El organismo multilateral nació un 15 de junio de 1964 tras la firma de la «Declaración Conjunta de los Setenta y Siete Países», emitida al final de la primera sesión de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas en Ginebra. La primera Reunión Ministerial del G-77 aconteció en Argelia, en octubre de 1967, cita en la que se adoptó la Carta de Argel. Esta primera estructura institucional se desarrolló gradualmente, la cual llevó a la creación de Capítulos del Grupo de los 77, con oficinas de enlace en Suiza, Kenya, Francia, Italia y Austria.
Aunque los miembros del G-77 suman 133 hasta la fecha, se retuvo el nombre original debido a su significado histórico. La organización intergubernamental tiene como objetivo proveer a los países del sur de los medios necesarios para articular y promover sus intereses colectivos económicos. Asimismo, busca el mejoramiento de su capacidad conjunta de negociación respecto a los grandes temas económicos dentro del sistema de las Naciones Unidas y la promoción de la cooperación Sur-Sur para el desarrollo.
La presidencia coordina la acción del Grupo en cada Capítulo, y tal responsabilidad es rotatoria teniendo en cuenta la base regional entre África, Asia-Pacífico y América Latina y el Caribe y es ejercida por un año en todos los Capítulos. En 2014 el Estado Plurinacional de Bolivia, encabezado por el presidente, Evo Morales, ejerce la presidencia del Grupo de los 77 más China. La Cumbre del Sur es el cuerpo supremo de toma de decisiones del organismo, y sus primeras reuniones tuvieron lugar en La Habana, Cuba, en abril de 2000, y en Doha, Qatar, en junio de 2005.
La reunión anual de ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los 77 se acuerda al inicio de la sesión regular la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York cada septiembre. Periódicamente, se sostienen reuniones sectoriales y ministeriales en varios campos de cooperación en interés del grupo. Desde 1995 se realizaron reuniones sectoriales en Indonesia, Guyana, Costa Rica, Brasil, Qatar, Marruecos, Emiratos Árabes Unidos, Jamaica, Sultanato de Omán, Antigua y Barbuda, y Hungría entre otras naciones.
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Adicionalmente a las reuniones sectoriales, funciona el Comité Intergubernamental de Seguimiento y Coordinación para la Cooperación Sur-Sur, el cual es un cuerpo plenario compuesto por funcionarios de alto rango. El mismo se reúne cada dos años para revisar el estado de implementación del Programa de Acción de Caracas adoptado por el Grupo de los 77 en 1981, así como el progreso logrado en la implementación de los resultados de las Cumbres del Sur en el campo de la cooperación Sur-Sur.
Las actividades del Grupo de los 77 son financiadas mediante contribuciones de los Estados Miembros. El G-77 más China arriba al 50 aniversario de su fundación y entre sus aciertos está lograr preferencias arancelarias por parte de las naciones desarrolladas para los países en vías de desarrollo y la promoción de un nuevo orden económico internacional. En su camino siempre tuvo como prioridad resolver los problemas que afectan a los países miembros derivados de las relaciones económicas no equitativas.
El ente internacional desplegó importantes esfuerzos para lograr un diálogo equilibrado entre naciones desarrolladas y los países en vías de
desarrollo, pero los primeros mostraron en reiteradas oportunidades falta de voluntad política para priorizar las relaciones comerciales y la cooperación disponibles. Al mismo tiempo, sus miembros trabajan por consolidar un nuevo orden internacional y ampliar su accionar a importantes áreas como ciencia, tecnología, educación, salud, alimentación, medioambiente y agricultura, entre otras esferas.
Tras recibir en Naciones Unidas la presidencia del G-77 más China, el presidente de Bolivia, Evo Morales, expresó que estos son los tiempos de los
países del sur y de los llamados países emergentes. Para hacer realidad los cambios, los Estados deben conducir la economía y los gobiernos deben adoptar políticas de servicio a favor de los pueblos, socializar la riqueza, erradicar la pobreza y concebir el desarrollo de manera integral para universalizar los servicios básicos, dijo Morales.
El sur -afirmó el dignatario- tiene ciertamente una creciente economía, importantes riquezas en recursos naturales, conocimientos y una gran diversidad, y en este contexto, el G-77 más China es uno de los principales actores de cambio en este momento histórico. Morales abogó por el derecho al desarrollo, los derechos humanos, sociales y colectivos integrados que expresen el respeto a la diversidad de visiones y enfoques de modelos de desarrollo, sin imposiciones, sin exigencias paternalistas, colonialistas y jerárquicas.
Recientemente, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García, afirmó que los países del G-77 más China tienen que hablar y proponer en el siglo XXI. «Una nueva generación comienza a gestarse desde el sur, nuevos horizontes, y la idea es que el G-77 más China avance en la construcción de ese horizonte», enfatizó el dirigente boliviano. Ya no estamos a la defensiva frente a un ascenso aparentemente imparable de los grandes imperios, hoy se caen a pedazos, sus ideas se fragmentan, hay un caos planetario que durará 20 años, y en ese contexto surgen ideas de los países en desarrollo, dijo García.
El G-77 más China es un foro común, donde se puede establecer un conjunto de políticas adoptadas por consenso para hacer oír la voz de los países marginados en el contexto de los países de las Naciones Unidas, recalcó. Este organismo -puntualizó García- es un espacio para buscar construir relaciones más equilibradas, menos jerárquicas entre los países miembros y luego asumir decisiones y propuestas al mundo frente a los países llamados en desarrollo, entre ellos Estados Unidos, Canadá, los países de Europa y Australia.
Estamos obligados a imaginar otra forma de desarrollo, derrumbando privilegios de algunos, obligando a otros países a disminuir sus formas de depredación, pero siempre apuntando hacia adelante, enfatizó el segundo del Ejecutivo boliviano. No se debe socializar la escasez y la pobreza, lo que tiene que socializarse es la riqueza, sentenció el vicepresidente de Bolivia.