Las platas que «doña Lucía» recibió de Penta

El caso Penta no se detiene; por el contrario. Pareciera que cada día se expande y en cualquier momento se va a dejar de investigar porque van a estar todos, completamente todos involucrados, sin excepción. Y va a perder sentido.

De ser un escándalo empresarial, pasó a los políticos en un abrir y cerrar de ojos y ahora, gracias a las declaraciones (nuevamente) de Hugo Bravo, nos remontamos a uno de los personajes más siniestros de nuestra historia reciente, digno del libro «Coronación» de José Donoso: Doña Lucía Hiriart de Pinochet.

En esta oportunidad, ha sido el diario El Mostrador el que ha dado la alerta al señalar que en la grabación de la reunión entre Carlos Eugenio Lavín (uno de los controladores de Penta) y Bravo, realizada el día 7 de septiembre, en donde realizan un desgloce de dineros entregados a diferentes políticos, aparece el siguiente diálogo:

Hugo Bravo: «El dinero yo lo saqué del Banco Penta… en ningún otro banco te pasan cincuenta millones sin preguntar, en billetes. Y cheques míos le entregué a Moreira y a la señora… no, eso fue en efectivo, a la señora Lucía, plata que la andaba recogiendo el socio de José Antonio Garcés…»

Aunque en esta grabación sólo se menciona que quien «recogía el dinero» era el socio de José Antonio Garcés, fuentes cercanas y que conocen a los involucrados de cerca, han comentado que, quien sería esta persona es Eduardo Fernández León, más conocido como el “Negro” Fernández, y que serían socios con Garcés en la inmobiliaria FFV y en Consorcio.

Consultado por El Mostrador, Fernández  (76 años) señaló lo siguiente: “Yo estoy metido en distintas cosas de ayuda para distinta gente que necesita, además de instituciones como la Universidad de Los Andes y cosas así. Pero a mí me gusta… como se lo digo, que mi mano derecha no sepa lo que hace mi mano izquierda. Así que prefiero no comentarle más de eso. Prefiero no hablar de lo que hace o no la gente de Penta”. De acuerdo a estas declaraciones, podemos desprender que fernández no confirma, pero tampoco desmiente la información a la que hace alusión Bravo en su conversación.

Según la fuente y, a pesar de que uno pudiera imaginar que doña Lucía no necesita de colectas de caridad, las donaciones a la viuda del dictador «no son una información que sorprenda» y señalan que : De hecho, quien fuera el brazo derecho del dictador en los 80, el general (r) Guillermo Garín, confirmó a este medio que las mismas han existido: “Lo que ha ocurrido son donaciones de empresarios por cariño, de quienes han estado con ella”, señaló, aunque no quiso entregar los nombres de los empresarios que realizan aportes a Hiriart.

Si nos ponemos a hilar fino, el mencionado Fernández tiene a su haber una gran fortuna ya que la inmoviliaria FFV tiene varios condominios de los que es responsable y están ubicados en Argentina, Chicureo y las Brisas de Santo Domingo, además de edificios emplazados en Presidente Riesco. También tiene participación en de Banmédica y los del grupo Matte en Apoquindo. Pero los datos que parecen más relevantes son que Fernández pertenece al Opus Dei y que, además, es muy cercano a la Familia de Ernesto Silva, actual presidente de la UDI y que se encuentra metido hasta el cuello en Caso Penta.

Según da cuenta el Mostrador: De hecho, en el directorio de la Clínica Santa María tiene instalado a un tío del parlamentario: Máximo Silva Bafalluy, quien hasta hace algunos años también presidía el directorio de Banvida, empresa de inversiones nacida de una división de Banmédica. Y la madre del timonel gremialista, María Cristina Méndez, es accionista minoritaria de la misma compañía.

Por lo mismo, pdemos comprender que los actos de caridad para Doña Lucía, de parte de Fernández, son nada más que una manifestación de su espíritu caritativo con su propia clase. Sin embargo, cabe preguntarse ¿Realmente doña Lucía está en condición de vulnerabilidad?

Alejandra Matus da cuenta de la vida de Hiriart en su libro Doña Lucía, la biografía no autorizada, publicado por ediciones B; y en las últimas páginas, donde va dando cuenta ya del ocaso de la vida de esta mujer, nos narra sobre la situación económica en la que queda, luego de la muerte del impune dictador. Si bien, sus millonarias cuentas son embargadas al igual que sus casas y autos ya que pasan al tribunal que investiga a Pinchet, no podemos obviar el hecho de que recibe un montepío de 4.000.000 de pesos mensuales. Si bien, podemos comprender que con ese dinero no le alcanza para el nivel de vida al que estaba acostumbrada, no deja de resultar indignante el hecho de que sólo por su montepío, entregado por el ejército, que es financiado por todos los chilenos, se encuentra dentro del decil de ingresos más altos de Chile.

Sobre eso, más encima, según queda constancia en el libro, esta señora se dedicó a llorar la carta a sus amistades, quienes han armado un círculo de protección. Acá les dejamos un fragmento del libro que da cuenta de los hechos:

“Gabriela de Leigh fue una de las interlocutoras de esas quejas por parte de Lucía. Se reencontró con ella en un té que se hacía periódicamente en beneficio de viudas de oficiales de las tres ramas de las fuerzas armadas (se excluye ahora a Carabineros) que terminan sus días en la residencia Los Aromos (…). ‘¿Cómo estás?’, le preguntó la viuda del general Gustavo Leigh. Y Lucía respondió: ‘Ahí estoy, no tengo plata para nada. No puedo disponer de mis fondos’.

“‘Un grupo de personas nos preocupamos del tema y, me consta, que en al menos dos ocasiones, se le hizo un fondo para pagar las deudas’, cuenta un ex ministro de Pinochet. Según Luciano Hiriart, sobrino de Lucía, hace poco otro empresario donó unos 80 millones de pesos para restaurar la casa de Los Boldos”.

Volviendo al tema de Penta, como era de esperarse, en el holding no quisieron emitir declaraciones sobre este tema.

Por otra parte, fuentes de la Fiscalía indicaron a El Mostrador, que las platas a Lucía Hiriart no forman parte de la investigación que lidera el fiscal Carlos Gajardo.