Merkel salva su gobierno a costa de endurecer políticas contra refugiados

Con el acuerdo alcanzado, se prevé la creación de "centros de tránsito" desde donde serán devueltos los extranjeros, lo que previsiblemente supone su internamiento y deportación forzosa antes de llegar a Alemania

Merkel salva su gobierno a costa de endurecer políticas contra refugiados

Autor: Chevige González Marcó

La Unión Europea sigue observando cómo sus políticas comunes se desvanecen. Alemania, la capitana de facto del bloque por su capacidad económica, también dejó a un lado los acuerdos en política migratoria y poco tendrá que reclamarle a Italia o a cualquiera de sus vecinos respecto a su posición sobre el tema de los refugiados.

Al final de todo, para la derecha europea, de la cual la canciller alemana, Angela Merkel, es una de sus principales exponentes, más vale su pellejo político que cumplir con los tratados de la Unión.

Este lunes, el ministro alemán de Interior, Horst Seehofer, anunció que llegó a un acuerdo con Merkel en relación con la gestión de los flujos migratorios que llegan al país. Con ello, afirmó, se frenaría la crisis del gobierno alemán.

Seehofer es el líder de la Unión Socialcristiana (CSU) que estaba enfrentado con Merkel por el tema de la migración y los refugiados. Sin la CSU, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel se habría quedado sin gobierno.

¿Qué hay detrás del pacto?

Con el acuerdo alcanzado se prevé la creación de «centros de tránsito» desde donde serán devueltos los extranjeros, explicó Merkel, lo que previsiblemente supone su internamiento y deportación forzosa antes de llegar a Alemania.

Merkel agregó que el acuerdo es el resultado de las negociaciones entre su partido, la CDU, y la CSU, y es «un muy buen compromiso».

La secretaria general de CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, especificó que el acuerdo implica que cualquier inmigrante que pretenda entrar en Alemania sea rechazado en la frontera si previamente se ha registrado en otro país.

Merkel busca asegurar su gobierno y los votos de su coalición

El Plan Maestro

El acuerdo entre los grupos de la derecha alemana es en realidad denominado como “Plan maestro” y fue elaborado por el ministro Seehofer. Aparte de Merkel, casi nadie conoce el contenido de ese documento, pero, desde hace dos semanas, Seehofer y sus correligionarios citan libremente iniciativas asentadas en sus páginas:

«Transferirle beneficios directamente a los refugiados en lugar de dinero, acelerar los procesos de denegación de asilo, ampliar la lista de los ‘Estados de origen seguro’ para repatriar a solicitantes de asilo y crear centros para concentrarlos mientras dure la evaluación de sus casos, en lugar de distribuirlos por los municipios del país y propiciar su integración. Por último, adquirir aviones especialmente para repatriaciones».

En principio, Seehofer propuso impedir que solicitantes de asilo entraran al territorio alemán y Merkel se negó a tomar medidas de esa índole sin coordinarlas con el resto de los socios de la Unión Europea.

Sin embargo, cuando la coalición de Gobierno parecía estar por desmoronarse, el Ministro del Interior retiró su ultimátum y la Canciller dijo estar de acuerdo “sin limitación alguna” con 62 de las propuestas de la CSU. De hecho, parece haber compromiso de cara al punto 63: «los solicitantes de asilo que tengan vetado retornar a Alemania por un tiempo y entren de nuevo a su territorio serán expulsados inmediatamente«.

Tanto la CDU como la CSU están bajo presión en Alemania debido a la manera en que se ha conducido la discusión nacional en torno a la recepción de los refugiados desde 2015. Sus competidores, la formación populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD), se fortalecen con el paso del tiempo. Si la pugna entre la CDU y la CSU se acentúa, es AfD el que sale ganando. Si el Gobierno de Merkel endurece la política de asilo vigente, es posible que el AfD pierda impulso; pero nada es seguro. Una verdadera respuesta al flujo migratorio que viene del Cercano Oriente y de África sólo puede darla Europa.

Los migrantes y los refugiados, para la derecha alemana, parecen ser sólo fichas canjeables por votos en el contexto de una política en la que, por cierto, se inspiró Adolf Hitler: echar la culpa de todos los males a los extranjeros.


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