“Una vez más se confirman las reiteradas denuncias del gobierno cubano sobre los planes subversivos que el Gobierno de los Estados Unidos continúa llevando a cabo contra Cuba”, sostuvo el martes la Directora General de EEEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal Ferreiro.
El martes, la Casa Blanca aceptó la autoría y ejecución del proyecto financiado por la USAID que develó la agencia de noticias AP: “pretendía convertir en actores políticos a jóvenes cubanos, previamente identificados por emisarios latinoamericanos reclutados con este fin, y organizarlos para actuar contra el gobierno cubano”, señaló la funcionaria.
De acuerdo a la investigación de la agencia de noticias AP, la USAID y su contratista Creative Associates International filtraron y formaron mercenarios políticos que procedían bajo la fachada de programas de salud y cívicos. Desde el 2009 habrían ingresado a al menos una docena de personas desde Venezuela, Perú y Costa Rica para “promover la democracia en la isla”, consigna bajo la cual debían reclutar integrantes para el movimiento de desestabilización.
El gobierno cubano sostuvo que eran acciones “subversivas, ilegales y encubiertas” contra su país, “violatorias de nuestra soberanía y de la voluntad expresa del pueblo cubano de perfeccionar nuestro modelo económico y social, y consolidar nuestra democracia”, agregaron desde Cancillería.
El plan clandestino – de actividades ilegales en Cuba- había logrado armar una fachada pública que incluía talleres de formación cívica, prevención del HIV, actividades culturales, y hasta siembra de árboles. Incluso continuó luego de la detención de Alan Gross, empleado de EEUU que intentó boicotear el sistema de seguridad cubanos.
“La Juventud Cubana rechaza y condena estas maniobras y levanta, como escudo impenetrable, la firmeza de todos aquellos que a lo largo de la historia fueron capaces de comprender la necesidad de ser consecuentes (…) No podrán derrotarnos, sabemos muy bien el precio de dejar de ser libres y conocemos muy bien la maldad y el odio de nuestros enemigos”, indicó en un comunicado la Unión de Jóvenes Comunistas.
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Cuatro meses atrás, EEUU también reconoció la financiación de Zunzuneo, una red social de inteligencia en Cuba, que actuaba en red con tecnologías y medios de comunicación dirigidos desde la Casa Blanca, coordinados por la USAID y con participación de la misma Creative Associates International.
“Estos hechos ratifican que el Gobierno de los Estados Unidos no ha desistido de sus planes hostiles e injerencistas contra Cuba, que pretenden crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en nuestro ordenamiento político y a los cuales dedica millones de dólares cada año”, indicó el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano.
La red social del Departamento de Estado permitía, por un lado, seducir usuarios para la desestabilización en la isla y promover protestas y movilizaciones contra el Gobierno. Por otro lado, funcionaba como base de datos de cada uno de los 40 mil usuarios que tuvo Zunzuneo en su apogeo.
En ambos programas de la USAID, la argumentación de la Casa Blanca fue que las acciones no eran nuevas: “El Congreso conoce nuestros esfuerzos por promover cualquier tipo de compromiso en la sociedad civil en países que no tienen los beneficios de las sociedades abiertas, como Cuba.”, intentó argumentar la vocera del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki.
La USAID es una agencia clave en el desarrollo imperialista en el marco de la Guerra de Cuarta Generación: con un presupuesto anual de mil millones de dólares, actúa como punta de lanza del Departamento de Estado de Estados Unidos, y bajo una estrecha relación con los servicios de inteligencia, articula y financia a distintos grupos en Nuestramérica a fines a los intereses desestabilizadores de la Casa Blanca, detrás del disfraz de la ayuda humanitaria, sanitaria, ambiental, agrícola, política y económica.