Al calor de las luchas y resistencias contra el neoliberalismo fue conformándose un movimiento de documentalistas en la Argentina comprometido con los movimientos populares. Su historia, fundamentos y antecedentes son abordados en este ensayo de Miguel Mirra, ganador del Concurso Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba.
El 19 y 20 de diciembre de 2001 el pueblo argentino salió a las calles y al grito de “que se vayan todos” derribó al gobierno. Tal como dice el colectivo Situaciones, “la clausura del espacio y de las condiciones de comunicación con el sistema político dejó en evidencia la ruptura de las mediaciones políticas, reveló la impotencia de las instituciones partidarias y gubernamentales y abrió una interrogación sobre el futuro de los argentinos».
Pero además de una ruptura, esta movilización produjo una constatable nueva realidad: el surgimiento de relaciones sociales independientes del sistema y la cultura dominante. En este contexto surge el movimiento de los documentalistas, que se comprometió sin dudar con el nuevo movimiento social y se mantuvo junto a las asambleas populares, los trabajadores de las empresas recuperadas, los movimientos de trabajadores desocupados, los movimientos campesinos. De allí su pujanza y protagonismo en el terreno de la comunicación y la producción audiovisual en el presente, relevancia que se fue gestando por lo menos desde las movilizaciones de los fogoneros de Cutral Co, en 1996 y 1997.