Los hipócritas pechoños de la derecha

Reflexiones del doble estándar de la derecha pechoña frente a la despenalización de la interrupción del embarazo en Chile.

Los hipócritas pechoños de la derecha

Autor: Director

                 Udi

Los beatos pechoños dicen defender la vida del niño que está por nacer, sin embargo, muchos de ellos añoran la restauración de la pena de muerte, es decir, el asesinato practicado por Estado – la ex ministra de Justicia de Pinochet, (RIP) – sostenía, poco menos, que el condenado seguía la huella de Cristo hacia el Calvario y que su alma se purificaba en el sufrimiento. El santo protector de los fascistas de la UDI, Jaime Guzmán, justificaba la pena de muerte diciendo que el condenado, ante el pelotón de fusilamiento, podía convertirse y arrepentirse de sus fechorías y pecados. En España, José Millán Astray, general fascista,  gritaba “viva la muerte”, en la Universidad de Salamanca, con la consiguiente reprimenda del rector, Miguel de Unamuno.

                  Estos actuales defensores chilenos en pro de la vida nunca se pronunciaron ante la barbarie de  fusilamientos, asesinatos, desapariciones y torturas del sanguinario tirano Pinochet: callan hasta el presente el lanzamiento al mar de miles de seres humanos. La Prensa de la derecha – El Mercurio, La tercera, Las Últimas Noticias y La Segunda – tampoco  ha pedido perdón por denigrar a las víctimas de la dictadura.

                Han transcurrido muchos años para que un papa reciba a los familiares de las víctimas de la Operación Cóndor, una “empresa” de asesinatos y torturas propiciadas por todas las dictaduras de seguridad nacional en América Latina, hasta que llega a la sede pontificia el Papa argentino Francisco que, afortunadamente, trae nuevos aires a la iglesia católica que, en algunos países, entre ellos Argentina, protegió a los dictadores y, en algunos casos, aplaudieron los crímenes contra los opositores al régimen de facto.

                ¡Dejémonos de hipocresías! Los famosos y nunca bien ponderados capellanes militares, que aún están en sus cargos, so pretexto de evangelizar a las fuerzas armadas se prestaron, en muchas ocasiones, a avalar y convertirse en cómplices de la dictadura militar.

                Nadie es partidario del aborto, por el contrario, todos estamos por la vida, y lo único que se plantea en Chile es la despenalización de la interrupción del embarazo, dadas tres condiciones fundamentales: 1) cuando pone en peligro la vida de la madre; 2) un feto inviable; 3) la violación. A mi entender, ninguna de estas causales se puede llamar aborto y son terapéutica y moralmente irrefutables.

                Los hipócritas rasgan vestiduras frente al proyecto de reposición del aborto terapéutico que, en Chile, existía desde 1930 hasta el fin del gobierno de Augusto Pinochet, que incluso, el beato de misa diaria, Eduardo Frei Montalva, lo mantuvo, agregando y popularizando algunos métodos contraceptivos, de última generación a nivel mundial.

                Los líderes de la UDI, en su desesperación ante el aislamiento que están sufriendo ante la opinión pública, han decidido, en este caso, la publicación y propagación de panfletos contra la despenalización del aborto, caracterizados por su vulgaridad y torpeza. Dicen estos personajes que esta idea, lanzada en el discurso del 21 de Mayo último por la Presidenta de la república, no es más que un volador de luces para cubrir con un velo la reforma tributaria, que se discute en el Parlamento, donde la Mandataria cuenta con mayoría para su aprobación.

                Estos fariseos usan siempre el doble estándar: mientras las hijas de potentados cruzan la cordillera, o bien viajan a Europa, para realizarse un aborto en clínicas elegantes y seguras, las jóvenes de escasos recursos se  ven forzadas a acudir al aborto clandestino, con los consiguientes riesgos para la vida de la madre.

                En sus panfletos dicen  que la despenalización del aborto terapéutico es un asunto secundario, si se compara con el proyecto de reforma tributaria, no hacen más que hablar y organizar campañas en contra del aborto.

                Mientras estos hipócritas sigan dominando las instituciones, nuestro país seguirá siendo uno de los países más retrógrados del mundo en materia de derechos reproductivos de la mujer que, por cierto, es uno de los elementos clave de los derechos humanos.

 


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