Es difícil creer que el emplazamiento que hizo la derecha el día jueves 19 de junio a la Ministra de Vivienda, Paulina Saball, buscaba cambiar en algo las pésimas condiciones en que se encuentran viviendo las familias afectadas por el incendio en los cerros de Valparaíso, que buscaba apurar el proceso de reconstrucción en Alto Hospicio o que tenía por objetivo enmendar las deficientes políticas de vivienda llevadas adelante por el bloque dominante en los últimos 24 años.
Por el contrario, vimos el triste espectáculo al que nos tienen acostumbrados la derecha y la concertaciónpc en el Congreso, donde siempre se pelan los dientes y se gruñen en público, tratando de diferenciarse en matices, en aspectos secundarios de cuestiones en las que están básicamente de acuerdo: Que las casas no se lluevan y el plástico no se pase, que hayan baños, que haya agua, son cuestiones inmediatas para las familias ahora. Que la actual administración tenga un catastro real de los damnificados, y al menos una idea de los recursos que necesita y los plazos que contempla, es lo mínimo que se les puede exigir a quienes administran el Estado.
Sin embargo, el problema de la vivienda en Chile sobrepasa las cuestiones inmediatas y afecta directamente el problema de la reconstrucción ante las catástrofes de Alto Hospicio y los cerros de Valparaíso.
En chile desde el año 78 que la vivienda para las y los chilenos no es un derecho, y se le considera un bien provisto por privados (inmobiliarias, constructoras) al cual las familias pobres deben acceder con un subsidio de parte del Estado. El Estado se desliga incluso de la planificación urbana, quedando el crecimiento y la calidad de vida de la ciudad a merced de las fuerzas del mercado, lo que en buen chileno quiere decir a merced de los intereses de los dueños del poder y la riqueza.
Es por esto que el Estado no dispone de ningún tipo de procedimiento institucional para enfrentar el problema de la reconstrucción de viviendas destruidas por catástrofes, quedando a criterio de cada administración cómo resuelve el problema.
La administración anterior desarrolló como objetivo, a partir del terremoto del año 2010 y posterior tsunami, expulsar a los pobres del borde costero. Una visión no muy distinta de la que plantea el gobierno actual, queriendo aprovechar la oportunidad para expulsar a los pobres de los cerros de Valparaíso.
Por esto, denunciamos la falta de una ley general de vivienda, independiente de la administración de turno, que establezca una política de estado en vivienda social y planificación urbana, que especifique el cómo, el dónde, la norma de calidad, el número, los plazos, y quiénes son los responsables, las responsabilidades que les caben y los mecanismos reales de exigibilidad de responsabilidades (no shows mediáticos) en la construcción normal y reconstrucción en los casos de catástrofe o mala calidad de la construcción como ocurrió en gobiernos anteriores.
Ante este show mediático dado por los dos sectores políticos del bloque dominante, los pobladores sabemos que no existe ningún cuestionamiento al sistema que solo genera más desigualdad y segregación. La interpelación a la ministra, es sólo una nueva cortina de humo desde el congreso, una nueva disputa por miserables cuotas de poder, donde ambas coaliciones sólo quieren utilizar y manipular a los pobladores, aprovechándose de su desesperación.
Los que hemos presionado para ganar algunas mejoras, los que realmente interpelamos a las autoridades, a punta de movilizaciones con métodos de fuerza y presión, para lograr poner la discusión sobre la mesa, somos nosotros.
Somos nosotros los que estamos dando la lucha para que se establezca la vivienda como un derecho y con un estado que esté al servicio de su pueblo, como debiese ser con cada uno de los derechos que hoy exige la ciudadanía. Que en definitiva chile, sea para todos los chilenos, y no sólo de unos pocos millonarios.
Las organizaciones de pobladores debemos tener la claridad para fortalecernos, organizándonos, formándonos para dar las batallas siguientes y no prestarnos al circo que solo beneficia a un pequeño sector de nuestra sociedad en el cual no estamos incluidos. En este sentido, lo que debemos hacer es continuar organizados, luchando.
Nuestro emplazamiento a la ministra de vivienda y a las autoridades seguirá siendo desde la calle con nuestras diversas formas de dar la pelea hasta recuperar nuestros derechos por completo.
Ya lo dijimos. Nos gustaría que no fuera así. Nos gustaría que primara la razón y los argumentos. Que primaran las necesidades e intereses de nuestras familias, de nosotros, de nuestro pueblo. Pero vivimos en Chile, y en nuestro país mandan los dueños del poder y la riqueza.
Si poder es lo que tienen, poder es lo que entienden, poder es lo que usan… entonces reiteramos: debemos aprender a crear nuestro propio poder, nuestra propia fuerza.
Por Doris González