Jean-Luc Mélenchon, el candidato de izquierda a la presidencia de Francia que aprende de las revoluciones latinoamericanas

Reconocido admirador de los procesos políticos latinoamericanos, llega a la elección presidencial con el apoyo de los más jóvenes y de la izquierda. Fue militante del partido de la tercera vía, al que hoy considera "ideológicamente muerto. Está fundado sobre un principio por el cual las reformas sustituyen a la revolución". Es Jean-Luc Melenchon, quien encabeza el movimiento Francia Insumisa, su lema es “Radicalizar la democracia”.

Jean-Luc Mélenchon, el candidato de izquierda a la presidencia de Francia que aprende de las revoluciones latinoamericanas

Autor: Nicolás Massai

Es la gran sorpresa de las elecciones francesas de este domingo. Posicionado con fuerza en las últimas semanas representa un discurso olvidado en la política europea, acosada entre la extrema derecha, las políticas de austeridad y partidos socialistas en declive tras seguir la tercera vía. Es un candidato que se define como altermundista, con un profundo conocimiento de los procesos sociales de latinoamérica – de hecho habla español; y con propuestas de fin a la austeridad, justicia tributaria, y crear un nuevo orden ecológico que implicaría hasta el fin de la energía nuclear en Francia. Es el favorito de los jóvenes y de los trabajadores que el año pasado con grandes movilizaciones plantaron cara a las políticas neoliberales del gobierno socialista de François Hollande.

Es Jean-Luc Mélenchon, ex militante del Partido Socialista (PS) que compitió en las elecciones de 2012 y obtuvo un 11% de las preferencias, que para esta oportunidad está por alcanzar el 20% según las encuestas, incluso superando la semana pasada, en la medición IFOP, al candidato François Fillion.

Pero no la tiene fácil. El favorito que anuncian distintos sondeos es Emmanuel Macron, que va por la coalición ¡En marcha!, que se define como ‘socialiberal’, seguido de la representante del Frente Nacional, reconocida en el polo de la extrema derecha, Marine Le Pen. Son 11 competidores en total.

Su contacto con Latinoamérica tuvo un gran capítulo este sábado, cuando el ex presidente de Uruguay, José Mujica, hizo llegar un video a su coalición, Francia Insumisa. Ahí le entrega su apoyo. «Querido Jean-Luc, que intentas luchar por las tradiciones de una Francia de la fraternidad, de la solidaridad, de la igualdad, te deseo la mayor suerte posible por tu pueblo y por nosotros, por todos», decía según Cooperativa.cl, y en conjunto con eso hablaba de una posibilidad de desarrollo en Francia a nivel intelectual a partir de la alternativa Mélenchon.

La visión invertida, fuera de lo común, que significa mirar desde Europa a los procesos latinoamericanos han hecho que algunos pensadores elucubren una suerte de exportación de la revolución bolivariana a Francia. Una columna publicada en Radio Universidad de Chile hablaba de este parentesco reconocido entre Mélenchon y Rafael Correa, presidente de Ecuador quien dejará el cargo el próximo 24 de mayo. Sin embargo, aunque pueden tener cosas en común, cada país se arma acorde a su contexto. El candidato parece saberlo. Es consciente, por ejemplo, del gran nivel de discriminación que existe en Francia hacia los musulmanes.

El joven de Tánger a político de Francia

En Marruecos, frente al Estrecho de Gibraltar –caudal que separa este último país con España–, se encuentra Tánger, una ciudad que actualmente no supera el millón de habitantes y que vio los intentos colonizadores de las mayores potencias europeas desde el siglo XV. En ese lugar, en 1951, nació Jean-Luc Méchelon. Su abuela provenía de Andalucía, y quizás esa es una de las grandes razones por las que el candidato de Francia Insumisa maneja un castellano claro, que le ha permitido sentarse en entrevistas televisivas con políticos como Pablo Iglesias.

«Tánger es donde aprendí a hablar español, en la calle. Mis padres son castellanos. Nadie me explicó que mis abuelos eran españoles», dijo en los primeros minutos de esa conversación, cuando el líder de Podemos le preguntó acerca del significado que tuvo para un francés nacer en un territorio colonial. A renglón seguido, hablaba de la tristeza que le producía ver los distintos tipos de discriminaciones sufridos por el pueblo musulmán; pueblo con el que se crió desde pequeño. «La línea política de Marine Le Pen es una línea de guerra civil, porque no es posible separar a unos de otros. No es posible», agregaba.

Jean-Luc Mélenchon en su juventud. Foto: Youtube

Para mayo del 68, mes conocido como Mayo Francés que se desarrolló con diversas protestas por parte de un incipiente movimiento estudiantil, contrario a las leyes del consumo, Méchelon tenía casi 17 años. «Por primera vez me sentí responsable de los otros. La primera vez te empujan. La segunda tú ya vas solo. La tercera tú le pides a los otros que vengan contigo (…) Así empezó una vida entera», comentó.

Posterior al año 68 tuvo un paso veloz por el trotskismo, pero fue expulsado del movimiento por una razón que él mismo considera válida. «Yo nunca he sido vanguardista, lo principal en mi personalidad política es el republicanismo», dijo.

Su militancia en el Partido Socialista cumplía más de tres décadas ese año 2008, cuando decidió renunciar e irse más a la izquierda, dejando de lado el reformismo y posicionando la revolución en el horizonte. En entrevista con El País, a comienzos de 2017, habló de la posibilidad de abrirse a gobernar en conjunto con el PS francés. La rechazó. «El movimiento socialista tradicional está ideológicamente muerto. Está fundado sobre un principio por el cual las reformas sustituyen a la revolución. Corrige las irregularidades de la sociedad capitalista por una distribución desigual de la riqueza. La socialdemocracia ha sido sustituida por los liberales en el mejor de los casos. Yo me pasé al altermundialismo», declaró.

Mélenchon candidato

Lo de 2012 resultó una prueba interesante para un candidato como Mélenchon. Obtuvo más de 4 millones de votos, aunque en ese entonces no se pudo diagnosticar con más claridad la debilidad del PS (terminó siendo electo Françoise Hollande). Acorde a un artículo de Cubadebate, el candidato de izquierda tiene dentro de sus principales propuestas la destinación de más de 100 mil millones de euros en proyectos de construcción de viviendas y centrales de energía renovable. De este modo pensaría estimular el crecimiento económico.

La inversión a nivel de infraestructura no se quedaría ahí. Pretendería crear una entidad de proporciones en la banca pública, mientras que se encargaría de nacionalizar los sectores de autopistas y aeropuertos. También quiere retirar a Francia de la alianza militar OTAN. Esto sin lugar a dudas se vincula con su potente discurso antidiscriminación, que deja a la vista un nivel intelectual de más apertura respecto a otras candidaturas presidenciales del mismo país. Estaría dentro de sus planes, asimismo, convocar a un referendo para evaluar la permanencia de los galos en la Unión Europea, precisamente por el desacuerdo que tiene respecto de la conducción del bloque, que coincide con su desaprobación al gobierno de la alemana Ángela Merkel.

En cuanto a impuestos, destaca la medida de aplicar un 90% de tributo a las personas que ganen más de 400 mil euros al año, y acorde a una política de drogas consideraría la idea de legalizar la marihuana. La ley de drogas francesa, junto a la sueca, son de las más represivas de la Unión Europea.

Los franceses tienen tradición de luchas sociales. El año pasado las protestas de sindicatos y estudiantes hicieron retroceder políticas neoliberales del gobierno socialista. Este domingo el resultado electoral depende de los indecisos. Hadta ahora uno de cada tres franceses no sabía por quien votar. El fantasma de la extrema derecha recorre Europa, gobiernos de derecha o extrema derecha ya fueron electos en Polonia, Hungría y Bulgaria. En Hungría un 99% de los votantes dijo hace pocos años no a recibir refugiados por el conflicto en Siria. En España la fuerza electoral de Podemos se ha estancado en las últimas elecciones. Con Jean-Luc Mélenchon se abriría una gran posibilidad para la izquierda no neoliberal de la vieja Europa.

Nicolás Massai

El Ciudadano

 


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano