Es la semana clave para el desarrollo del caso de la Sociedad Química y Minera de Chile, se evaluará el futuro de cinco miembros que quedan como directorio luego de que el pasado 17 de marzo Wayne Brownlee, José María Eyzaguirre y Alejandro Monterom renunciaron a través de una carta dirigida al superintendente de Valores y Seguros, Carlos Pavez. Los tres ex miembros de la mesa presentaron el documento el día martes en la tarde, en medio de la investigación del caso.
Luego de estos tres retiros voluntarios que tuvieron los representantes de PCS hizo que estallara el definitivo quiebre de la canadiense, en tanto la misma empresa esperan que su representante, Julio Ponce, entregue informes de la transparencia dentro de la compañía frente a la investigación de la arista del caso Penta llevada por el Ministerio Público.
Al mismo tiempo, señalaron que la reintegración a la mesa de los tres representantes antes señalados, dependerá exclusivamente de cómo se tome las exigencias puesta para el presidente del directorio, Julio Ponce, quien debería, en el extremo de los casos, renunciar a su puesto sin presentarse en La Junta, o por otro lado, mantener un directorio integrado por representantes de carácter autónomo.
En su defecto, Julio Ponce, regaló indicios sobre su próximo As bajo la manga, que sería la jugada de elegir como reemplazo al también miembro de la mesa de SQM y del grupo Ultramar, Wolf Von Appen, pero esta decisión al parecer no tendrá avistamientos sino hasta que se termine esta semana clave en cuanto a la investigación llevada por el Ministerio Público.
El día martes en tanto, en su declaración correspondiente ante la fiscalía que investiga el caso, Ponce declaró que, con respecto a la cantidad de dinero que su empresa entregaba en periodos electorales a campañas políticas en el marco de los aportes reservados, el monto habría variado entre 1 y diez millones de dólares.
En cuanto a los aportes reservados, cabe destacar que son aquellos aportes privados en dinero superiores a 20 UF ($458.311,6) e inferiores al 10% del límite de gasto electoral del candidato o partido político, los cuales pueden realizarse solamente durante la Campaña Electoral.
De acuerdo a esta ley, Ponce Lerou indicó que fue es el directorio quien decide efectuar o no los aportes a las campañas políticas, afirmando que la cifra exacta de estos no están en su base de datos, pero que sin embargo, no sobrepasan los 10 millones de dólares, implantando inmediatamente la duda en todos, considerando que el gasto promedio de una campaña a diputados electos en 2013 fue de $72 millones, lo que significa que, según los límites establecidos por el Servicio Electoral, Julio Ponce puede financiar completamente hasta 70 diputados. ¿Extraño, no?
Además, el directorio apuntó a que era el ex gerente general Patricio Contesse, el responsable de estas situaciones, ya que él que decidía a qué candidatos se les iba a entregar financiamiento en sus campañas. De esta forma Contesse, quien según el Gerente de SQM, Patricio de Solminihac, era bastante unido y la persona histórica de confianza de Ponce, declarando también que habría sido él quien primero autorizó los pagos a las firmas Reactor SpA y Cristina Zuñiga E.I.R.L, ambas vinculadas a la campaña electoral de Pablo Zalaquett.
El militate UDI (Zalaquett), en cuanto a la acusación de estos financiamientos irregulares, solicitó el uso de su derecho a permanecer en silencio, según el ex Edil, habría utilizado este recurso con un fin de ayudar a la investigación, debido a que aún no se encontrarían los datos y pruebas suficientes en la carpeta para su declaración. Aún así, no se la llevó pelada, porque aunque no haya declarado, se llevó la sorpresa de la manifestación liderada por estudiantes a las afueras de la fiscalía nacional, con pancartas emblemáticas que replicaban la frase: “Zalaquett nos expulsó por luchar, nosotros lo expulsamos por robar”
Sin embargo, el pasado 18 de noviembre en su declaración a fiscalía, el ex candidato declaró que el único error que reconocía era que los pagos a Cristina Zúñiga y Reactor SpA, habían sido dirigidos a terceros, cuando obviamente eran para financiar su trucha campaña.
Por su parte, el Gerente General de la sociedad, Patricio de Solminihac, declaró por primera vez el 10 de abril pasado acompañado por sus abogados Hugo Rivera y Sergio Bunger, tras su interrogación en calidad de imputado ante los fiscales Carlos Gajardo y Emiliano Arias, además de un inspector de la Brigada de Delitos Económicos de la PDI y una abogada del ministerio Público.
De Solminihac al mismo tiempo admitió la decisión de cortar los pagos a otros políticos incluidos en el centro de costos de la compañía, tales como el hijo de Roberto León (DC) y el ex embajador Marcelo Rozas, su mujer y uno de sus hijos. Así mismo, el ejecutivo suspendió las asesorías del ex ministro Enrique Correra y del abogado Darío Calderón.
A raíz de estas declaraciones, el controlador de la minera no metálica desconoció por completo a las personas que aparecen mencionadas emitiendo boletas ideológicamente falsas a su empresa, como Carolina de la Cerca, cuñada de Pablo Wagner, el ex subsecretario de la administración de Sebastián Piñera, quien además el día de hoy se encuentra en prisión preventiva. Negó también saber sobre las boletas emitidas desde Reactor SpA y Asesorías Cristina Zúñiga, declarando tajantemente que era Patricio Contesse quien vería ese tema con el vicepresidente de finanzas.
Durante el ataque de alzheimer que sufrió Ponce en su declaración, también mostró un desconocimiento acerca de quiénes ocupan cargos importantes dentro de la compañía, declaró en reiteradas instancias que el tema de la contabilidad estaba a cargo de Finanzas, por lo que cualquier cosa que tenga relación con ello, lo ignora. No sabe tampoco si quiera quién es el gerente de Contabilidad. Según el empresario, bajo una frase que se nos hace conocida últimamente, el directorio “se enteró por la prensa” de los aportes a campañas.
No nos parece tan ilógico este tipo de frases, donde muchos de aquellos empresarios y/o corruptos dejaron de prestarse ropa entre ellos y ahora comenzaron a admitir/mentir situaciones individuales, sin ponerse la camiseta por alguna empresa en específico, porque últimamente ha estado de moda que ellos, los que le financiaban las campañas a políticos con la emisión de boletas dirigidas a otras personas y así poder evitar el cobro por impuestos, no conocen ni se acuerdan de haber leído contratos, haberse conocido gente o haber prestado servicios o dinero directamente a las campañas.
En estos minutos lo que quedaría como enseñanza es que Julio Ponce y sus pares imputados, debiesen comer más pasas para la memoria y nosotros, como sociedad, debemos estar atentos y despiertos frente a estas crisis políticas, porque eventos como los que estamos viviendo en la cartelera política hoy en día no son más que atajos y senderos para poder hacernos escuchar, el Caso SQM, Penta y Caval, nos están dando señales de humo, de luces y fuegos artificiales para que levantemos la voz y exijamos un Estado transparente y que reme para el mismo lado que el país, es ahora, en los momentos de debilidad y exposición de los corruptos donde el pueblo puede hacer la jugada maestra para tomar las riendas del asunto, El destape total del caso SQM revelaría tantos chanchullos que los que aún no han comenzado a desadormecerse seguramente serán los primeros en salir a la calle pidiendo que se vayan todos.
Por su parte, el parlamentario, Hugo Gutierrez, defiende su postura que reafirma el término de los aportes reservados, ya que este tipo de situaciones solo daban más motivos para exterminarlas y además, estimó que todas esas cifras entregadas deben ser investigadas por fiscalía.
Finalmente podemos establecer que la razón que la sociedad tiene para enojarse y desconfiar de prácticamente todos los que ocupan puestos en el parlamento, es porque a medida que se desarrollan y revelan más datos sobre la investigación que sigue a las aristas del Caso Penta y los demás casos de corrupción mediante la facturación de boletas truchas para evadir impuestos, refleja lamentablemente un Chile lleno de funcionarios y empresarios mentirosos y avaros, donde el bienestar pasa a ser un tema de debate tarde, mal y nunca.