El proyecto de reforma de ley laboral en Francia es de una impopularidad tal, que ni siquiera donde fue gestado –el partido socialista– cuenta con el apoyo esperado.
Aun así el presidente de Francia, Francois Hollande, amenazó con recurrir a una enmienda constitucional para aprobar la reforma a como de lugar, en medio de las protestas de miles de ciudadanos que se oponen, e independientemente de que sea o no aprobada por el Parlamento, informa Telesur.
«El proyecto de ley será sometido a votación y aprobado en los tiempos previstos», declaró Hollande en entrevista con el diario francés Les Echos. También agregó que aplicaría el Artículo 49.3 de la constitución, el cual le otorga la facultad de aprobar la ley por una vía directa.
Francois Hollande es el líder más impopular en la historia reciente de los gobiernos franceses, lo que hace suponer que su ley de reforma laboral será rechazada por el parlamento, y en esto se basa su decisión de usar la enmienda; una opción legal pero poco democrática, que le podría costar el resto de la popularidad que aún pudiera ostentar.
El mandatario precisó que la resolución más polémica de la ley, el Artículo 2, se mantendrá sin cambios. Una de las precisiones de este artículo hace referencia al poder de las empresas de decidir sobre los salarios y condiciones laborales de los empleados.
Uno de los graves problemas de la reforma laboral radica en que una vez aprobada, las empresas tendrán más libertad para despedir personal en tiempos de crisis. Otro aspecto controvertido es la facultad de los empleadores de aplicar reglamentos internos sin considerar las leyes nacionales relativas a los sueldos y las condiciones laborales.
Con estas características, y con la propuesta de que las empresas tengan la libertad de aumentar las horas laborales de 35 a 39 (si hay acuerdo interno), los socialistas están divididos mientras la derecha y la patronal francesa (Medef) son los sectores más satisfechos.
El decretazo de Hollande surge en un contexto de masivas marchas por las principales ciudades de Francia. Por cuatro meses ya, estudiantes, gremios y sindicatos se han manifestado en contra de la reforma. Mientras la ciudadanía alega que el cambio significa un retroceso a los logros relacionados con la estabilidad laboral y contractual, el gobierno argumenta que la finalidad del proyecto es acelerar un mercado laboral y una economía que han disparado al desempleo a un 10% total y un 25% entre la fuerza laboral más joven.
El 5 de julio la reforma será sometida a un segundo debate en la Asamblea Nacional, mientras los sindicatos están convocando a nuevas protestas para ese mismo día.
El Ciudadano