Este viernes, The New York Times (TNYT) publicó un artículo en el que, de acuerdo con declaraciones de un «diplomático de alto nivel», Estados Unidos ya no pretende inculpar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por ningún crimen, para ver si el Mandatario accede finalmente a dejar el Poder Político luego de ganar las elecciones presidenciales en mayo de 2018.
Desde principios de este año, Washington comenzó una arremetida contra la administración de Maduro, con el propósito de que abandone la Presidencia. Para tal fin, se han dedicado a promocionar la figura de Juan Guaidó como supuesto «presidente interino», han tratado de ejecutar golpes de Estado sin éxito e, incluso, buscado ejecutar planes de magnicidio.
En todos los casos, el fracaso ha sido lo único que ha conseguido el Gobierno estadounidense. De hecho, en varias ocasiones, voceros cercanos a la Casa Blanca han filtrado a los medios de comunicación la decepción y frustración que siente el presidente Donald Trump con respecto a la nula efectividad de sus planes y el impacto casi nulo que ha tenido la oposición venezolana en el objetivo de derrocar a Maduro.
En vista de eso, Estados Unidos ha tenido que tomar decisiones unilaterales para tratar de avanzar en la meta de presionar a Maduro a través de la asfixia generalizada contra el pueblo venezolano, al aplicar distintos métodos para sabotear la economía, proceso que llegó a su punto más álgido con el bloqueo total impuesto por Washington contra Caracas el pasado 5 de agosto.
Ni el saboteo a los servicios públicos como la energía eléctrica, el agua potable, la salud, el colapso económico y el intento de generar una crisis humanitaria total, han logrado que la población venezolana se dirija contra Maduro y exija masivamente su renuncia. Al contrario, pareciera que con cada plan y medida coercitiva impuesta por Washington, el presidente Maduro y su gobierno se hacen más fuertes.
El despacho del TNYT indica que Elliott Abrams, el enviado «especial» para Venezuela de la Casa Blanca, asegura que a pesar de «no haber visto señales» de que Maduro estuviera dispuesto a ceder la Presidencia, la oferta que le hace Washington de una «amnistía» es «un mensaje» para el líder venezolano, justo después de que Maduro y Trump, hablaron de negociaciones de alto nivel entre los dos gobiernos.
“No es una persecución (…) No estamos tras él, queremos que tenga una salida digna y que se vaya (…) No queremos procesarte y no queremos perseguirte. Queremos que dejes el poder», dijo Abrams a Maduro en una entrevista la tarde del martes 27 de agosto.
Las declaraciones de Abrams constrastan con su postura radical, desde que Trump lo puso como encargado de Venezuela. El tono de «petición» a Maduro deja claro que han perdido la confianza en el trabajo que le encomendaron a la oposición venezolana y ahora buscan por sus propias manos ver como salen del Presidente venezolano.
¿Nuevo proceso de diálogo con Maduro?
En enero -hace ocho meses- la postura Abrams giraba entorno a aplicar más «sanciones», el «aislamiento internacional» de Venezuela y las amenazas de Trump de una posible intervención militar. Sin embargo, desde la semana pasada, fue el propio Trump quien confirmó que estaba manteniendo contactos y conversaciones con “niveles muy altos” del Gobierno de Maduro, hecho que el Presidente venezolano también confirmó.
«Desde hace meses hay contactos de altos funcionarios”, dijo Maduro, quien agregó que su gobierno está “preparado siempre para dialogar”.
Abrams -citado por TNYT– comentó que no considera que, por el momento, sea valioso hablar directamente con el Gobierno de Maduro, aunque confirmó que sí existen conversaciones con el Gobierno venezolano, un hecho que tira abajo la falsa presidencia de Guaidó.
Resalta TNYT que, en medio de este ablandamiento de Washington, ha resurgido la posibilidad de que se reinicie el proceso de diálogo entre el Gobierno de Maduro y la oposición extremista vinculada a Guaidó, y advierten que el reencuentro entre ambas partes podría reiniciarse la próxima semana nuevamente en la isla de Barbados.
“Mientras más se involucre Estados Unidos en Venezuela, más problemas genera para el proceso de negociación”, dijo -citado por el diario estadounidense- Temir Porras, exjefe de Gabinete de Maduro que ahora trabaja como consultor político en Caracas.
“La política de Estados Unidos tiene mucha influencia sobre el futuro de Venezuela, pero no puede resolver la crisis. Solamente los venezolanos pueden resolverla”, agregó.
Por su parte, Abrams advirtió -en la entrevista que cita el TNYT– que la Casa Blanca no respaldará nuevas elecciones en Venezuela si los candidatos son Maduro y Guaidó, a menos que primero dejen «el cargo». También dijo que «las negociaciones» de Guaidó posiblemente finalicen el próximo 1° de octubre.