Grecia y Chipre permitirán entrada de buques de la Armada rusa en sus puertos pese a la nueva ley estadounidense. Dicha ley les exige cerrar sus instalaciones portuarias para estas embarcaciones.
Cinco senadores estadounidenses presentaron el pasado mes de abril una ley que modifica la estrategia de Estados Unidos en el Mediterráneo Oriental. El comité senatorial de relaciones internacionales avaló el documento con enmiendas que instan a Grecia, Chipre e Israel a impedir que atraquen buques de Rusia en sus puertos.
Según informaron de medios locales, los navíos militares rusos ya no podrían llegar a Grecia después de que la Cámara alta del Congreso de EE. UU. aprobara un proyecto de ley en el que insta a las autoridades de este país europeo a cerrar sus puertos a la armada rusa en el Mediterráneo.
Sanciones contra Rusia
El citado proyecto de ley, presentado por el senador republicano Marco Rubio y el demócrata Robert Menéndez, fue aprobado el pasado martes. Esta ley fue incluida en el marco de las sanciones impuestas por EE. UU. contra el sector armamentístico y las unidades militares de Rusia.
Tras la aprobación del proyecto, el senador Meléndez indicó: “Israel, Grecia y Chipre son socios clave de los Estados Unidos, y la votación de hoy confirma que necesitamos una nueva estrategia que refleje nuestros intereses mutuos. El Mediterráneo oriental es una región de suma importancia para nuestro país”.
La Flota del Mediterráneo es una de las más activas de Rusia y se ha destacado en años recientes por su papel en la lucha antiterrorista en Siria. Muy especialmente en la transferencia de cargamentos de armas al Ejército de Damasco a través del puerto sirio de Tartus, donde Moscú dispone de una base naval militar.
La Armada rusa a menudo realiza ejercicios en el mar Mediterráneo, en el marco de su apoyo a la lucha antiterrorista de Siria. Dichos ejercicios se realizan a petición del Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad.
Declaraciones desde Nicosia
Sin embargo, tanto Grecia como Chipre han desestimado públicamente la aceptación de esta ley extraterritorial, tal como lo declaró el presidente chipriota, Nicos Anastasiades, quien la ha tachado de “desafortunada” y ha lamentado esta medida que busca “afectar la independencia y la soberanía de la República de Chipre”.
Indicó Anastasiades: “hasta la fecha, los desembarcos en cualquier país siempre han sido autorizados por razones humanitarias y no creo que se puedan establecer excepciones, especialmente con un país. Tengo la impresión de que la enmienda es desafortunada”.
También se pronunció sobre la citada ley el ministro chipriota de Defensa, Savvas Angelides, en una entrevista a un medio local, recalcó que ningún país del mundo puede obligar a Chipre a renunciar a las escalas de avituallamiento de los buques rusos o de otra nación.
Angelides matizó que su país continuará profundizando las relaciones con Washington pero exige que se respete el papel de Chipre como bastión de estabilidad en la región.