Este miércoles, tras superar diversas instancias, no exentas de contratiempos y sinsabores, la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía del Senado, dio un gran paso en términos de identidad de género, y lo hizo en una ciudad como Valparaíso, pionera en una lucha que acumula cientos de víctimas de la violencia física y psicológica contra quienes se han atrevido a hacer pública su forma de conducir su vida privada.
En efecto, la comisión dejó en condiciones de ser votada en Sala la moción presentada en mayo de 2013 por senadores de distintas bancadas, destinada a permitir que las personas –que así lo requieran para salvaguardar su dignidad– puedan obtener la rectificación de su partida de nacimiento en el Registro Civil. La idea es brindarles a estas personas la posibilidad de modificar su identidad civil cuando ella no se relacione con su identidad de género. La normativa legal que se busca implementar en el país tiene su correlato con las más modernas legislaciones internacionales en la materia, y de las que Chile se ha hecho parte.
«Por fin, luego de dos años de trámites legislativos hemos logrado despachar la ley de identidad de género, que va a ser un gran aporte a muchísimas personas, hombre y mujeres de nuestro país que desde niños han presentado una identidad de género distinta a su cuerpo biológico. Por esa razón era tan importante sacar adelante esta categoría de identidad de género, que es una de las categorías que sacamos años atrás en la ley de antidiscriminación”, dijo la senadora Lily Pérez, principal promotora de la iniciativa legal.
Pérez aprovechó la oportunidad para agradecer a las organizaciones que apoyaron el trabajo que permitió dejar el articulado en situación de convertirse en ley. “Quiero agradecer a las ONG’s como Movilh e Iguales, y a otras más que han apoyado el trabajo, que ha sido muy difícil; ha sido muy duro hacerle entender a sectores que realmente son muy reaccionarios en los temas de modernidad, que no logran entender la diferencia entre una persona homosexual o una persona transexual. Ha sido difícil que entiendan que hay jóvenes y menores de edad que también necesitan contar con una ley de identidad de género; y a pesar de la estrecha votación hemos logrado despacharlo», destacó la parlamentaria en su calidad de coautora del proyecto.
Según la senadora Lily Pérez, los dos años de tramitación que acumula el proyecto obedecen a diversos factores, entre ellos, el cambio de presidente de la Comisión, así como otros impedimentos; “se imponían indicaciones eternas, muchas excusas para no avanzar en la tramitación”, no obstante, ”gracias al trabajo y perseverancia logramos sacar adelante el proyecto de ley”, explicó.
Para concluir, Pérez dijo: “Lamentablemente hay sectores que están aferrados a mitos que no son reales y confunden con gran ignorancia lo que es la homosexualidad con la transexualidad y es muy importante que la gente vaya conociendo cuáles son las diferencias».
La felicidad del Movilh y de Fundación Iguales
En tanto, el líder del Movilh, Rolando Jiménez, manifestó su gratitud por el apoyo de la parlamentaria independiente. «Quiero agradecer la voluntad, el trabajo y la capacidad de la senadora Lily Pérez, quien presentó el proyecto originalmente, sobre el que se trabajó; hoy no existiría este proyecto de ley que tenemos sin ese primer paso que dio la senadora; también agradecer la voluntad del Gobierno que ha generado una serie de indicaciones sustitutivas que mejoran sustancialmente el proyecto. Ha sido un trabajo arduo, hemos tenido la oposición permanente de la senadora Van Rysselberghe para lograr una legislación decente para la población trans”, sostuvo Jiménez, quien también agradeció la colaboración del ministro secretario general de Gobierno, Marcelo Díaz. “Vamos a tener una buena ley, hemos recogido lo mejor de las experiencias internacionales de estos temas, por lo que será un salto cualitativo y cuantitativo de las personas trans», puntualizó el conocido dirigente social.
Mientras Rolando Jiménez entregaba su parecer frente a la prensa, desde un costado suyo, en medio de la majestuosidad del hall central de la Sala de Sesiones del Senado, lo observaba un muchacho llamado Michelle Riquelme, quien junto con celebrar este importante paso en materia de identidad de género, realizó una sentida petición. “Queremos decir que si este proyecto no es administrativo, no nos sirve; no nos va a cambiar la vida, seguiremos siendo personas marginalizadas. Necesitamos que el Registro Civil nos reconozca directamente, y no tener que pasar por tribunales de familia. Nosotros sabemos quiénes somos».
Por su parte, Luis Larraín presidente de la Fundación Iguales agradeció a los senadores que en mayo de 2013 presentaron la moción que hoy cruza el umbral hacia la votación en la Sala del Senado para convertirse en ley. Larraín explicó que el proyecto fue aprobado en general en enero de 2014. “Por lo tanto han pasado un año y 10 meses, ese fue el tiempo que se tomó la comisión (de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía). Esperamos que el trámite en la Cámara (de Diputados) sea más rápido”, concluyó.
Los cuestionamientos de la UDI
Pese a que el proyecto fue aprobado por la mayoría de los miembros de la Comisión, su presidenta, la senadora UDI Jacqueline Van Rysselberghe, consideró que se trata de “un mal proyecto”.
La legisladora penquista sostuvo que “hay personas que tienen una disociación entre su sexo biológico y su sexo psicológico, y hay que buscarle un camino expedito para poder resolver esta situación y (que) puedan desarrollarse de la manera más adecuada posible y puedan ser felices, pero esta ley no lo resuelve efectivamente».
La senadora gremialista fue más allá, y sostuvo: «En esta ley estamos permitiendo que niños de menos de 10 años puedan acudir a los tribunales, no a través de sus representantes legales, de sus padres, sino que autónomamente, pero los niños pequeños son declarados inimputables en el Código Penal, porque se supone que no saben discernir entre lo bueno y lo malo, y aquí les estamos dando el poder de decidir; eso vulnera el cuidado preferencial de los padres».
Van Rysselberghe –quien es partidaria de enviar la moción a revisión de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia del Senado– cuestionó que el proyecto no considere «ningún tipo de requisito para poder acceder a este cambio de sexo registral. En los países europeos, al menos hay un tiempo, dos años que viva en esta situación, o el certificado de médico especialista, pero acá no se puede pedir absolutamente nada y se bloqueó la objeción de conciencia».