En un video de tres minutos, el actor Rodrigo Salinas, interpreta a la “Guatona Candy”, y junto a un elenco de conocidos actores nos dan a conocer los trucos de la Constitución de 1980, implementada aquel año en plena dictadura militar, y por ello la necesidad de cambiarla marcando en estas elecciones, en el borde superior derecho, la sigla “AC” de Asamblea Constituyente.
Cabe señalar que Luego del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, no sólo fue suspendida la Constitución de 1925, vigente hasta entonces, sino que, además se buscó crear una nueva institucionalidad. Para ello se designó una comisión de cercanos a Pinochet para una “Nueva Constitución» más conocida como Comisión Ortúzar, a la que se dio la tarea de crear un anteproyecto de constitución. Entre 1978 y 1980 el Consejo de Estado de esa época discutió e introdujo algunas modificaciones al anteproyecto. Tuvieron aquí principal participación Jaime Guzmán y Enrique Ortúzar. Pero también participaron otros personajes, como Enrique Evans, Juan de Dios Carmona, Ramón Barros, Oscar Izurieta, Carlos Cáceres, William Thayer y Juan Antonio Coloma. Con posterioridad a la redacción afinada por dicho cuerpo consultivo, la Junta Militar -Augusto Pinochet, Fernando Matthei, José Merino y César Mendoza- le introdujo algunos cambios.
El texto fue, en definitiva, sometido a consideración de la ciudadanía mediante un plebiscito nacional en 1980. Dicho plebiscito fue cuestionado por las irregularidades formales de su celebración, ya que entre otros problemas, no existían registros electorales y la oposición se vio impedida de efectuar campaña al estar restringidas la mayoría de las libertades públicas, como la de expresión y reunión, los partidos políticos proscritos y encontrarse cerrado el Congreso Nacional. La Constitución entró en vigencia el 11 de marzo de 1981, aunque hubo sectores de la ciudadanía que no reconocieron su validez.
Entre 1981 y 1990, de acuerdo a los artículos transitorios fijados por la misma Constitución, la Junta de Gobierno (ahora César Benavides, Fernando Matthei, José Merino y César Mendoza) asumió las funciones legislativa y constituyente —esta última sujeta aprobación plebiscitaria—. Augusto Pinochet asumió el cargo de Presidente y, por ende, la función de gobierno y administración del Estado.
Para el abogado constitucionalista Fernando Atria el problema es “que las reglas constitucionales con las cuales hemos vivido los últimos 30 años son reglas que tienen trampas, que están hechas para que el resultado sea conocido de antemano. Y como las reglas tienen trampas, el proceso político constitucional es un proceso político que no puede dar cuenta de una demanda de legitimidad”. “Hoy tenemos instituciones que favorecen a los herederos de Pinochet», concluyó.
Por David Rubinstein
El Ciudadano
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