En la actualidad Grecia, atraviesa una crisis económica fuerte, a consecuencia de las políticas neoliberales implementadas por los regímenes que gobernaron hasta hace muy poco el país europeo.
En ese sentido Daniel Albarracín, economista y miembro del Comité de auditoría de la deuda griega, sostiene que, a pesar de los esfuerzos de Atenas en las negociaciones de la deuda para desbloquear un tramo de ayuda urgente del rescate que evite la quiebra del Estado y su salida del euro, sus acreedores mantienen una posición intransigente con el objetivo de derrocar al Gobierno actual liderado por Alexis Tsipras.
“El Gobierno de Tsipras, ha mostrado disposición a alcanzar un acuerdo incluso retrocediendo en sus líneas rojas, lo cual podría suponer aceptar algunas medidas para autoexigirse un superávit primario moderado, aumentar la edad efectiva de jubilación, aumentar el IVA o admitir nuevas reformas fiscales y en la seguridad social, pero las posiciones intransigentes de los acreedores no aceptan ni eso, porque persiguen derrocar financiera y políticamente a cualquier Gobierno de izquierda”, afirmó Albarracín.
As mismo dijo, “la presión es enorme, en Syriza hay dos líneas, cada una de las cuáles guarda algún punto de razón”, señaló en referencia a las tensiones internas en el partido gobernante, al mismo tiempo reflexionó, “Pero el momento exige una postura unitaria y fuerte para lo que sería hacer frente a una decisión francamente difícil: o admitir entrar en la senda de una gestión de la austeridad, lo que implicaría una mutilación a plazos, o bien emprender un camino, que en principio es un paisaje desértico, y cuyo horizonte y dificultad es difícil de vislumbrar”.
Al ser consultado por las previsiones de algunos economistas y algunas agencias de calificación crediticia, este respondió, “estas personas e instituciones buscan precipitar acontecimientos y ocasionar un escenario de caos, que ponga en la picota al Gobierno de Syriza y crear la ocasión para un proyecto para Europa que parece estar fraguándose desde hace un tiempo”.
Continuó añadiendo, “un proyecto, concretó, que podría adoptar la forma de una unión fiscal y política en términos pocos democráticos y profundamente favorables a las élites financieras y oligarquías en general”.
Más adelante agregó, “el propósito es generar un periodo de caos financiero y penuria económica que quiebre la confianza del pueblo griego en sus gobernantes”.
Para finalizar enfatizó, “no creo que el Gobierno griego se inmole con nuevas elecciones, pues tiene otras opciones, tales y como podría ser convocar un referéndum sobre las condiciones de devolución de la deuda, que permitiese explicar el escenario que se abriría, de dificultades pero también de ejercicio de soberanía”.
Sputnik/ Librered