Se juntan a comer una empanada, a tomarse una copa de vino o una taza de té, para luego cantar la canción nacional y aplaudir cada vez que cantan la estrofa representativa del régimen militar:
Vuestros nombres, valientes soldados
que habéis sido de Chile el sostén,
nuestros pechos los llevan grabados
los sabrán nuestros hijos también…
“Mi general Pinochet escuchó la voz de un pueblo. A nosotros nos tiraban maíz en las calles. Nos decían gallinas por no oponernos al caos que era el gobierno de Allende. Es que la situación antes del gobierno militar era un caos“, indicó Juan González, el presidente honorario de la Corporación 11 de Septiembre, que hace dos años logró juntar a más de mil personas para el estreno del documental Pinochet.
Esta organización, fundada en 1999 por el ex director de los servicios de inteligencia de Pinochet, Álvaro Corbalán, se mantiene viva con reuniones cada martes del año, a la que asisten en promedio 15 personas.
En cada junta, celebrada en un lugar del centro de Santiago de Chile que nos pidieron no revelar por temor a una “persecución política”, intentan recordar el legado del “gobierno militar”, que según Renán Balas, miembro de la corporación, fue un “gobierno restaurador del orden que en este país se había perdido”.
Según el Estado de Chile, durante esos años, más de 38 mil personas sufrieron detención política y tortura, mientras que 3,220 fueron ejecutadas o engrosan las listas de los llamados “detenidos desaparecidos”, personas que se saben fueron detenidas por el ejército o la policía, pero que nunca más tuvo conocimiento de ellos.
La productora de documentales Southamerican Docs tuvo acceso exclusivo a una de las ONG más polémicas de Chile, donde se encontraron con las pocas personas que todavía apoyan en público el régimen del general Pinochet.