Lo bueno, lo malo y lo escandaloso de la Reforma Tributaria

Parlamentarios y especialistas analizaron los aspectos positivos del nuevo sistema de recaudo tributario del país, los espacios vacíos que traerán problemas y los puntos en que definitivamente los legisladores acordaron no "echar mano" a la ley, amparados en el Protocolo de Acuerdo suscrito, en pos de la gobernabilidad democrática.

Lo bueno, lo malo y lo escandaloso de la Reforma Tributaria

Autor: Sebastian Saá

Acuerdo-Reforma-Tributaria

Este miércoles en el salón plenario de la Cámara de Diputados se escuchará, desde todos los sectores, el balance de la redacción final de la nueva normativa que regirá el recaudo tributario del país. Uno por uno los diputados expondrán sobre sus expectativas iniciales, su participación y el éxito que genera para su sector. Lo negativo será atribuido a las presiones del otro bando.

Es de conocimiento público que fuera del Parlamento se redactó un Protocolo de Acuerdo entre la Alianza y la Nueva Mayoría, que luego firmó el ministro Alberto Arenas, para estipular los parámetros en que se moverían las modificaciones al sistema. A puertas cerradas y sin transmisión, los senadores despacharon un proyecto que generó suspicacias y luego, certezas sobre los límites negociados entre las coaliciones políticas.

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Entre la Cámara y el Senado, el proyecto sufrió 282 indicaciones que luego fueron reducidas a 82 que contenían en total 142 enmiendas. De ahí en adelante, todo espacio para escuchar expertos, organizaciones y detractores de la Reforma fue poco fructífero en la medida que no hubo más indicaciones ni medidas paliativas, ninguna que se sepa por el momento al menos.

Previo a su votación este miércoles en Sala, diputados y especialistas hablaron de “lo bueno, lo malo y lo escandaloso” del proyecto de Reforma Tributaria.

“Un buen acuerdo es aquel que deja a todos medianamente descontentos”, sostuvo el diputado UDI Patricio Melero, para explicar que ambos coaliciones cedieron para mejorar el proyecto.

Lo bueno

Especialistas y representantes concuerdan en que esta es una reforma positiva en cuanto a que genera ingresos permanentes para gastos permanentes, especialmente dirigidos a salud y educación, tal como vienen repitiendo los personeros del actual gobierno desde hace más de dos años, cuando se allanó el terreno para una modificación del sistema.

En esa línea, el jefe de la bancada DC, Matías Walker, valoró la celeridad de la tramitación, ya que “de otra forma peligraba la agenda social del gobierno de la Presidenta”. Según el diputado, la coalición oficialista logró, incluso, que la UDI revirtiera su negativa a legislar sobre la materia.

Para el director del Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad de Chile, Gonzalo Polanco, lo más rescatable es “la consagración en nuestro sistema jurídico de una norma anti-elusión”. Si bien tiene reparos a la norma, plantea que esto evita la modificación permanente de la reglamentación a fin de cerrar los famosos “forados” para la evasión y elusión tributaria.

Por su parte, el diputado Pepe Auth (PPD) destacó el aumento de atribuciones para los servicios de Aduanas e Impuestos Internos, con más recursos y por tanto más personal para fiscalizar el cumplimiento de la ley. Mientras que Sergio Aguiló (IC) sostuvo que pese al “griterío de los empresarios, hay efectivamente muchos más impuestos que van a pagar”. Según el parlamentario, “se hizo todo lo humanamente posible para perfeccionar el proyecto original”.

Melero indicó que lo bueno, producto de su paso por el Senado, es que el proyecto “se morigeró en todos los impactos negativos que producía sobre la clase media y la pequeña empresa”.

Lo malo

El Ejecutivo instaló una falsa disyuntiva entre la modificación al sistema tributario y el financiamiento de los pilares del programa de gobierno de Michelle Bachelet. Esto, porque ningún ingreso fiscal vía tributo puede estar regido por un principio de afectación, es decir, que su gasto esté dirigido a una materia en particular.

Bajo esta premisa y la de que los ricos pagarían más, el ministro de Hacienda Alberto Arenas condujo las indicaciones al proyecto que finalmente terminaría restringiendo muchas de las intenciones del documento original, esto además del reclamo de la UDI respecto del impacto negativo que esta reforma tiene para el desarrollo del país.

Los especialistas concuerdan en que este será un sistema más complejo que el anterior. Las empresas tendrán que llevar un registro del FUT histórico, registro de las Rentas Atribuidas o parcialmente integradas y seguir sus menciones específicas, apuntó Gonzalo Polanco, director del Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad de Chile.

En la misma línea, el economista Claudio Agostini, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez y uno de los gestores del proyecto original, señaló que es un sistema tributario de mayor complejidad, principalmente por la utilización de dos regímenes, semi integrado y el de renta atribuida voluntaria. Según Polanco, este será un sistema difícil de entender para pequeños contribuyentes y, uno que amplía los espacios para la evasión y la elusión de grandes empresarios, reclama Agostini.

Si bien en un comienzo la norma anti elusión dotaba de mayores facultades administrativas a Impuestos Internos, luego de su paso por el Senado, el servicio “tendrá que pedir permiso para acusar”, reclamó el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Andrés Bello, Alfredo Ugarte.

Para el abogado, en la tramitación se confundió el ejercicio de una facultad administrativa con un procedimiento judicial. “No digamos que es cláusula anti elusiva, porque no lo es. La cláusula antielusiva siempre es administrativa. Establezcamos un procedimiento judicial especial, pero uno bueno. Hoy tenemos de ambas partes y no está bien ni lo uno ni lo otro”, reclamó el especialista.

Que Impuestos Internos tenga que oficiar al Tribunal Tributario para luego ejercer medidas administrativas fue una ”solución equilibrada”, opinó el diputado Auth, quien defiende el principio de inocencia de los contribuyentes.

Para el diputado DC, Sergio Espejo, el proyecto que se aprobará “resta poder a Impuestos Internos y por otro lado genera el mejor escenario para quienes eluden”, ya que el servicio no tendrá la capacidad administrativa para hacer frente a las reclamaciones de los estudios de abogados, y sólo actuará como “acusete” y parecido al “león sin dientes ni garras del Sernac”. “Esto no es una norma anti elusión, enfatizó el parlamentario.

Lo escandaloso

El lunes pasado en la Comisión de Hacienda de la Cámara se dio la última instancia para que expertos y sectores olvidados de la reforma expusieran sus reparos al proyecto final que será votado este miércoles en Sala. A cada una de sus intervenciones, los parlamentarios respondieron con oficios a ministerios, palmadas en la espalda y una posibilidad de incluir reclamos vía normativas paralelas.

En la ocasión, el economista Claudio Agostini dijo, sin tapujos, que el mecanismo de repatriación de capitales es un escándalo en comparación a lo que han hecho en otros países. Agostini explicó que, en España, Francia o Alemania, a quienes han evadido importantes montos por impuestos se les ha permitido pagar lo adeudado y una multa a cambio de no pagar con cárcel el delito. En cambio en Chile, se les está dando una tasa preferencial del 8 por ciento para su reingreso al país. “Los estamos perdonando antes de intentar perseguirlos”, enfatizó el especialista.

Por Cristián Pacheco

Fuente: Radio U. Chile


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