“Mahdit el profeta del Islam que está escondido, regresa junto a Jesús para unirse a los pueblos en la lucha contra todo opresor”. Es en lo que cree el pueblo ferviente iraní que un 11 de febrero de 1979 logra la creación de la República Islámica de Irán y que el pasado viernes repletó la Plaza de la Libertad para escuchar y saludar a su presidente Mahmud Ahmedinejad.
Mujeres a un lado cubiertas con su chador, los hombres al otro. Banderas rojo, verde y blanco agitándose en saludo a Alá. Rostros alegres celebrando el día en que se logró la salida del Shá (Rey) Mohammad Reza Pahlevi II por gracia del Ayatolá Khomeini quien junto al pueblo y los Guardianes de la Revolución articula su particular forma de entender el ejercicio del poder donde la política y la religión son una sola.
El acto conmemorativo número 32 se replicó en diferentes ciudades de Irán y se calculan participaron de las manifestaciones 2 millones de personas. En Teherán unas 800 mil escucharon atentamente las palabras de Ahmedinejad quien dijo que “los gobiernos donde está presente el sionismo están en una calle sin salida y que será el mismo pueblo junto al poder divino los que harán justicia con ellos”.
A la vez hizo un llamado de atención a los pueblos del mundo señalando que “los inmorales”, están desesperados tratando nuevamente de conquistar los recursos naturales de la Tierra y de los pueblos y que lo que los mueve “es una voluntad satánica”.
En su discurso Ahmedinejand, también hizo referencia a los avances tecnológicos y científicos del país persa, el desarrollo de su energía nuclear, la lucha contra el sida y anunció que muy pronto lanzarán un nuevo satélite y que dentro de 11 años esperan enviar su primer hombre en viaje espacial.
Durante el acto, el presidente iraní celebró la rebelión popular de Egipto y la salida del poder de Mubarak, haciendo luego de ello un emplazamiento directo al régimen liderado por Obama a que deje de intervenir en los asuntos internos de los países árabes. “¡Váyanse, no los necesitamos!” recalcó, mientras banderas flameantes y entonados cánticos del pueblo se elevaron una vez más.
Desde Tehran para El Ciudadano, Bruno Sommer
Fotos: Darwin Ávila