Los cuerpos de 11 hombres jóvenes decapitados y semicalcinados fueron encontrados la mañana de este jueves en una calle de terracería del municipio de Chilapa, en la zona montañosa del estado de Guerrero, al sur de México, informó la policía.
Los cuerpos presentan disparos de fusiles, y aparecieron desmembrados y rociados con combustible para incinerarlos, sin éxito, de acuerdo con el reporte.
Chilapa es un municipio en la región agreste del conflictivo estado de Guerrero, infestado por pandillas de narcotraficantes, a unos 40 km montaña arriba del municipio de Tixtla, sede de la escuela de maestros rurales de Ayotzinapa, de la cual están desaparecidos 43 alumnos hace dos meses, quienes habrían sido asesinados y calcinados por la mafia apodada «Guerreros Unidos», según las investigaciones.
La noche del miércoles ocurrió un choque armado en este sitio, donde el grupo de narcotraficantes apodado «Los Rojos» mantiene un enfrentamiento con la banda enemiga «Los Ardillos», presuntamente vinculado a líderes políticos de Guerrero, publicó en su portal de internet la revista política Proceso, con una fotografía de la escena.
Junto a los cadáveres, los victimarios dejaron un mensaje del grupo de delincuentes «Los Rojos», que también disputan el territorio a los «Guerreros Unidos», ligados al alcalde de Iguala que ordenó la masacre de estudiantes.
«Ahí les va su basura ja ja ja … Putos Ardillos chaqueteros de mierda. Atte. La mera riata», publicó el mensaje la agencia noticiosa del semanario Proceso.
El hallazgo ocurre pocas horas antes de que el presidente de México, Enrique Peña, anuncie una reforma en materia de seguridad por la legalidad y la abolición de la corrupción, para enfrentar la peor crisis de su gobierno por la ola de violencia del crimen organizado.
En vísperas del anuncio, Peña dijo que la consternación nacional «marca un punto de inflexión para la nación» mexicana, detonado por la masacre de Iguala, Guerrero, donde hace dos meses seis estudiantes de magisterio rural fueron asesinados y 43 más desaparecidos, quienes habrían sido asesinados y calcinados por policías y narcos confabulados.
La crisis política por la infiltración del crimen organizado que ha causado más de 100.000 muertes y 20.000 desaparecidos en siete años, obliga a «construir y modelar el México que queremos tener, en el que queremos vivir, un país que realmente esté alejado de escenarios de violencia», dijo el mandatario antes del evento al cual han sido invitados 800 representante de todos los poderes del país.
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