Cientos de mexicanos celebraron esta Pascua de Resurrección quemando figuras representativas de Donald Trump, motivados por la indignación que les provocaron las palabras del candidato estadounidense, en las que prometió construir una muralla entre su país y México.
El sábado en La Merced, Ciudad de México, los ciudadanos gritaban «muerte» y otros insultos, mientras hacían arder a un Trump gigante de papel maché con traje azul y pelo rubio, rodeado de fuegos artificiales, informa The Independent.
Los medios locales difundieron que fueron quemadas varias efigies de Trump alrededor de la ciudad, desde el área de Puebla hasta el centro industrial mexicano de Monterrey.
En semana santa en México, es usual quemar estatuas que representan a Judas Iscariote, quien según los relatos bíblicos traicionó a Jesús. Además de Judas, estas estatuas suelen simbolizar a políticos que no son queridos por la gente.
«Desde que empezó su campaña y comenzó a hablar de los inmigrantes, de México y de los mexicanos, me dije que tenía que hacer algo con este tipo», dice Felipe Linares, el artista que construyó la maqueta de Trump.
Donald Trump despertó la indignación de los mexicanos cuando hizo la promesa de campaña de construir un «gran, gran muro» entre México y EEUU, si ganaba la carrera hacia la Casa Blanca –un proyecto que, según dijo, sería financiado por México.
El empresario multimillonario opinó que el muro era necesario y en un discurso frente a sus seguidores declaró: «México está enviando gente que tiene un montón de problemas, y nos están trayendo esos problemas a nosotros. Están trayendo drogas y crimen, y son violadores».
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, señaló que su país no pagaría por ese muro, mientras el ex presidente, Vicente Fox, comparó al magnate de los negocios con Hitler.
La retórica anti inmigración de Trump ha hecho que los legisladores de Ciudad de México presionen al gobierno federal a tomar acción y prohibir a Trump la entrada al país; moción por la cual votaron favorablemente y de forma unánime.
En muchos países de Latinoamérica es costumbre quemar efigies de Judas. Antropólogos dicen que la práctica o el ritual es un acto colectivo simbólico que mantiene la unión de los pueblos contra un enemigo común.
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Traducción, El Ciudadano