Este domingo, tras la publicación de una entrevista (La Tercera) y de una columna de opinión (El Mercurio) respecto a la situación procesal del ex comandante en jefe del Ejército, general en retiro Juan Emilio Cheyre, así como la responsabilidad que le cabe en el caso Caravana de la muerte, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) Lorena Pizarro Sierra, en entrevista exclusiva con El Ciudadano, refutó cada uno de los dichos del ex alto oficial.
En ambos medios de circulación nacional, Cheyre –quien tiene redactada su renuncia como consejero del Servel, luego de ser imputado como cómplice en los hechos que investiga el ministro Mario Carroza– asegura estar viviendo “uno de los momentos más difíciles de mi vida”, y de hallarse frente a la paradoja de ser procesado por violaciones a los derechos humanos, “los que siempre he defendido”.
“Más que creerle o no a Cheyre, hoy hay un proceso judicial que costó muchos años, donde hay testigos que lo involucran directamente, es más, lo involucran como partícipe en lo que son los crímenes de la Caravana de la muerte”, afirma a través del teléfono Lorena Pizarro.
¿Es definitivo? ¿No le cree nada al ex general Cheyre?
La subjetividad, o la opinión de cada uno, va a depender del lugar donde uno se encuentre situado, entonces lo que hace hoy día Juan Emilio Cheyre es una acción bastante compleja porque él se sitúa en el lugar de las víctimas y él habla desde una posición de víctima al que esto lo marcó tanto; si uno mira el detalle de lo que él expresa en esa declaración, es bastante complicado, porque parte señalando que ese día 16 de octubre (de 1973), cuando llega el (helicóptero) Puma, era un día normal y tranquilo. Nadie que estaba del lado de los perseguidos desde el 11 de septiembre vivía días normales y tranquilos. Parece que a Juan Emilio Cheyre le parecía absolutamente normal el toque de queda, el asalto al Palacio de La Moneda, los bandos militares, los muertos, los desaparecidos que ya habían; partiendo desde ahí es una declaración que expresa claramente cuál era su posición y su visión de los primeros días del golpe; estábamos a poco más de un mes.
Para aumentar su incredulidad respecto a las palabras emitidas por quien ella omite llamar ‘general’, Pizarro afirma que no obstante la existencia de civiles detenidos en el regimiento Arica de La Serena, “él expresa normalidad, en circunstancias que ahí se estaban llevando a cabo consejos de guerra, y él mismo habla de los presos políticos; esa normalidad ya refleja cuál era el espacio o el lugar donde él se situaba ya en los primeros días del golpe de Estado cívico-militar”, precisa la dirigente.
“Esto es súper importante de señalarlo –comenta Lorena Pizarro en esta entrevista exclusiva con El Ciudadano– porque si se le pregunta a cualquiera de los que éramos perseguidos, o a una persona común y corriente, en las poblaciones, va a recordar lo que significaron los cadáveres por el río Mapocho, o la gente que ese día tuvo que llegar rápidamente a su casa a raíz de la declaración del toque de queda, cuestión que se extendió casi toda la dictadura”.
Para la incansable defensora de los derechos humanos, “eso refleja quién es Juan Emilio Cheyre y el lugar donde se encontraba ubicado; lo segundo, que me parece muy grave en esta declaración es que, junto con situarse como una víctima, hablando desde su dolor y cómo esto lo marcó, sin embargo en estos 26 años no hizo nada, dice algo que es muy violento, él dice ‘yo soy víctima de una confabulación de los dos extremos’, y a continuación señala ‘fui víctimas de aquellos cercanos y vinculados, ni más ni menos, que a Manuel Contreras’ y que él entiende tanto el dolor de las víctimas, entonces, ningunea a las víctimas, las establece como que se mueven por el dolor, pero que también lo que dicen es falso.
Es muy grave…
Una vez más Cheyre pone al mismo nivel su llamado a un ‘nunca más’, donde el golpe de Estado había sido producto de un espiral de violencia, donde todos éramos responsables y, por tanto, todos teníamos que hacernos parte de ese ‘nunca más’, y hoy día nos pone en la misma situación a quienes fuimos los perseguidos y a quienes fueron los perseguidores; eso también es muy complicado porque sigue en la misma lógica de la responsabilidad compartida.
¿Qué opina de la estrategia comunicacional del ex comandante en jefe del Ejército de aparecer el mismo día dando una entrevista a La Tercera y firmando una columna de opinión en El Mercurio para abordar su situación procesal? ¿A su juicio, le están prestando ropa?
Voy a ir a un contexto un poco más amplio: no estoy diciendo que estemos en dictadura, pero hay una situación que es bastante complicada y de la que hay que hacerse cargo. Por un lado, los medios de comunicación que pertenecen a dos grandes consorcios teñidos ideológicamente, sacan columnas respecto a Juan Emilio Cheyre, lo que a uno le hace recordar los años de la dictadura cívico-militar, donde estos sujetos (los militares) lo que efectivamente hacían a través de su poder comunicacional, fue recurrir a estos mismos periódicos donde se justificaron y generaron distintos montajes para asesinar gente, como los falsos enfrentamientos, la Operación Colombo, (calle) Conferencia, La Ratonera, etcétera; todo eso se justificó a través de los medios. (Por otro lado), hace dos semanas, el 14 de julio, afuera de la sede de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos se tiró basura y se dejó un papelógrafo donde se nombraba a distintos dirigentes, particularmente a mí como presidenta de la Agrupación, con el propósito de amedrentarnos, cuestión que volvió a suceder hace una semana, a plena luz del día; todo ello nos hace recordar el actuar de la dictadura, y eso no se puede permitir.
El ex general Cheyre está imputado como cómplice de 15 asesinatos de la Caravana de la muerte, y no como autor, pese a que muchas víctimas testifican haber sido torturadas por el entonces teniente, ¿cuál es su opinión?
La causa por la que hoy día está siendo procesado Juan Emilio Cheyre es la causa Caravana, y en esta causa lo que dicen los testigos es que Cheyre, junto a otros uniformados del regimiento Arica, habrían rematado a los presos; en el caso particular de las acusaciones por tortura en contra de Juan Emilio Cheyre no han avanzado porque hay que recordar que, entre cosas, tenemos los 50 años del secreto. A Juan Emilio Cheyre no solo se le nombra y se le sindica en la causa Caravana de la muerte, sino que su nombre está considerado en algunos afiches de la Vicaría de la Solidaridad como uno de los violadores de derechos humanos del regimiento Arica, y en la IV región esto se viene a confirmar cuando a partir de 1990 siempre los sobrevivientes lo han ubicado en ese lugar como un agente torturador de la dictadura, siempre.
Juan Emilio Cheyre plantea este domingo en El Mercurio la posibilidad de atenuar su responsabilidad al sostener que “toda la ciudad de La Serena conoció de lo sucedido, y en algún nivel pudo haber acciones para denunciar esos hechos. ¿Todos somos cómplices de no haberlo hecho?”, ¿Qué le parece esta postura?
Esa aseveración de Juan Emilio Cheyre relativiza tanto el terrorismo de Estado, relativiza todas las violaciones a los derechos humanos en dictadura, acaso Juan Emilio Cheyre no se acuerda que los civiles no podían transitar tranquilos por las calles, ¿no se acuerda de eso?, que la gente estaba siendo perseguida, si solo los que eran parte de la dictadura eran quienes podían hacer algo y entre ellos estaba él, y él no hizo nada; la declaración de Juan Emilio Cheyre está llena de provocaciones.
Como presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, ¿qué actitud esperaría usted de parte de las Fuerzas Armadas y, en particular, del Ejército, para darle sentido al ‘nunca más’ impulsado por el ex general Cheyre?
Muchas acciones, entre ellas, tomar distancia de lo que fue la dictadura cívico-militar y de todos los involucrados en este terrorismo de Estado, degradándolos; junto con ello, cerrar cualquier espacio en el cual se encuentren reivindicados los nombres y las acciones de todos los golpistas y genocidas, establecer una doctrina formadora distinta a la de la doctrina de la seguridad nacional, educación efectiva en derechos humanos y, por último, hacer un llamamiento público, una orden, que invite, que involucre y obligue a aquellos que aún están guardando silencio, que entreguen la información, y lo más importante, sacarlos de cualquier estructura y de cualquier instancia oficial de la Fuerzas Armadas, incluido el personal en retiro, de sus filas.
Lorena Pizarro concluye la entrevista recordando las palabras del ex ministro Francisco Vidal respecto a que ‘la mayoría de los violadores de derechos humanos, la mayoría de los funcionarios de las FF.AA. pasaron por los aparatos represivos de la dictadura, pues bien, habrá que sacarlos a todos ellos, a todos, sin excepción, de las filas de las FF.AA.’.
“Cuando se habla de que la gente fue parte de los aparatos represivos de la dictadura, me van a disculpar, pero no estamos diciendo que eran parte de la asociación de amigos del Ejército que se preocupaban de causas nobles, cuando se dice que pasaron por la Dina y la CNI, se está diciendo que pasaron por grupos genocidas, de asociación ilícita, terrorista, como fueron la Dina y la CNI, así como cualquier otro aparato represivo que operó durante la dictadura”.