Las manifestaciones se agudizaron tras las acusaciones en un informe del Tribunal Superior de Cuentas de la malversación de miles de millones de dólares por parte de funcionarios públicos y allegados, incluido el presidente Jovenel Moise
Haití es el país más pobre de América y uno de los más pobres del mundo. El pueblo haitiano es víctima de uno de los sistemas más corruptos que existe: los medios de comunicación. A ello hay que sumarle los altos niveles de corrupción de sus gobiernos y las consecuencias devastadoras que dejan los desastres naturales que constantemente azotan a esta nación caribeña.
Desde hace más de un año Haití vive una crisis que sobrepasa los límites humanitarios. Con precedentes casi apocalípticos durante los meses y años siguientes al terremoto que devasto al país en 2010, hoy la población vive en esos mismos niveles catastróficos, esta vez producto de la corrupción del Estado y del abandono de la comunidad internacional.
Mientras la llamada “comunidad internacional” de la que tanto hablan los medios – en referencia a Estados Unidos y sus aliados- ignora el sufrimiento del pueblo haitiano y se enfrasca en temas como la crisis en Venezuela, las grandes cadenas mediáticas le siguen el juego e invisibilizan, desestiman y hasta manipulan los hechos para restarle importancia al asunto.
La realidad es que Haití ha sido sacudido por violentas protestas en el último mes, tan masivas y violentas que han llevado a las escuelas, oficinas públicas y empresas a cerrar y hasta forzar a las organizaciones no gubernamentales a suspender la distribución de ayuda humanitaria.
Los líderes de la oposición y sus partidarios en esta nación de 11 millones de habitantes exigen la renuncia del presidente Jovenel Moise, de 51 años, en medio de la ira por la escasez de combustible y alimentos, una fuerte devaluación de la moneda y acusaciones de corrupción.
Tal como reseña la agencia Reuters, se trata del periodo más largo de manifestaciones contra Moise desde que estallaron en el primer semestre de 2018. No obstante, solamente en las protestas de este mes al menos 17 personas han fallecido y otras 189 han resultado heridas, según cifras de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití.
La escasez de combustible
Los haitianos están enojados por la escasez de combustible desde el colapso del programa PetroCaribe en 2018, mediante el cual Venezuela durante una década ofreció ayuda y financiamiento a varias naciones del Caribe para comprar gasolina, diesel y otros productos derivados del petróleo.
Actualmente, el Estado ha tenido problemas para importar lo suficiente a precios de mercado. Por tanto, durante días las estaciones de servicio están regularmente sin combustible y los apagones son cada vez más comunes.
Además, la escasez, más los intentos del Gobierno de reducir los subsidios al combustible, han provocado que los precios generales se disparen, exacerbando una situación económica, de por si, ya muy grave.
Haití se sumó en 2006 a Petrocaribe, durante el gobierno de René Préval. La alianza con Venezuela le permitía acceder a petróleo en condiciones de pago preferenciales. Una parte se pagaba de inmediato y el resto a un plazo de 25 años, a una tasa de interés de 1 %, con dos años de periodo de gracia, en el caso de Haití. Sin embargo, debido a la brusca caída de la producción petrolera venezolana, que no permitía respetar los acuerdos, en junio de 2018 Caracas anunció la suspensión de sus envíos.
En entrevista con Reuters, el economista haitiano Etzer Emile resaltó que «los días de encierro han paralizado la actividad económica y la han empeorado (…) Al final, la principal preocupación es que el gobierno no puede dar una respuesta adecuada. El país está fuera de control«.
Corrupción desbordada
La ira de los haitianos se agudizó incluso más tras las acusaciones en un informe del Tribunal Superior de Cuentas de la malversación de miles de millones de dólares por parte de funcionarios públicos y allegados, incluido Moise antes de convertirse en presidente.
El programa PetroCaribe incluyó un fondo para infraestructura y proyectos sociales en los países miembros. Según la agencia EFE, la investigación arrojó que una compañía del Presidente recibió millones de dólares para la ejecución de varios proyectos que nunca se realizaron.
Asimismo, se revelaron indicios de una red de funcionarios dentro del Gobierno haitiano que gestiona la obtención de contratos para amigos del expresidente Michel Martelly, así como para el ex primer ministro Laurent Lamothe.
El Tribunal, además, califica de «grave» la manera en que varios Gobiernos han gastado más de 2.000 millones de dólares de los fondos de Petrocaribe, entre 2008 y 2016, la mitad de los recursos generados por el programa durante ese período.
Moise, a quien algunos miembros de la oposición acusan de comprar votos en el parlamento para sus nominados a primer ministro, niega haber actuado mal, y por eso su Gobierno no ha investigado más.
Precisamente, Haití ocupó el puesto 161 de 180 países en la encuesta mundial de corrupción de Transparencia Internacional de 2018.
La inestabilidad política
Haití ha luchado por lograr la estabilidad política desde que un levantamiento popular en 1986 puso fin a 28 años de la dictadura de Francois «Papa Doc» Duvalier y su hijo Jean-Claude «Baby Doc» Duvalier.
Desde entonces, las últimas décadas han estado marcadas por golpes de estado, disturbios, desastres naturales e intervenciones extranjeras. La inestbilidad ha sido tan fuerte que solo dos presidentes han logrado cumplir su mandato completo.
En términos actuales, Haití no tiene un gobierno formado desde marzo, ya que Moise no ha podido lograr que la oposición se sume a sus nominaciones de Primer Ministro, recuerda Reuters.
El país había recibido mucha ayuda a raíz del terremoto de 2010 que dejó alrededor de 300,000 muertos. Aunque esa ayuda se ha reducido, Moise no economiza gastos, lo que significa que el déficit presupuestario se ha profundizado a niveles récord, según el economista haitiano Kesner Pharel a Reuters.
Adicionalmente, el primer ministro designado, Jean Michel Lapin, no ha podido presentar ante el Parlamento su programa de Gobierno, pues los sectores opositores en el ente legislativo lo han imposibilitado de ello.
Según EFE, el jueves 10 de octubre, Lapin fracasó por tercera ocasión consecutiva en dar a conocer su plan de Gobierno, luego de que senadores opositores crearan un caos en la sesión, lanzando mesas y sillas al aire.
La pobreza récord
De acuerdo con el Banco Mundial, más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y sobrevive con menos de 2,4 dólares estadounidenses al día.
La moneda local se ha depreciado alrededor de 30 % frente al dólar en el último año. Al mismo tiempo, la inflación está en torno al 20 %. La principal fuente de divisas de Haití son las remesas.
Alrededor de la mitad de la población estaba desnutrida el año pasado, según las Naciones Unidas, mientras que muchas franjas del país no tienen acceso a electricidad, agua potable, saneamiento básico o atención médica.
Como resultado, muchos haitianos han perdido la fe en la política, al punto que solo el 21 % del electorado acudió a las últimas elecciones presidenciales en 2016.
La respuesta del Gobierno
Moise, a quien le quedan dos años en su mandato, no ha tomado medidas públicas concretas y contundentes para abordar los reclamos y exigencias de la población desde que estallaron las protestas hace más de un año.
En medio de acusaciones de un vacío de liderazgo, el Presidente se dirigió por primera vez a la nación dos semanas después de los disturbios, en un discurso pregrabado transmitido por televisión en horas de la madrugada, en el que hizo un llamado al diálogo y la unidad.
Esta semana nombró una comisión de siete políticos de su propio partido para liderar las discusiones y encontrar una solución para poner fin a la crisis.
Por su parte, la oposición radical dice que el tiempo para el diálogo ya pasó, dejando en claro que continuará convocando protestas hasta que Moise renuncie. Incluso, el 1 de octubre crearon una comisión de nueve miembros para supervisar una “transición ordenada del poder”.
Incluso, algunos políticos y sectores de la sociedad, como la comunidad empresarial, que habían respaldado previamente a Moise, están comenzando a cuestionar su capacidad para sacar a Haití de su crisis actual, reseña Reuters.
El líder del Senado, Carl Murat Cantave, le pidió en un discurso que ponga «todas las opciones sobre la mesa», incluida la de acortar su mandato para dar paso a un nuevo presidente.
Moise fue elegido en 2017 y le quedan dos años de mandato. En su campaña prometió «comida en cada plato y dinero en cada bolsillo», pero desde entonces solo se ha reducido el poder adquisitivo de las personas.
Un periodista asesinado
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) denunció esta semana el asesinato de Néhémie Joseph, reportero de las estaciones privadas Radio Panic FM y Radio Méga.
El comunicado social fue encontrado muerto en su automóvil en el área de Bayas, en la ciudad de Mirebalais. De acuerdo con la agencia AP, el periodista recibió varios disparos en la cabeza, según los informes.
Por ello, el CPJ instó a las autoridades haitianas a emprender una investigación rápida y exhaustiva sobre el asesinato y garantizar que los responsables comparezcan ante la justicia por el crimen.
Semanas atrás, la Asociación de Periodistas Haitianos denunció que Joseph había recibido amenazas de muerte -contra él y sus familiares- a través de Facebook y WhatsApp.
Al respecto, Telesur recordó que a finales de septiembre, a través de Facebook, Joseph denunció a a dos importantes políticos, tras lo cual advirtió recibió amenazas contra su integridad física y fue responsabilizado de incitar las protestas pacificas en la región.
Según el CPJ, en la publicación Joseph nombró a dos políticos, uno de los cuales actualmente ocupa un cargo público, y dijo: «Escuché que hay un complot para matarme, dieron mi nombre a su gente y tratarán de matarme».
Sobre ello, la Policía Judicial le dijo al CPJ que habían iniciado una investigación, pero no podían proporcionar más detalles. No obstante, sostienen que no hay relación entre la denuncia del periodista y su posterior asesinato.
Se trata del tercer asesinato perpetrado contra un periodista en suelo haitiano este año. Curiosamente, según expone Telesur, los comunicadores ultimados fueron relacionados con importantes investigaciones en casos de corrupción.
Chery Dieu-Nalio, un fotógrafo de la agencia AP, recibió un disparo en la cara con un fragmento de bala el pasado 23 de septiembre, cuando el senador Jean Marie Ralph Féthière disparó una pistola contra una multitud de manifestantes cerca del edificio del Senado en Puerto Príncipe, informó el CPJ.
También este año, otro periodista recibió un disparo mientras cubría manifestaciones antigubernamentales, dos comunicadores sobrevivieron a los intentos de disparos, y Pétion Rospide, de Radio Sans Fin, fue asesinado a tiros. El CPJ está investigando si la muerte de Rospide estuvo relacionada con su periodismo.
«Los funcionarios deberían tomar medidas rápidas para garantizar la seguridad de los periodistas e investigar amenazas como las que están en contra de Néhémie Joseph. Lo que debería haber sido una investigación sobre amenazas ahora es una investigación sobre asesinatos», dijo Natalie Southwick, coordinadora del Programa del CPJ Sur y Centroamérica en Nueva York. York.
«¿Cuántos periodistas haitianos más deben ser fusilados antes de que las autoridades reconozcan la grave amenaza a la libertad de prensa?», concluyó Southwick.