Este martes se cumple un año de la llegada de Jimmy Morales a la presidencia de Guatemala, tras ganar las elecciones con un 67% de los votos. Morales recibió un país sumido en una profunda crisis social y que demandaba cambios profundos al sistema político y económico.
Durante la campaña electoral Jimmy Morales prometió atacar la cultura de la corrupción existente en las instituciones del Estado y enfrentar la inseguridad que aterroriza a la población y que dejó unos 6.000 asesinatos en 2015.
Al cumplirse el primer año de su victoria electoral, el mandatario tiene la deuda pendiente de atacar los altos niveles de corrupción y atender los principales problemas sociales que aquejan al pueblo guatemalteco.
Desde la toma de posesión de su cargo hasta hoy, su inexperiencia y desconocimiento de cómo funciona un gobierno, su falta de habilidad política y su debilidad han provocado que aumente la decepción con respecto al que se suponía que iba a ser un gobierno renovador.
Al cumplirse los primeros 6 meses de su administración, el mandatario de Guatemala destacó los avances dados en materia de salud, educación y seguridad.
Jimmy Morales defendió las acciones llevadas a cabo por su gobierno contra la corrupción y recordó que según el Instituto de Centroamericano de Estudios Fiscales se ha avanzado en la materia de transparencia fiscal.
Sin embargo, de acuerdo al informe de Desarrollo Humano para Guatemala 2015-2016, el 73% de los guatemaltecos no gana lo suficiente para cubrir los gastos mínimos; y una tercera parte no tiene lo necesario para comprar alimentos. Además, 8 de cada 10 niños presentan desnutrición crónica.
En octubre el mandatario reconoció que seis de cada diez guatemaltecos son pobres, y afirmó que uno de los «grandes desafíos» es la reducción de las condiciones de pobreza y pobreza extrema en el país.
El Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) vincularon en septiembre pasado al hermano e hijo del presidente a un caso de corrupción, lo que pone en tela de juicio la campaña contra este delito. Las acusaciones van encaminadas a involucramiento de sus familiares en la falsificación de facturas manipuladas en ventas al Estado por al menos 11.000 dólares cuando aún Jimmy Morales no era presidente.
Para analistas la mayor deuda de Jimmy Morales recae en las reformas sociales, económicas y políticas anunciadas por el presidente en su campaña electoral y aún hoy pendientes. Entre ellas, las expresadas por las organizaciones indígenas y campesinas del país que durante su mandato exigieron el cese a la persecución política y la nacionalización de la energía eléctrica.