En las últimas décadas se ha hablado cada vez más en una prominencia de las cuestiones internacionales en lo cotidiano de la sociedad. Aunque los hechos y las decisiones de algunos países, su cultura y sus problemas han influencia en el resto del mundo, desde la expansión del comercio se han intensificado en la segunda mitad del siglo XX. Cuando vemos un gran aumento de las Relaciones Internacionales y debates sobre el plan internacional. Sumado a esto, la globalización del comercio y el aumento del flujo de información, personas y productos en todo el mundo contribuyeron a la expansión de la disciplina de las Relaciones Internacionales (IR).
En las ciencias sociales en general, se han profundizado en las últimas décadas los estudios de género y de la infancia, en este sentido, un punto importante en los estudios en el área de la infancia es la aparición de un nuevo enfoque, la sociología de la infancia (SI), la cual ve a ésta como construcción social, el cual se lleva a cabo dentro de un sistema social, cultural y jurídico delimitado por categorías tales como la socialización, género, clase, cultura y generación, al mismo tiempo, este enfoque ve al niño protagonista y no un mero objeto de lo que ocurre en la sociedad.
Sin embargo, el reciente campo de las relaciones internacionales no se ha apropiado de esta concepción del niño como protagonista. La imagen actual del niño se asocia a la esfera privada y doméstica y no participa en la vida pública donde la toma de decisiones ocurren. Como las Relaciones Internacionales son consideradas una actividad del aspecto público, la posibilidad de considerar a los niños como actores que influyen de manera activa en cuestiones internacionales aparece silenciada.
En el sistema internacional, en el que ocurren las relaciones internacionales se pueden identificar varios actores internacionales que definen el perfil y las transformaciones de este entorno y que también son influenciados por él proprio medio. Hasta el siglo XX, los Estados seguían siendo prácticamente los únicos actores de las relaciones internacionales, a medida que comienzan a surgir las organizaciones internacionales intergubernamentales (como la ONU) y las Fuerzas Transnacionales (como ONGs internacionales, las empresas transnacionales y la opinión pública internacional). La aparición de estos nuevos actores genera debates sobre el grado de influencia que tienen en el escenario internacional y la creciente interdependencia entre los distintos hechos internacionales.
Para Sato (2005), la emergencia en las Relaciones Internacionales de cuestiones como el medio ambiente, género, étnica y los conflictos religiosos, etc. Eliminan de manera posterior a la Guerra Fría la división entre la High Politics (alta política, temas relacionados con la seguridad y la supervivencia de los Estados) y la Low Politics (baja política, relacionada a temas sociales y económicos), que se han vuelto más integrado con los nuevos temas. Así, los nuevos estudios en Relaciones Internacionales han caracterizado el fenómeno de “difusión de poder” y el surgimiento de nuevos actores que hasta entonces no eran considerados en la disciplina. Entre ellos, se destaca el papel del individuo – un activista, un niño o una mujer, a los cuales las estructuras de la disciplina los mantenían en silencio.
Por lo tanto, la aparición de nuevos temas, en particular con respecto a cerca de los problemas de baja política, abren el espacio para que se discutan dentro de las RI un estudio que foque en la participación de los niños, en particular a través de Organizaciones Internacionales y ONGs internacionales, los medios de comunicación y los movimientos sociales, en la escena internacional.
Sin embargo, a pesar de la aparición de nuevos temas y el papel cada vez mayor de los niños en hechos internacionales, la disciplina de Relaciones Internacionales todavía se concibe con la dicotomía clásica entre los adultos mayores x los niños. Así, una categoría interesante para pensar que el niño en las Relaciones Internacionales es bajo el concepto de ” Agencia invisible” desarrollado por Cynthia Enloe (1990), según el cual, las mujeres no son estudiadas en la política internacional porque sus funciones son consideradas “natural”, por lo tanto, irrelevante para la investigación. Como lo personal es político, las relaciones concebidas como privadas están incrustadas en las lógicas de poder. Las mujeres no son reconocidas como agentes de ese sistema, ya que sus actividades se producirían sólo a nivel nacional, lo que produce un bajo impacto en el entorno internacional.
Los argumentos de Enloe, articulados para defender la inclusión de las mujeres en la política internacional, también se pueden aplicar a la cuestión de los niños. Así como las mujeres, los niños tienden a no ser visibles como actores en cualquiera de las esferas pública con la que las RI están más preocupadas.
A partir de los argumentos Enloe, se puede suponer que los niños influencian y participan en los asuntos internacionales, pero su agencia permanece invisible para el estudio de las RI. En este sentido, la sociología de la infancia contribuye con este debate. Según Regina Sirota (2001, p. 11)
“El niño es una construcción social. La Infancia es entendida como una construcción social. 2. Los niños deben ser considerados como actores en el sentido pleno y no simplemente como seres del devenir. 3. Los niños son tanto los productos como los actores de los procesos sociales. Se trata de invertir la proposición clásica, no discutiendo lo que produce la escuela, la familia o el Estado, sino para preguntar sobre lo que el niño crea en la intersección de sus instancias de socialización. […] 4. La infancia es una variable de análisis sociológico que debe ser considerado en el pleno sentido vinculándola a las variables clásicas como la clase social, el sexo o pertenencia étnica”.
En el tema de la agencia de los niños, es importante que haya un reconocimiento por parte de los Estados y la comunidad internacional en su conjunto que los niños son seres que tienen derechos que deben ser respetados frente a todos los otros sujetos de derecho internacional. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (1989) fue ratificado por todos los Estados existentes, excepto Somalia y los Estados Unidos de América. Se reconoce el derecho de los niños a la supervivencia, el desarrollo y la participación.
Rei (2006), en su investigación sobre la participación social de los niños en el escenario internacional, muestra los avances en la comprensión jurídica de la participación de los niños en estos tratados internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño, que se repite de la siguiente manera: El derecho a ser escuchados y que sus opiniones sean tenidas en cuenta – en función de su edad y grado de madurez con mayor o menor peso – es uno de los derechos más innovadores incluidos en el Convenio de Derechos del Niño. El Comité de Derechos Incluso los de los niños, está encargado de velar por el cumplimiento y la interpretación establecida de la Convención. Dijo en varias ocasiones que el derecho a la participación es uno de los cuatro pilares de la Convención.
Sin embargo, ninguna teoría de las relaciones internacionales hace alguna mención de los niños como actores. Para ellas, este grupo sigue siendo una fuerza en silencio que no tiene ninguna agencia, o tiene una agencia limitada. Los enfoques clásicos como el materialismo / realismo / nacionalismo económico, están preocupados por el poder militar que se ejerce por el varón adulto. Ya el liberalismo, aunque considera que el papel del individuo, es una generalización amorfa que no asume un lugar, ni de una mujer o una niña.
De esta forma, existe una brecha en las Teorías de las Relaciones Internacionales, al no entender de lo que son capaces los niños, sino también por no tener en cuenta la importancia de los niños en los asuntos que conciernen a la humanidad, tales como, la adquisición de los derechos, la igualdad, el desarrollo, la pobreza y la seguridad. Por todo esto, se debe pensar en la niñez de hoy, desde aspecto cada vez más interdisciplinario. Es necesario y es en este sentido que el diálogo entre la sociología de la infancia se vuelva útil para los estudios de las RI.
Para mayores informaciones sobre el tema, consultar el artícolo “Sociologia da infância e relações Internacionais: diálogos possíveis” publicado por el autor junto a Dr. Ana Claudia D. C. Oliveira, en la Revista Plura, USP.
CAPISTRANO, Ana Claudia D. SESTREM, Jardel. KUSS, Laís. Sociologia da infância e relações Internacionais: diálogos possíveis
Pecequilo, Cristina Soreanu. Os atores internacionais. Introdução às Relações Internacionais: temas, atores e visões. Petrópolis, RJ: Vozes, 2004.
Sirota, Régine. Emergência de uma Sociologia da Infância: evolução do objeto e do olhar. Cadernos de Pesquisa, n. 112, mar. 2001.
Sato, Eiti. A agenda internacional depois da Guerra Fria: novos temas e novas percepções. Rev. Bras. Polít. Int., v. 43, n. 1, p. 138-169, 2000.
Rei, Raquel C. Teixeira. Participação social da infância. Barcelona: Ed. UAB, 2006.
ENLOE, Cynthia. Bananas, Beaches and Bases: Making Feminist Sense of International Politics. Berkeley and Los Angeles: University of. California Press, 1990
vía SSociólogos