocupación. La presencia de activistas internacionales en Palestina es importante, especialmente en las protestas no violentas, como las que ocurren en B’ilin, N’ilin, Massarah, Nabi Saleh y otros lugares. En éstas, reducen la intensidad de la violencia militar de Israel en contra de los manifestantes. También son nuestros representantes en el extranjero. Allá llevan el mensaje de lo que han visto entre nuestro pueblo y ayudan a que este mensaje llegue al mundo entero mediante sus cámaras y su presencia.
Sabemos que la ocupación de Israel se basa en tres pilares que le dan fuerza suficiente para rechazar la implementación del derecho internacional y las resoluciones de la ONU, y para sentirse tranquilos, pese a sus crímenes contra el pueblo palestino.
Primero, está lo militar. Contra éste luchamos con nuestras manifestaciones no violentas, donde junto a los activistas internacionales neutralizamos los armamentos del ejército de Israel que no pueden usar contra manifestantes desarmados. Le hacemos movilizar así a grandes contingentes militares, lo que es muy costoso.
En segundo lugar están los medios. La propaganda de Israel está en todas partes, mostrando a los palestinos como terroristas y asesinos. Mediante nuestra lucha no violenta junto a los activistas internacionales y sus medios, podemos mostrar al mundo lo que realmente sucede, la violencia del ejército de Israel y la falsedad de la propaganda israelí.
El tercero es el pilar económico. La razón de la fortaleza económica de Israel es el apoyo que le brindan los gobiernos y las empresas internacionales, y la penetración de las mercancías israelíes en todo el mundo. El boicot es una manera de luchar contra esto, y buscamos juzgar a las empresas e individuos que apoyen la ocupación. Debemos iniciar campañas de boicot en contra de ellos también, como se ha hecho contra Lev Lee Five en Nueva York y en contra de High Fy en Londres, forzando el retiro de inversiones en Noruega y de la empresa HRC en Holanda y en otros países; el boicot está creciendo en todas partes. Creo que el término de la ocupación vendrá con el aislamiento de Israel y esto puede lograrse con la expansión del boicot a los planos económico, académico y político.
– ¿Qué piensan de la comparación con el régimen del Apartheid en Sudáfrica, es una comparación útil, es utilizada por ustedes o solamente es usada en el extranjero?
Respetamos y sentimos orgullo por todas las formas de resistencia no violentas, sea de donde sean, como las de Gandhi, Martin Luther King, Mandela. Yo creo que el racismo terminará como terminó en Sudáfrica la ocupación terminará, como ha ocurrido en todas partes y este muro caerá como cayó el muro de Berlín. Tengo fe en que este día está cerca.
– ¿Cuál es el rol de los sindicatos israelíes en la lucha contra la ocupación, existe solidaridad de los obreros israelíes, buscan ustedes su apoyo?
Si hablamos de solidaridad efectiva de parte de los israelíes no estamos hablando de más de un israelí de cada mil. Existen algunas organizaciones de derechos humanos como Beet Salim que se interesan en temas legales e intentan frenar o denunciar al menos, las violaciones de los soldados israelíes, pero esto a fin de cuentas no sirve de nada porque Israel se considera por sobre la ley.
– ¿Hay posibilidades de una salida al conflicto desde organizaciones que no sean Al Fatah y Hamas por un lado y el gobierno sionista por el otro?
No habrá ningún tipo de solución mediante las negociaciones con ninguno de los bandos palestinos, aun si los palestinos se unieran. Esto es así, porque las negociaciones son hechas en el interés de Israel, para así ganar tiempo para implementar su proyecto en los hechos. La única salida es la resistencia popular con la participación de activistas internacionales e israelíes, y con el apoyo internacional mediante boicot y una campaña que busque aislar a la ocupación.
– ¿Cómo se ve en los territorios palestinos a los civiles israelíes?
Los civiles israelíes están saturados de propaganda israelí, la que busca asustarlos a través de sus medios que intentan presentar a los palestinos como terroristas que los quieren asesinar y utilizar como comida para los peces en el mar, y evitan que tengan cualquier clase de contacto con los palestinos por temor a que sepan la verdad. Se les ha dicho que podemos vivir en paz en un Estado palestino independiente en las fronteras de 1967, pero el problemas es ¿ellos podrán estar de acuerdo con esta propuesta si viven bajo un régimen extremista?
– ¿De qué manera se puede ayudar de manera real y concreta a la solución del conflicto desde fuera?
Manteniendo una presión constante sobre Israel mediante protestas continuas y convocatorias a boicotear la ocupación, y que se implemente el derecho internacional. Finalmente, déjenme decirles que nos negamos a morir en silencio.
Por Felipe Ramírez Sánchez
El Ciudadano