El pasado 6 de julio, los diputados Giorgio Jackson y Gabriel Boric, junto a estudiantes universitarios, realizaron un banderazo en el Congreso Nacional en apoyo a las demandas del movimiento y en rechazo al proyecto de Educación Superior que ingresaba por esos días al parlamento.
A raíz de esto -que en la práctica se tradujo en el despliegue de una gran bandera en el frontis del edificio en Valparaíso, en la que se leía la frase Otra democracia. Educación pública, gratuita y de calidad- Jackson y Boric fueron pasados a la Comisión de Ética de la Cámara.
En respuesta a un oficio de la mencionada Comisión, los parlamentarios redactaron una carta. En ella, junto con reconocer que los hechos de los que se les acusa -desplegar la bandera- son efectivos, apuntan al Congreso como un lugar en donde las voces que son escuchadas son las «poderosas» y en cuyos pasillos «se discute mantener los privilegios de algunos».
Acá el texto completo con estas y otras duras críticas.
«Mediante la presente carta, queremos hacernos cargo de la acusación presentada en nuestra contra a raíz de que el pasado 6 de julio, cuando en conjunto con dirigentes estudiantiles, desplegamos una bandera chilena desde el piso 14 del Congreso exigiendo otra democracia y una educación pública, gratuita y de calidad. Los hechos de los que se nos acusa son efectivos. Lo hicimos porque es nuestra convicción que para cambiar Chile es necesario impulsar transformaciones profundas, en conjunto con los movimientos sociales.
Parece ser que en este Congreso las demandas de las grandes mayorías no son escuchadas. Parece ser que son escuchadas otras voces, minoritarias, pero poderosas: las de las empresas que financian las campañas de los que han llegado hasta acá, pero que no tienen cara, porque hasta hoy no hay transparencia de quiénes son los que las pagan.
Mientras en estos pasillos se discute mantener los privilegios de algunos y los matices para detener los cambios que favorecen a las mayorías, los estudiantes están afuera, movilizándose y sus familias apoyándolos, exigiendo una mejor educación para Chile, alzando una voz que parece no atravesar estas murallas. Ya han pasado 10 años desde las movilizaciones de los pingüinos y 5 desde la explosión del 2011 y hay parlamentarios como el diputado Urrutia, quien nos ha acusado a esta comisión, que prefieren escudarse en meros formalismos en vez de escuchar el sentir mayoritario de Chile que exige que se les garanticen sus derechos más básicos.
Nosotros fuimos elegidos porque representamos una visión, porque sabemos que sin la visibilización e incorporación de los movimientos sociales no habrá cambios reales en Chile. Y es que sabemos que hay quienes preferirían que nos adecuáramos a sus normas, que nos ciñiéramos a sus protocolos y que nos acomodemos a los privilegios de ser diputados, mirando con ajenidad las movilizaciones donde nos formamos. Les decimos que no. No vamos a renunciar a la rebeldía que es el sustento, el sentido de nuestro mandato.
Y desde ya, mediante la presente le comunicamos al diputado Urrutia que queremos que todos los movimientos se expresen, y encuentren en este Congreso un espacio para visibilizar su malestar y disputar nuevas propuestas. Queremos que todos los chilenos que se organizan para construir un mejor país, sepan de nuestro compromiso por abrir este Congreso a sus banderas, sus causas.
Con esta presentación en la Comisión de Ética, con normas totalmente descontextualizadas, e incluso con la alegación absurda de haber cometido un delito contra la Ley de Seguridad Interior del Estado, están tratando de callar las demandas del movimiento social, expresadas de modo pacífico, sin interrupción de las actividades del Congreso y dispuesto al diálogo. Hay sectores que prefieren hacerse los sordos porque el modelo actual les gusta y quieren mantenerlo tal como está. Lo hacen con carros lanza agua, con lacrimógenas, con los medios de comunicación, y hoy lo están intentando de nuevo, contra una bandera que expresa una demanda de tantos chilenos y chilenas.
Si tenemos que marchar, protestar, o levantar 100 banderas para visibilizar las injusticias y permitir que las cosas cambien, lo vamos a hacer porque la gente que está afuera se merece otro Chile».