A días del arribo de la derecha al gobierno, ya se dan las primeras luces de un desastre amenazador. La Cámara Nacional de Comercio (CNC), a través de su líder Carlos Eugenio Jorquiera ha mencionado que es necesario “un ajuste al salario mínimo”, es decir, una disminución, lo que sin dudas afectaría a los nuevos trabajadores, principalmente a los jóvenes que se abren al mercado laboral.
Cristián Larroulet, macrocoordinador de Grupos Tantauco del magnate Sebastian Piñera, actualmente es Director Ejecutivo del Centro de Estudios Libertad y Desarrollo, trinchera de la cual lanza un atrevido misil a la Presidenta de la República, insinuando su incapacidad y mal manejo de gobierno.
Según la visión del ex Chicago Boy del régimen militar. Michelle Bachelet solo distribuyo los recursos en los dos primeros años de su gobierno en los más pobres de la centro izquierda discriminando al resto. Agregando que la Economía fue una de las escasas áreas en la que el Gobierno ha mejorado.
Según LyD y las teorías citadas, el electorado premia o castiga a un gobierno respecto a su desempeño político. Donde insisten que la aprobación tiene directa relación con la inflación, desempleo y crecimiento interno, principalmente por las personas que buscan maximizar sus utilidades.
La derecha económica siempre ha hecho planteamientos, donde aseguran que la dictadura militar fue la iniciadora de los procesos económicos que hoy tienen al País con una taza de crecimiento record y con una macroeconomía estable. Milton Friedman, uno de los mentores de los Chicago Boys jamás planteo la tortura y crímenes a los derechos humanos como eje para el crecimiento de un País.
Entre las inexactitudes del informe de LyD, se destacan las ambigüedades en las cifras de aprobación, las cuales según el informe, los tres primeros años de Michele Bachelet fueron mediocres, pero mas abajo, destacan que el manejo económico en los dos primeros años fueron positivos con un comienzo de un 60% de aprobación. Sin lugar a dudas, la derecha ya trabaja insertando el insecto del odio y descaro para gobernar.
Un estudio elaborado por el ya desaparecido Joaquín Lavín citado en el mismo análisis. Menciona que la desaprobación se debe al alza en los precios de los alimentos, el cual disminuye el poder adquisitivo en la población más pobre, principalmente en aquellos que han superado la línea de la pobreza. Pero se le olvida mencionar que en dictadura militar el nivel de consumo por habitante es inferior al del final de su periodo. Es decir, que en 1989 cada chileno consumía una canasta familiar inferior a la del inicio de la dictadura.
Los capciosos análisis destacan que el bono social que se adelanto por el Gobierno de Michelle Bachelet para palear la crisis no es más que un atentado a las arcas fiscales. Además de una alta inflación y un mediocre manejo de políticas publicas.
Estos datos no destacan que la administración de Pinochet tuvo un promedio de deudas de un 100.7%, donde en la mitad de su periodo, es decir, 8 años, supera el 100% lo que refleja un endeudamiento excesivo del País. Cifras reducidas a niveles razonables y financiables en democracia.
Para la población chilena no hay dudas que la mayor etapa de crecimiento del País no tiene relación con el mito instaurado por la derecha que induce a pensar que el exitoso crecimiento del Chile se deba a las gestiones de la dictadura y su manejo económico, terreno favorito de los Chicago Boys. Tiempo después sus teorías y experimentos económicos se vieron ampliamente superados en democracia.
Las cifras indican que en la década de los 80 el sector público aumento significativamente su endeudamiento. Donde el PIB promedio un 17,1%, que fue superado en la concertación por un indiscutible 25,5%. Un 35.8% superior al de la década de los 80. Donde la tasa de ahorro desde 1990 hasta el 2005 duplico la capacidad del gobierno militar, la que fue superada con un aplastante 21,8%. Agregando que la estabilidad en democracia alcanzo la ansiada cifra de un digito. Erradicando el cáncer de los dos dígitos del gobierno militar. Donde la tasa de desempleo actual es inferior en casi un 40% al periodo de la dictadura.
En salario, en periodo de dictadura, se implementaron mecanismos de ajustes que atentaron fuertemente contra el empleo, efecto que se ilustra en que el salario mínimo de 1989 es un 30% inferior al de 1977. Cifras nuevamente revertidas en democracia, donde el sueldo mínimo fue doblado desde 1990. Esto se refleja en el segmento de los jubilados, que entre 1990 y el 2005 aumentaron su poder adquisitivo de la pensión minima en un 60% y hoy la derecha no desea eliminar el 7% de atención de salud de los jubilados, batalla también liderada en democracia.
Por Jaime Varas