Juan Guaidó se reconoce a sí mismo como supuesto «Presidente de Venezuela» -sin el complemento de República Bolivariana- desde el pasado 23 de enero de 2019, cuando en una pequeñísima plaza del municipio Chacao, estado Miranda -parte de la Gran Caracas, capital venezolana- hiciera un acto donde decidió autoritariamente autoproclamarse como jefe de Estado.
Claro está, tal acto contó con la plena aprobación del gobierno de Donald Trump así como de los gobiernos satélites de los Estados Unidos (EEUU), en Europa y Latinoamérica, que sin dudar sobre tal acto de ilegalidad y carente de toda legimitidad, salieron a reconocer a un supuesto «Presidente» que no ha electo nadie y que ni siquiera participó en los pasados comicios presidenciales celebrados en Venezuela en mayo de 2018.
Esta autoproclamación presidencial ha dado la vuelta al mundo gracias al inmenso apoyo mediático de las corporaciones «informativas» que controlan la derecha internacional y EEUU.
Así es que con esa masiva campaña de desinformación, Guaidó ha logrado calar en los principales titulares de los grandes medios masivos, en prensa escrita, digital, radio y televisión, para darle -aunque falsamente- unos cimientos y argumentos que buscan validarlo a toda costa como el único representante legal del Estado venezolano, aunque en la realidad se trate de una ficha que intenta usurpar el Poder Ejecutivo a través de la creación de un Estado paralelo.
Y es que Guaidó -miembro de Voluntad Popular (VP) que ha generado desde 2014 alrededor de 200 asesinatos selectivos en acciones violentas de calle- es una pieza operada por EEUU y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) como parte del plan que tiene como objetivo acabar con la Revolución Bolivariana.
Es así como el autoproclamado, quien fue entrenado por instituciones adscritas a la CIA como el Instituto Albert Einstein (AEI, por sus siglas en inglés) -con sede en Boston y que maneja Gene Sharp- y el Centro para la Acción No Violenta y Estrategias Aplicadas (Canvas, por sus siglas en inglés) que administra Srdja Popivic con sede Serbia, es en resumidas la nueva fachada del «liderazgo» de la derecha que busca nuevamente intentar socavar la democracia venezolana para que Washington se apodere de las riquezas del país.
Guaidó y su nerviosa entrevista a RT
Durante la entrevista que ofreció este pseudo-presidente de la oposición venezolana a RT, cayó en reiteradas ocasiones en dar afirmaciones falsas e inconclusas, datos sin sustento, tergiversaciones, acusaciones sin pruebas, así como un notable desconocimiento a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Una de las primeras afirmaciones de Guaidó que terminan solapadas por la mentira, es decir -por ejemplo- que las sanciones impuestas por EEUU al pueblo venezolano, no afectan la economía del país y no obedecen a un bloqueo contra Venezuela.
En ese sentido Guaidó niega el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales aplicadas por EEUU contra Venezuela y asegura que sigue «definitivamente libre, ejerciendo funciones, nombrando embajadores en el mundo, solicitando ayuda humanitaria y congelando fondos de Venezuela», algo que evidentemente contrasta con las necesidades reales que tiene la población.
Sus frases inconclusas y las preguntas no respondidas a RT también se perciben en afirmaciones completamente falsas que se evidencian en que las sanciones económicas y financieras de Washington contra Venezuela comenzaron «hace una semana», cuando -según datos del propio Tesoro estadounidense- las restricciones arbitrarias de Washington afectan la economía del país suramericano desde 2015.
Guaidó también se niega a admitir que hay un bloqueo económico impuesto a los venezolanos y evade las preguntas aludiendo que la crisis financiera se debe a «la corrupción».
Al respecto –asegura Guaidó sin mostrar pruebas– que en Venezuela no hay un bloqueo económico y por el contrario «hay sanciones a funcionarios corruptos y ladrones».
Esta postura de Guaidó contrasta con un informe presentado por un experto en derechos humanos de la Organización para las Naciones Unidas (ONU), publicado el 31 de enero de 2019, donde se destaca que «las sanciones a Venezuela atentan contra los derechos humanos de personas inocentes».
Cabe destacar que las sanciones contra Venezuela las comenzó a imponer EEUU y luego sus gobiernos aliados en Latinoamérica que hoy actúan en complicidad a través del Grupo de Lima, así como algunos países de la Unión Europea que obedecen los lineamientos de Washington.
Guaidó se niega a admitir que no ha podido asumir el Poder Ejecutivo
En la entrevista Guaidó asegura que «su gobierno» ha avanzado, eso a pesar que bajo la supuesta figura de «presidente encargado» -en lo real- no ha podido tomar las riendas del Poder Ejecutivo ni implementar ni una sola acción. De hech0, el país sigue sus actividades económicas y el gobierno constitucional del Presidente, Nicolás Maduro, ejecutando sus labores ajustadas al debido derecho.
Pero para Guaidó la limitación de asumir su mandato es por la «usurpación de Maduro» y por ahora se dedica a ejercer ese falso poder con el apoyo de los gobiernos extranjeros que promueven la ilegalidad del extremista de derecha.
Así Guaidó lo más que ha hecho es proclamar algunos embajadores en los países de gobiernos que han decidido plegarse al intento de golpe de Estado y la creación del Estado paralelo en Venezuela, escenario que también ostenta un supuesto Tribunal Supremo de Justicia «en el exilio» y «personal diplomático» que no cuenta con sedes ni oficinas oficiales.
El mismo reporte de la ONU -citado por RT- indica que el impacto negativo de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela así como las sanciones económicas «están agravando la ya aguda crisis que afecta a la economía venezolana».
Además el estudio de la ONU agrega que «el uso de sanciones por parte de poderes externos para derrocar a un Gobierno electo está en violación de todas las normas del derecho internacional».
Pero Guaidó insiste a lo largo de la entrevista que cuenta con «amplio» apoyo de la comunidad internacional, de hecho se jacta en decir que la propia ONU y su Consejo de Seguridad lo respalda como el «presidente legítimo», una afirmación totalmente falsa.
«Se debatió y se aprobó en el Consejo de Seguridad el respaldo del proceso que estamos llevando», dijo, cuando lo cierto es que el organismo internacional no logró llegar a una conclusión sobre la situación en Venezuela y de hecho se ha manifestado a favor de generar un proceso de diálogo entre gobierno y oposición.
Incluso, la ONU mantiene su estricto reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro, a sus diplomáticos y a los representantes del Ejecutivo que realizan labores en su seno.
¿Cuándo habrán elecciones en Venezuela?, la pregunta que Guaidó no supo responder de manera «precisa»
Para Guaidó la respuesta es precisa, aunque no tenga ni idea de cuándo se realizarán las elecciones que su pretendido gobierno espera realizar para «legitimar» los poderes y «devolver la democracia» al país.
Ante la pregunta de cuándo su «gobierno» convocará a elecciones presidenciales, Guaidó no supo dar una fecha exacta para efectuar esas llamadas «elecciones realmente libres» en Venezuela.
Pero él asegura que ese proceso comicial tendrá una fecha «muy precisa» y será «una vez cese la usurpación», es decir, el mandato constitucional de Nicolás Maduro, que comenzó el pasado 10 de enero de 2019 y culminará en 2025, luego de resultar electo con más de 60% de los votos el pasado 20 de mayo de 2018.
Y es que las contradicciones de Guaidó se perciben fácilmente a lo largo de la entrevista con RT, sobre todo cuando habla de precisión en sus respuestas.
El autoproclamado presidente, quien sustenta su autojuramentación con base en el artículo 233 de la Carta Magna venezolana, obvia para su supuesta gestión la parte donde el reglamento dice que debe llamar a «una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta (30) días consecutivos siguientes»; es decir, si fuese realmente el Presidente de Venezuela, la fecha «precisa» para esa elección debería ser el próximo 23 de febrero de 2019.
Y para eludir las preguntas que ponen en jaque su «legitimidad» como «presidente», Guaidó aprovechó la cercanía con el medio ruso para hablar del supuesto robo que hizo el gobierno de Maduro a la estatal petrolera rusa Rosneft.
En medio de la entrevista Guaidó aseguró y acusó al gobierno Bolivariano de «robar 700 millones de dólares a la empresa rusa Rosneft», mientras que la propia compañía asegura que todos los pagos de la deuda de PDVSA con ellos «se realizan estrictamente según el calendario previsto».
Además indica que próximamente designará a los nuevos directivos de Citgo, la filial petrolera venezolana con sede en EEUU y que sus activos -superiores a los 7.000 millones de dólares- han sido bloqueados por la Casa Blanca y supuestamente congelados para entregárselos a Guaidó y su «gobierno».
Lo que más se vislumbra en esa entrevista de RT es el carácter profanador de Guaidó, quien desafiando al tiempo con su intento de transgresión, busca llegar a un cielo que -con cada día que pasa- parece más lejano.
Tal obsesión de poder está llevando al límite, no sólo a Guaidó, sino al nuevo plan sedicioso que gesta la derecha internacional contra Venezuela, y eso es algo que en Washington comienza a levantar los fantasmas del ayer y a comenzar a sentir el olor de una nueva derrota en Venezuela.
Por ahora, para este martes 12 de febrero -cuando se celebra en Venezuela el Día de la Juventud- y con la necesidad imperiosa de mostrar el supuesto apoyo que tiene su «gobierno» en Venezuela, la derecha transnacional tiene previsto realizar un «acto de masas» que culminará en una «concentración» en la misma dimunita plaza de Chacao, en la avenida Francisco de Miranda, para «exigir» la entrada de «ayuda humanitaria» al país, una «ayuda» que según la propia Cruz Roja Internacional tiene alimentos cancerígenos y medicamentos vencidos desde hace más de seis meses.
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