Irán celebra hoy las primeras elecciones tras el acuerdo nuclear con las potencias occidentales que permitió a este país salir del ostracismo donde estaba inmerso desde hacía décadas.
55 millones de electores fueron llamados a elegir los nuevos miembros del Parlamento y también los de la Asamblea de Expertos, el órgano que se encargará de elegir el líder supremo del país, la máxima autoridad del país en términos políticos y religiosos.
La batalla se disputó hoy entre tres corrientes mayoritarias: los conservadores, los moderados del presidente Hasan Rohani, y los reformistas.
Los comicios permitirán renovar los 290 escaños de la Asamblea Consultiva Islámica, actualmente dominada por los ultraconservadores, hecho que ha dificultado mucho al presidente Rouhani llevar a cabo sus propuestas, que han sido constantemente bloqueadas por la cámara.
Campaña en las redes
Los miedos de los (ultra)conservadores a perder su cuota de poder parlamentaria se evidenció con un discurso propagandístico que identificó a los líderes reformistas como «amigos» de los Estados Unidos.
Para el bloque reformista, el principal temor era la abstención de la población juvenil y de los desencantados del sistema, que podrían regalar el triunfo a los conservadores. Para revertir eso, de forma espontanea, los iraníes se organizaron en las redes sociales y presionaron para que los electores acudieran masivamente a las urnas.
A este llamado se sumó también el presidente Hassan Rohani y el expresidente Mohammad Khatami (1997-2005), símbolo del reformismo y vetado por el régimen en los medios por haber apoyado a la Revolución Verde (2009), quienes movilizaron a los electores para poder sacar del Parlamento a los radicales.
Un llamado que parece que tuvo una satisfactoria respuesta ya que las colas en las mezquitas, donde se instalaron las urnas, se repitieron durante todo el día.
No hay encuestas difundidas sobre los resultados, pero se espera que los que aumentaran su mayoría parlamentaria serán los moderados, avalados por el acuerdo nuclear y la reconciliación con Occidente.
Pero si éstos quieren ganar los comicios necesitan contar con el apoyo de los reformistas para que Rohani impulse las propuestas de apertura y libertades sociales que lo llevaron a ser presidente hace dos años.
Si, por el contrario, las opciones moderadas y reformistas pierden, existe el riesgo que el país se convierta en un estado abonado por la expansión de un capitalismo salvaje, con la presencia de compañías extranjeras explotando sus recursos y socialmente acallado.