Un nuevo estudio dice que la guerra mundial contra las drogas es dudosamente beneficiosa, pues en realidad ha sido perjudicial para la salud pública y debe ser enterrada a favor de la despenalización.
Las leyes y políticas que penalizan las drogas han tenido «ningún impacto medible en el suministro o el uso», según señaló el estudio independiente. Además agregó que las medidas implementadas por los gobiernos no han servido para nada, ya sea científicamente o en términos de salud pública.
Por encargo de la Johns Hopkins University y The Lancet, una revista médica británica, el estudio se basó en los programas de descriminalización de drogas en masa puestos en marcha por Portugal y la República Checa, aludiendo que en estos países se han obtenido resultados enormemente constructivos, incluyendo «beneficios para la salud pública, ahorro de costes, menor encarcelamiento [tarifas] y sin un aumento significativo en el uso problemático de drogas».
El modelo de Portugal se convirtió recientemente en objeto de observación a considerar por parte del estado de Hawaii, el que búsqueda dar soluciones a la drogadicción y los costes de montaje en la tipificación de delitos menores de drogas.
Uno de los realizadores del estudio, la revista The Lancet, señaló que el ejemplo de las dos naciones europeas estimularon fuertemente la acción de países influyentes como los Estados Unidos y el Reino Unido. Quienes tomaron en cuenta los «mercados regulados» del cannabis en Uruguay y varios estados de Estados Unidos.
Evidenciando el aspecto de la salud pública, el informe también indicó que los delitos menores de drogas han provocado en la prisión exista «mayores tasas de infección entre los usuarios de drogas», incluyendo enfermedades como la hepatitis C y el VIH.
Haciéndose eco de los resultados de otra investigación, efectuada por el Instituto CATO publicado en 2009, el Dr. Chris Breyer, de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, dijo, «Es hora de repensar nuestro enfoque de la política global de drogas y ponemos la evidencia científica y de salud pública en el centro de los debates sobre políticas de drogas».
Glenn Greenwald, en el estudio CATO, observó el cambio global hacia la despenalización desde la aprobación de su programa de Portugal en el 2001. Él explicó cómo el movimiento del país disminuyó rápidamente temores comunes:
«Ninguno de los escenarios de pesadilla promocionado por los oponentes de despenalización se ha producido. No se han experimentado aumentos rampantes en el uso de drogas entre los jóvenes y Lisboa no se ha transformado en un paraíso para los turistas de la droga».
Recalcando los beneficios que Portugal ha obtenido, Greenwald también señaló: «Los datos muestran que, juzgado por prácticamente todas las métricas, el marco de despenalización portugués ha sido un éxito rotundo. Dentro de este éxito se encuentran lecciones evidentes que deben guiar los debates sobre políticas de drogas en todo el mundo».
El Dr. Breyer explicó que las políticas nacionales de drogas están equivocadas en todo el mundo y que son en realidad «políticas basadas en las ideas sobre el consumo de drogas y la dependencia que no se justifican científicamente. La llamada ‘guerra contra las drogas’ globalmente ha perjudicado la salud pública, los derechos humanos, y el desarrollo».
Los científicos, asesores de política, los médicos, los expertos en salud, activistas y defensores de todo el planeta están advirtiendo de que es hora de poner fin a la guerra contra las drogas. La pregunta es, ¿las personas estarán finalmente dispuestas a entenderlo?