El partido de extrema derecha Israel Nuestra Casa, liderado por Avigdor Lieberman, se sumó este miércoles a la coalición de Gobierno encabezada por la derecha religiosa de Benjamin Netanyahu. El acuerdo, considerado el más radical de la historia, garantiza al Gobierno israelí el apoyo de 66 de los 120 diputados de la cámara, bloqueando así una posible rebelión interna en el sector más derechista de su partido, el Likud.
Lieberman se mostró públicament partidario de la reocupación de la franja de Gaza, la restauración de asesinatos extrajudiciales o el bombardeo de la presa egipcia de Aswan, será ministro de Defensa, una cartera clave en Israel.
A cambio de ciertas concesiones, Lieberman se se comprometió a votar a favor de cualquier iniciativa de Netanyahu y a oponerse y a oponerse a las que no tengan la aprobación del jefe de Gobierno.
Entre los puntos más cuestionados está la pena de muerte para los «terroristas», promesa electoral de Lieberman, y la reforma del Tribunal Supremo para limitar sus facultades de forma que sólo pueda rechazar las leyes de la Knesset si así lo deciden ocho jueces en un panel de 15, una cifra más difícil de conseguir que la establecida hoy día.
Lieberman consiguió incluir en el pacto un aumento de las pensiones para los inmigrantes judíos, lo que se interpretó como un gesto hacia la base de su partido, Israel es Nuestra Casa, entre los que hay muchos inmigrantes de la ex Unión Soviética.
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