El proyecto de Ley Calidad y Equidad de la Educación fue aprobado en la Cámara de Diputados gracias a un protocolo de acuerdo entre la Concertación y el Gobierno, firmado el martes 17 de enero, lo que provocó la renuncia de Sergio Aguiló al Partido Socialista.
La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Ley Calidad y Equidad en la Educación, presentada por el Ejecutivo, con 83 votos a favor, 24 en contra, y 3 abstenciones. La sesión de la Cámara Baja tenía por objetivo aceptar o rechazar los cambios introducidos en el Senado el día de ayer.
Ahora sólo resta que el Presidente Piñera promulgue la iniciativa y que se publiqué en el Diario Oficial para que entre en vigencia.
La reforma contempla un monto de 360 millones de dólares (180 mil millones de pesos) en 4 años para los municipios, un plan de retiro de los profesores y subvencione escolares.
Además, el Ministerio de Educación se comprometió, mediante un protocolo de acuerdo firmado entre el Gobierno y la Concertación, a formular un proyecto de ley que cambie el sistema municipal de educación antes de 2011 y otro en que reformule el estatuto docente antes de marzo de 2012.
Las horas de historia serán reestablecidas y además se indicó que se buscará una alternativa al cuestionado semáforo, como forma de medir los resultados del Sistema de Medición da Calidad de la Educación (Simce).
Con relación a los 360 millones de dólares en financiamiento establecidos en el proyecto, el senador Alejandro Navarro (MAS) declaró que “cinco años de financiamiento, equivalen a seis meses de subsidio al Transantiago”. Asimismo denunció que el 42% del monto irá a los colegios subvencionados, lo cual no favorece en absoluto a la educación pública.
Además, Navarro agregó que si se comparan una “escuela municipal de mil alumnos versus una escuela particular subvencionada con la misma cantidad de matriculados, al término de un año, la segunda quedará con 400 millones de utilidad, mientras que la primera, que es sin fines de lucro, quedará con 400 millones de pérdida”.
PROTOCOLO DE ACUERDO Y SESIÓN DEL SENADO
En el día de ayer, la Concertación firmó un protocolo de acuerdo con el Gobierno que facilitó la tramitación del proyecto en la Cámara Alta, que finalmente fue aprobada por 25 senadores, siendo 4 los que votaron en contra: Ximena Rincón (DC), Jaime Quintana (PPD), Mariano Ruiz Esquides (DC) y Alejandro Navarro (MAS).
El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, declaró que hace una semana los parlamentarios de la Concertación estaban criticando la misma reforma que aprueban hoy, dado que en lo sustancial es la misma propuesta.
El acuerdo fue firmado poco después del medio día, por dos presidentes de partidos de la Concertación: El senador Ignacio Walker (DC) y el senador Fulvio Rossi (PS); además de los senadores Carlos Canteros (RN), Andrés Chadwik (UDI), y Alberto Espina (RN), sin la participación de la el partido Radical Socialdemócrata.
El diputado Sergio Aguiló, tras conocer la decisión de su partido, optó por marginarse de su colectividad mediante una carta en la que declaró que “este proyecto, más otras medidas anunciadas o ya puestas en práctica por el actual gobierno de derecha, debilita aún más la ya alicaída educación pública de nuestro país poniendo en riesgo la existencia misma de dicha educación estatal en un corto periodo de años”.
Y agregó en el mismo documento que “esta decisión, profundamente equivocada a mi juicio, viene a sumarse a otras igualmente desafortunadas: La aprobación del mal llamado “proyecto royalty” del Gobierno, que a través de la invariabilidad tributaria adicional otorgada a las grandes empresas mineras, hipotecó por muchos años la posibilidad de que nuestro país, soberanamente, decidiera sobre la política tributaria aplicable a nuestra principal riqueza que es el cobre”, indicó al tiempo que renunció a la colectividad que lo albergó por décadas.
Antes de la firma del acuerdo, el presidente del partido Radical, Marco Espina, manifestó que lo aprobado “no tiene ninguna medida concreta respecto a la desmunicipalización, la implementación de una verdadera carrera docente y, más allá del esfuerzo que se ha realizado, no garantiza el financiamiento adecuado para una verdadera educación pública de calidad”.
Cuando el proyecto fue aprobado en el Senado, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, dijo que “son los niños de Chile los que salen ganando”.
“Para mí este es un acuerdo histórico porque en Chile empezamos a tratar la educación como una política de Estado y así tiene que ser”, añadió el Ministro.
Por Rodrigo Cavieres Cárdenas
El Ciudadano
Fotografía: Vivimos la Noticia