Las claves de la VI Cumbre de las Américas

Inaugurada este sábado en la colombiana Cartagena, controlada al milímetro por miles de militares, condenada, como su antecesora de Trinidad y Tobago (2009), a la ausencia de una declaración por falta de consenso para apoyar la causa argentina sobre las Malvinas y revertir la exclusión de Cuba, y con Estados Unidos, en crisis y en […]

Las claves de la VI Cumbre de las Américas

Autor: Leonel Retamal

Inaugurada este sábado en la colombiana Cartagena, controlada al milímetro por miles de militares, condenada, como su antecesora de Trinidad y Tobago (2009), a la ausencia de una declaración por falta de consenso para apoyar la causa argentina sobre las Malvinas y revertir la exclusión de Cuba, y con Estados Unidos, en crisis y en busca de aterrizar negocios en la emergente Latinoamérica, además de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) en hombros del presidente boliviano Evo Morales.

La Cumbre, que la víspera no pudo cerrar, en la reunión de cancilleres, un acuerdo que canalizara una declaración final, por la oposición, en bloque, de EEUU y Canadá, para colocar sobre la mesa hemisférica el reclamo de Argentina por la soberanía de las Islas Malvinas, en poder de los ingleses desde la guerra de 1982 y, menos, la convocatoria e inclusión de Cuba, acusa déficit de contrapesos de política internacional, pues la antípoda del presidente estadounidense Barack Obama, el líder venezolano Hugo Chávez, no asiste a la cita por un cáncer que le ha jaqueado.

Dada la ausencia anticipada del jefe de Estado de Ecuador, Rafael Correa, y la baja de última hora del nicaragüense Daniel Ortega, la contestataria ALBA quedó en manos de Morales que la víspera urgió a EEUU, por vía de su secretaria de Estado, Hillary Clinton, a convocar a Cuba a la cita hemisférica y homologar la reivindicación de Argentina sobre las islas australes.

Morales mostró la víspera el talante del bloque bolivariano cuando, en un discurso de clausura del Foro Social, que reunió a 3.000 activistas y representantes de 13 países de América durante 3 días en Cartagena, relievó el alcance del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) propugnados por la ALBA.

Las exaltaciones de Morales -que el viernes se robó los reflectores de la prensa local, nacional e internacional con su intervención en el Foro, en que compartió mesa con el presidente anfitrión de la Cumbre, Juan Manuel Santos, y la secretaria Clinton, y en un partido de fútbol por la tarde- al comercio complementario, justo y solidario se registraron antes de que Obama dejara clara su postura sobre el libre comercio entre EEUU y Latinoamérica, a despecho de las asimetrías y tamaño de las economías.

Tal posicionamiento quedó sentado en la clausura de un Foro Empresarial por Obama, Santos y la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, felicitada sin resuello por establecerse como la sexta economía del mundo, por encima de la Inglaterra demandada por Argentina.

El dilema subsiste en momentos en que EEUU tiene a la firma un Tratado de Libre Comercio con Colombia y Panamá.

En la mesa de la Cumbre de Cartagena, el comercio complementario, justo y solidario y el comercio libre a secas son mutuamente excluyentes, en momentos en que las economías de Europa y, más aún EEUU hacen aguas y buscan redención en la emergente Latinoamérica, rosada por la crisis y reunida, por vía de sus dirigentes, en esta ciudad del noroccidente de Colombia.

La cita de jefes de Estado y de Gobierno, que en su inauguración escuchó a la rubicunda Shakira, «orgullo» de Colombia cantar el himno de su país, y al secretario general de la Organización de Estados Americanos, el chileno Miguel Insulza, hablar de que la Inversión Extrajera Directa busca el sur» y que la «recíproca» levanta vuelo, cerrará el domingo, sin declaración, que debía versar sobre drogas, pobreza, seguridad, desigualdad, infraestructura, interconexión regional y prevención de desastres naturales.

En el discurso inaugural de la Cumbre, el presidente Santos dijo que Latinoamérica, por un lado, y EEUU y Canadá, por el otro tenían, hoy día, «que tender puentes» y que el norte y el sur mantenían «una profunda interdependencia económica».

En su alocución, el mandatario anfitrión de la Cumbre llamó, tangencialmente a EEUU, a «superar los paradigmas del pasado», las terquedades ideológicas, los «anacronismos que nos mantienen aislados en un mundo de guerra fría superada ya hace varias décadas», e incluir a Cuba, presa de un bloqueo económico hace más de 50 años por la política de Washington.

Santos llamó al hemisferio a mirar sin indiferencia a la destruida Haití por un terremoto en 2010.

La Cumbre de 2015 de Panamá «sería inaceptable con un Haití postrado y también lo sería sin una Cuba presente», proclamó, al tiempo de pedir colocar sobre la mesa el momento boyante de la economía de Latinoamérica, dueña de un cuarto de los alimentos y de dos tercios de la fuente de agua dulce

Santos llamó, de refilón, a tradicionales potencias mundiales a deponer posturas de poder y dejar de mirar de rabillo la realidad de la emergente Latinoamérica, que en la última década ha rescatado a 40 millones de los suyos de las garras de la pobreza.

«Las tradicionales potencias han conocido ya los límites del ejercicio aislado del poder, han aprehendido que solos no puedan cargar el peso de mantener el mundo en paz», afirmó en un bien tejido discurso en que refirió que la región comercia con EEUU 800.000 millones de dólares año, 300.000 millones más que China, primera economía del mundo.

«Nuestras economías están creciendo por encima del promedio mundial con baja inflación y responsabilidad fiscal, asegurando la sostenibilidad y estabilidad de nuestro crecimiento en un contexto políticos donde prevalecen el respeto a las libertades públicas», afirmó.

«Es un punto de inflexión, un momento decisivo, la oportunidad, un salto cualitativo al desarrollo y un salto en nuestras relaciones con el mundo que no podemos dejar pasar (..) estamos en la ineludible necesidad de actuar juntos para resolver los muchos desafíos que aún nos afectan», destacó por último.

Por Coco Cuba

ABI


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