Mujica critica la clase política que vuelca toda su energía en actividades proselitistas y a multiplicar riquezas

«Saber que en la vida nos vamos y hay que acordarse de los más débiles, con los cuales tenemos una deuda social muy fuerte en la historia de toda América Latina», fue lo que dijo Pepe Mujica en Guatemala, lugar en el que participó en un foro centroamericano, según informa el diario ‘Granma‘.

«Nadie nos va a regalar la prosperidad. La prosperidad depende de nosotros mismos», agregó el ex presidente uruguayo, apuntando a que el Estado tiene la obligación de ser «el escudo de los pobres» y «cuidar a su pueblo y gente».

Es increíble escuchar las palabras de Mujica, sobre todo desde un país como el nuestro en el que el Estado, no es garante de nada. No tenemos educación, salud, vivienda, los artículos de primera necesidad valen como si fuera un lujo y el pasaje transporte «público» cuesta como si arriba fueran azafatas ofreciéndote un «traguito» para amenizar el viaje, cuando la realidad es que nunca nadie en nuestra historia había agarrado tanto poto junto porque tenemos que llevar nuestros bolsos y mochilas abajo y quedan más o menos a la altura, lo que nos lleva a un toqueteo obligado por la proximidad que nos obliga el horario y el espacio conjugado.

Suena realmente bello eso de que el estado debe ser el «escudo de los pobres» y suena noble para un país como el nuestro, en el que los pobres estamos totalmente desamparados, mientras que los torturadores se recluyen en cárceles de lujo y se mueren con rangos militares en el hospital militar -que también es de lujo- gracias a los impuestos de todos los chilenos.

Además, Mujica se dio el tiempo de criticar el sistema capitalista y los efectos de este en el ser humano, especialmente en los países latinoamericanos, que cuentan con una «gran desigualdad social«. José Mujica reprochó también a la clase política que vuelca toda su energía en «actividades proselitistas» y en «multiplicar riquezas«, lo que conduce, dijo, a la corrupción y a las injusticias sociales.

Mucho de eso hemos visto este último tiempo en Chile. Por eso es necesario revisar las palabras de un hombre que no utilizó la política ni un espacio de poder para volverse un sujeto distinto del que llegó al cargo y por el que todos votaron.