Martelli confirmó el pago de $37 millones por un taller de litio

. FOTO: JAVIER SALVO

El operador político, Giorgio Martelli, declaró ante Fiscalía por última vez el 4 de junio en el marco de la investigación del caso SQM por el supuesto financiamiento irregular a campañas políticas.

Dentro de sus palabras declaró que recibió 37 millones de pesos por producir un taller de litio contratado por la empresa Sociedad de Gestión Ambiental (SGA), que terminó siendo propiedad de Jaime Solari, hermano de Ricardo  Solari, presidente del directorio de TVN

El Fiscal Nacional, Sabas Chahuán, le mostró tres facturas a Martelli (N°54, 59 y 60, por montos de $6.237.286; $18.645.248; $18.812.136, de fechas 6 de agosto y 30 de diciembre ambas de 2013 y 4 de marzo de 2014), quien reconoció que a través AyN Spa., su cuestionada empresa, recibió pagos que sumaban más de 40 millones de pesos por parte de SGA entre 2013 y 2014, de aquellos millones 37 (boleta 59 y 60) fueron para el famoso taller de estrategia de litio.

Taller que según Martelli, tuvo como invitados a Cristián Quinzio, uno de los supuestos gestores de la precampaña de Bachelet y Alejandro Micco, actual subsecretario de Hacienda.

Sobre los recursos obtenidos y su destino, dijo que fueron utilizados para financiar actividades de la empresa y que hasta el día de hoy en la cuenta corriente de AyN Spa., se mantienen saldos de aquella transacción y “de eso se han pagado los servicios de contabilidad, teléfono y operaciones típicas de la empresa”.

Fue consultado también por los posibles vínculos entre el taller de litio con Soquimich (por su pública relación con la minera no metálica), pero aclaró que fue cuidadoso en no mezclar información, aunque “obviamente hice el taller con la información que tenía”, concluyó el geógrafo para descartar intermediario entre la empresa y SGA.

Por otro lado, aseguró que el negocio no mantuvo injerencia en Rodrigo Peñailillo, el ex ministro del Interior, ni intervención de Jorge Rosenbluth, ex presidente del directorio de Enersis, pero sí manifestó que de los “últimos compromisos de empresa”, como el pago de honorarios pendientes, se podría haber pagado el teléfono que usaba Peñailillo en 2014.

Los pagos irregulares y la salida a la luz pública de boletas  tránfugas hunde cada vez más a los rostros ligados con la política y acrecienta la desconfianza y el enojo de todos los ciudadanos que a diario se encuentran con más datos e informaciones que confirman la crisis de credibilidad por la que pasa el Estado este año.