Las reacciones tras el dictamen de la Corte Internacional de Justicia respecto de su competencia para ver el fondo de la demanda de Bolivia de acceso soberano al mar, aprobada por una contundente votación de 14 contra 2, son reflejo de una política exterior que responde al modelo político establecido en el país en los últimos 25 años.
De esta forma, prevalece la postura donde se desprecia el dialogo político y se interpone la soberbia a la hora de resolver asuntos bilaterales. Ante este escenario no se percibe la opción de modificar la estrategia diplomática histórica y avanzar hacia el modelo de la diplomacia de los pueblos.
Esta postura queda en evidencia en los dichos de la presidenta Michelle Bachelet que tras ser conocida la resolución de la CIJ señaló que «Estoy convencida que hicimos lo correcto al interponer la objeción preliminar pues correspondía al tener el derecho de hacerlo».
Hecho que se ratifica con los dichos del Canciller Heraldo Muñoz, al momento de ser consultado respecto de la posibilidad de apuntar (o al menos hacer esfuerzos para ello) a concretar las relaciones diplomáticas bilaterales con el vecino altiplánico, quién declaró que «Chile siempre ha estado dispuesto a relaciones inmediatas y sin condiciones. Ha sido Bolivia la que ha dicho que no».
«En este momento lo más importante de hacer la contramemoria. encuentro lamentable que se trate de vender al pueblo boliviano lo que no es, Chile no está obligado a entregar acceso soberano al mar. Es difícil que por ahora se trate de tener relaciones», señala en esta línea la senadora y presidenta del PS Isabel Allende.
Mientras que el presidente del PC, Guillermo Teillier, señalaba escuetamente que «Chile a estado dispuesto a llevar el acto de buena voluntad. Chile propuso reanudar las relaciones diplomáticas ahora y fue Bolivia quién se negó».
La vieja guardia la lleva
Pero a fin de cuentas este modelo de diplomacia se sustenta en los pilares del modelo político que supervive en Chile y que tiene a sus representantes muy alineados.
En este sentido el presidente del Senado, Patricio Walker (DC), señalaba enfático que «es muy relevante que la Corte haya determinado que en un escenario donde estableciera negociar jamás puede ser con resultado predeterminado. Es imposible que a Chile se le obligue a dar acceso soberano a Bolivia»
A su turno, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Francisco Chahúan (RN), expresaba que «Queremos llamar a la tranquilidad y a la unidad nacional. Hemos logrado acotar la demanda boliviana».
Por último, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Patricio Vallespín (DC), sintetizaba su análisis en que «acá lo importante del fallo es que hay una clara señal que a Chile no se le puede obligar a ceder nada. La ciudadanía puede estar tranquila».
¿Conclusión? Con los sostenedores del modelo no es posible acceder a una nueva relación con nuestros vecinos.