Unos días después de renunciar al Partido Socialista (PS), tras 25 años de militancia, Alejandro Navarro dio el puntapié inicial al Movimiento Amplio Social ( MAS) un proyecto que aspira a convertirse en partido político y que ya apuesta por lanzar una lista propia a las parlamentarias 2009.
Junto a Navarro renunciaron otros 135 militantes y entre ellos 7 que pertenecían al comité central y participaban en el Movimiento Amplio Socialista, facción “díscola” también lideraba por Navarro y antesala del MAS.
El motivo para perder el apellido socialista es que en el MAS conviven distintas identidades partidarias (ex socialistas, ex comunistas), pero principalmente lo conforman movimientos sociales: dirigentes comunales, regionales, forestales, presidentes de juntas de vecinos, jóvenes universitarios, empleados públicos, profesores o sindicatos eléctricos que, pese a las diferencias propias de cada agrupación, tienen como vector común el declararse contrarios a la conducción política de la Concertación y tener una fuerte identidad antineoliberal.
Su actual Secretario General, Francisco Bucat, sostiene que renunció al PS tras 41 años de militancia porque el partido no estaba cumpliendo su rol histórico junto al pueblo. Agrega que “actualmente son uno más de la Concertación” y que, de la mano de Camilo Escalona han perdido el rumbo tanto o más que el conglomerado del arcoiris, al cual critica duramente por su pérdida total de proyecto político.
Bucat coincide con Navarro al diagnosticar que el partido revolucionario al que ingresó en 1967, hoy se ha convertido en gobierno y ha sucumbido ante las políticas neoliberales que tan bien representó Ricardo Lagos y ahora Michelle Bachelet.
En su declaración de principios, el MAS se plantea ante todo como un movimiento antineoliberal, partidario de la nacionalización de los recursos naturales, de un sistema de pensiones justo y de una educación pública de calidad con verdadera responsabilidad estatal; todo esto plasmado en una nueva Constitución nacida al alero de una asamblea constituyente donde la ciudadanía tenga voz y voto.
Felipe Hazbún, quien preside el MAS y además es miembro del movimiento Usocial, nacido en la Universidad de Chile, cree que ha diferencia de la Concertación, ellos aglutinan a fuerzas de izquierda de base, además de grupos progresistas y esto “sin duda sobrepasa al Juntos Podemos” advierte.
De parte de la izquierda extraparlamentaria, la presidenta del Partido Humanista (PH) Marilén Cabrera asegura, que estarían dispuestos a reunirse con el MAS, ya que la idea siempre ha sido tener un candidato único de izquierda lo más consensuado posible. Pero pone la pausa al advertir que los afanes personalistas deben quedar a un lado “ya que no puede venir alguien y pretender imponerse como candidato. Todo se debe conversar primero y acordar lo mejor” asevera.
El reciente pacto por omisión que operó entre la Concertación y el Partido Comunista al parecer gustó también en el PH. Cabrera reconoce que, ante una voluntad mayor de la Concertación por romper la exclusión, estarían dispuestos a discutir y negociar, pero “evidentemente no somos lo mismo”.
En el Partido Comunista los ánimos no son muy distintos y su Secretario General, Lautaro Carmona, no descarta la posibilidad de reunirse con el MAS, pero le ve poco futuro a la idea de ceder a favor de la candidatura presidencial de Alejandro Navarro, aunque éste tiene a su favor haber sido el senador más votado del PS . “Ya tenemos nuestro candidato (Guillermo Tellier) y es el mejor”, advierte Carmona.
“La Concertación hoy sólo administra el modelo, nadie piensa en cambiarlo y lo peor es que no quieren hacerlo”
Aunque desde la Concertación y el PS intentan bajarle el perfil a la renuncia de Navarro, este hecho tuvo una consecuencia inmediata. “Al irse del Partido, Navarro inmediatamente perdió la presidencia de la Comisión de Educación del Senado y al día siguiente Juan Pablo Letelier aprobó la voluntad de legislar sobre la Ley General de Educación. A eso se opone el MAS” dice Francisco Bucat.
De acuerdo a las últimas encuestas, las cartas presidenciales más fuertes de la Concertación son Ricardo Lagos, Eduardo Frei y José Miguel Insulza. En el MAS creen que esta realidad habla por sí sola del nulo recambio “porque siguen sonando los mismos nombres que hace dos décadas. Son candidatos que ya sobrepasan los 60 años”, advierte Felipe Hazbún
Según el sociólogo Víctor Orellana, no es casual que los jóvenes se inscriban cada día menos en los registros electorales y que los nuevos movimientos sociales, incluso las tribus urbanas, se refugien en sí. Porque “la Concertación ya no es una alternativa y la transición terminó por matar a los ciudadanos” recalca.
Francisco Bucat asegura con algo de nostalgia que “la Concertación ha muerto en espíritu y hoy es sólo administrador de un modelo y no hay nadie pensando para cambiarlo, pero eso no es lo peor; lo peor es que nadie quiere cambiarlo”.
Por Lisette Fuentes Lorca