No es la primera vez que Sebastián Piñera se ve enredado en casos donde negocios y malas practicas se vinculan en el afán de ser uno de los empresarios más poderosos del país. Hecho que también se repite en su carrera política, que ya lo llevó a ser Presidente de la República y que hoy lo tienen como una de las principales figuras de la derecha.
Tanto es así que la ciudadanía ha perdido la capacidad de sorpresa respecto del ex mandatario y los hechos en los que se ve involucrado.
Ahora, la investigación que se desarrolla en Argentina respecto a las coimas que se habrían pagado a autoridades para agilizar el proceso de instalación de Lan – hoy LATAM – allende los Andes, mantiene a Piñera en la mira justo en momentos que comenzaba su despliegue como candidato presidencial.
Los hechos son los siguientes: Tanto Sebastián Piñera, ex accionista de LAN y miembro de su directorio, junto con el actual dueño de la compañía, Ignacio Cueto, se encuentran imputados por la justicia trasandina por los pagos irregulares de US$ 1.150.000 en «asesorías» sobre el estudio de rutas aéreas, que hasta ahora no han sido posibles de comprobar.
¿El resto de los involucrados? El ex ministro de Transportes en el gobierno de Nestor Kirchner, Ricardo Jaime, y el ex ministro de Planificación, y actual diputado, Julio de Vido. El primero se encuentra preso por estar involucrado por otra serie de casos similares.
A esta causa se suma la resolución de la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés, Securities and Exchange Commission) en la que sancionó a LAN por violar una ley a Foreign Corrupt Practices Act (ley contra prácticas corruptas en países extranjeros), con pagar una multa de 75.000 dólares, cerca de 50 millones de pesos.
A pesar de los antecedentes, el ahora candidato Piñera niega haber participado en algún ilícito o en alguna negociación incompatible. Y ha señalado que «pienso que esta denuncia es o muy irresponsable o es muy malintencionada. Porque por el solo hecho de que yo sea accionista de Lan, como lo dice la propia denuncia, me asigna responsabilidades que no tengo y que ninguna de las investigaciones que se han hecho por la justicia en Argentina, Estados Unidos y Chile, me ha asignado».
Todo este proceso se desarrolla en las penumbras en las que el ex presidente se ha sabido manejar durante años, desde el Banco de Talca, pasando por el llamado «Piñeragate» o su «pasada de máquina» a la candidatura de Joaquín Lavín en las elecciones presidenciales de 2005.
Información Privilegiada
Pero ésta no es la primera ocasión en la que Piñera se ve involucrado en este tipo de líos. Y lo más probable que no llegue a ser la última.
Cabe recordar que en 2007 se develó que la compra del paquete accionario que le dieron el control de LAN a Sebastián Piñera, se había efectuado en base la tenencia de información privilegiada por parte del empresario. Vale decir datos que le permitieron hacer una mejor oferta para su bolsillo.
El hecho generó gran revuelo por aquel entonces, en momentos que Piñera comenzaba a montar todo el aparataje de campaña que finalmente lo llevó a La Moneda en 2010.
En la acusación de la SVS (Superintendencia de Valores y Seguros) se señala que «Fluyen fundadas presunciones para estimar que no ha observado (Piñera) el deber de abstención que pesa sobre quien tiene acceso a información privilegiada, consistente en no adquirir para sí o para terceros, directa o indirectamente, los valores sobre los cuales tenía información privilegiada».
Tras la investigación, Piñera fue sancionado con una multa de $363 millones. Y en su defensa se resguardó en el ambiente electoral del año 2009, cuando fue entregado el dictamen del organismo, declarando a los medios que «algunos en medio de la campaña están dispuestos a tergiversar cualquier cosa, pero no hay ninguna cosa nueva en lo que ayer planteó el superintendente».
Cabe recordar que el caso fue puesto en el Informe Global de la Corrupción 2009 de Transparencia Internacional en el que se señala «Al igual que el caso de D&S, el uso de información privilegiada tuvo consecuencias para LAN. Tras la resolución de la SVS, Piñera anunció la renuncia a su cargo en la junta directiva de la empresa y expresó su deseo de separar su identidad política de sus iniciativas comerciales. Pese a esta decisión, Piñera todavía mantenía el 25% de las acciones de LAN a mediados de 2008».
El caso quedó ahí, latente en el historial de Piñera. Al igual que sus reuniones secretas en Argentina.