A través de una carta dirigida al Movimiento Autonomista y Revolución Democrática, Beatriz Sánchez se dirigió por primera vez al Frente Amplio. En ella establece: “Después de 15 años miro el país de manera distinta”, motivo por el que sueña con “conectar ese cambio de mirada con las movilizaciones sociales de los últimos años y la relación de movimientos como los nuestros con ese Chile que busca despertar y transformarse”.
Sin embargo, reconoce que no es la misma mirada que ha dominado el ejercicio de su profesión las últimas décadas. En la carta señala que “me tocó empezar a ejercer el periodismo a mediados de la década de los 90”, década que caracteriza señalando que “no había críticas abiertas a lo que llamábamos democracia”, contexto en el que -dice- “los medios acompañamos lo que sucedía”. De este modo, reconoce, “no nos cuestionábamos, no criticábamos, no investigábamos, fuimos parte de las instituciones que se acomodaron”, concluye autocrítica.
Abunda en los elementos que articulan su mirada sobre el país al declarar: “Veo el daño que provocó una democracia pactada. Veo el desprecio por la política que se confunde con políticos. Veo cómo las personas se han transformado en consumidores, donde se sienten cómodos sólo de las puertas hacia adentro de sus casas y creen que deben ‘salvarse solos’”.
Apunta que en los partidos políticos “se instaló un solo discurso, sin cuestionamientos, al que responden más o menos todos los conglomerados”.
Por estos motivos, reconoce: “Quiero y es necesario conocerlos más, saber qué piensan, escucharlos y que me escuchen” y que en el Frente Amplio “encuentro la intención de disputar ese espacio cultural, de desafiar los paradigmas y de volcarse a la política. De recuperar la política para las personas”.