Luksic blanquea su imagen ante sus trabajadores y explica que el «creditazo» a Dávalos respetó el proceso regular del banco

El empresario se refirió a su vinculación al caso Nueragate y explicó a sus trabajadores del Banco de Chile, que el préstamo a Caval pasó por las instancias propias del proceso. Sin embargo, estas palabras dirigidas a sus trabajadores y no a la prensa, quedan cortas y no nos bastan, pues a pesar de la buena crianza, Luksic seguirá siendo cuestionado por qué accedió a la cita con Dávalos y Compagnon y de qué forma cobrará el favorcito al hijo de la Presidenta.

Luksic blanquea su imagen ante sus trabajadores y explica que el «creditazo» a Dávalos respetó el proceso regular del banco

Autor: Jimena Colombo

En plena investigación por el caso Caval, las diligencias que intentan esclarecer la transacción para comprar los terrenos en Machalí y justamente hoy cuando desde la Fiscalía se anunció que el próximo paso de la investigación sería citar a declarar a los principales involucrados, el vicepresidente del Banco de Chile -empresario cuya fortuna es reconocida como las grandes en el mundo- Andróniko Luksic se refirió a la polémica ante los empleados del Banco de Chile.

Lejos de una conferencia de prensa o declaración pública, el empresario conocido por sus nexos con políticos, hizo llegar a sus cerca de 10 mil empleados del Banco de Chile, una Carta aclaratoria sobre su participación en la famosa reunión con el matrimonio Dávalos-Compagnon en 2013, que luego derivó en la aprobación en el «creditazo» a la sociedad Caval por 6.500 millones de pesos.

luksicvaporesEl empresario detalló que dicha cita y la posterior aprobación del crédito no salieron de los márgenes y se mantuvieron dentro de los límites de un debido proceso. Según consigna la misiva a los trabajadores, Luksic señaló que «Tengo la absoluta tranquilidad y puedo asegurarle que el banco actuó correctamente en todo este proceso: evaluó durante más de tres meses el negocio, tasó los terrenos, analizó las garantías y sólo concedió el crédito cuando el comité ejecutivo, con total independencia, consideró que se cumplían las condiciones». Además aclaró que «Como hizo saber días atrás el propio banco, en noviembre de 2013 recibí a Natalia Compagnon y a Sebastián Dávalos, en una reunión que fue solicitada en nombre de ellos a mi secretaria. La decisión de recibirlos fue únicamente mía y lo hice con la sola intención de actuar con deferencia. Asumo ante usted mi total responsabilidad y siento sinceramente no haber previsto entonces las complejidades y consecuencias que tendría este encuentro».

A pesar de esta declaración del controlador del Banco de Chile quien argumenta una profunda preocupación por sus trabajadores dado el revuelo que ha causado su participación en dicha reunión, sus explicaciones parecen ser palabras de buena crianza y una respuesta políticamente correcta derivada de la presión y la insistencia de quienes no nos olvidamos de las inconsistencias de este caso y los hechos que dan para evaluar la cercanía de Luksic con Bachelet, hecho que se infiere del guiño que implica haber atendido a su hijo y los respaldos financieros que se le acusan tanto apoyar la campaña electoral de Bachelet como a otros políticos. Además, de esa actitud «deferente» que señala a sus trabajadores, justamente se deduce que la situación fue diferente para Dávalos que para cualquier otro chileno representante de una pyme, que con 6 millones de pesos de capital jamás podría acceder a un crédito millonario como el conferido a Caval.

Podrá quedar bien con sus empleados y parecer preocupado por la contingencia que lo tiene en la palestra al él y el banco que controla. Sin embargo, a los ojos de muchos, están pendientes las explicaciones sobre por qué accedió a la reunión y a cambio de qué. Pues como dijo Gabriel Boric, grupos como el de Luksic «ponen huevos en distintas canastas. No hacen caridad, porque después cobran».

 


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