En 2003 el ex senador Nelson Ávila presentó el primer proyecto de ley para despenalizar el cultivo de marihuana. No tuvo el apoyo de ningún parlamentario. Un año después era el único voto en contra de la ley 20.000, ocasión que aprovechó para enrostrándole a sus colegas que “castigan y penalizan hasta el infinito al drogadicto pobre, al microtraficante, pero exoneran por completo a la sociedad que los genera. Pueden sentirse muy satisfechos, señores: ya han puesto a Chile en el primer lugar en América Latina en cuanto al número de presos por cada cien mil habitantes”.
Hoy el Parlamento ha cambiado y hace pocas semanas por 68 votos a favor, 39 en contra y 5 abstenciones la Cámara de Diputados aprobó legislar un proyecto de ley que despenaliza el autocultivo, porte y uso medicinal de marihuana.
En 2004 te enfrentaste a un Congreso que aprobó por unanimidad la ley 20 mil de drogas ¿qué crees que cambió respecto de aquella vez con la sesión que aprobó legislar sobre la despenalización?
– El cambio fundamental viene por el lado de la sociedad chilena. Esta es mucho más sensible a los argumentos en favor de la despenalización del cannabis por sus propiedades terapéuticas. Mucha gente además la ha utilizado para atenuar los efectos de la quimioterapia y en casos de dolores reumáticos severos. Por otro lado, también se capta muy claro que la prohibición favorece a las mafias y no aporta nada a la supuesta lucha contra la drogadicción.
Sinceramente ¿qué futuro le ves a este proyecto?
– Al final creo que terminará imponiéndose los prejuicios de siempre junto con la modalidad gatopardiana de legislar. Esto es, unos cuantos cambios insustanciales y todo queda igual o peor que antes.
¿Qué pasa al interior de la Nueva Mayoría que el psiquiatra Mariano Montenegro termina siendo el principal responsable de la actual política de drogas?
– Así como no hay manera de entender ciertos nombramientos de ministros e intendentes, lo mismo acontece con este personaje que parece sacado de Paz Ciudadana. O, formado en esas fundaciones de la UDI que se inscriben en la llamada guerra contra las drogas, impulsada por EE.UU. y bendecida por los propios narcotraficantes.
¿Que caminos encuentras que llevaran a la despenalización del cannabis?
– Se requerirá ampliar la conciencia en la ciudadanía acerca del daño que produce la absurda legislación vigente. Los jóvenes dentro de sus luchas por cambios en la educación, deben impulsar también el respeto al derecho a decidir por si mismos y a no ser tratados como delincuentes por consumir determinadas sustancias. Se requiere más educación que represión.
M. B. R.
@kalidoscop
El Ciudadano
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