La UDI tuvo un respiro cuando estalló el caso Caval. Las miradas se desviaron del caso Penta y los miembros del partido gremialista pudieron hacer de las suyas dirigiendo la atención hacia el hijo de la Presidenta, su esposa y el ‘creditazo’ que ambos pidieron a Andróniko Luksic.
Sin embargo, con la formalización a los diez imputados del caso Penta, donde además de los mecenas y financistas de las campañas de los senadores UDI, figuraban miembros del partido reconocidos por su ejercicio político, como es el caso de Carlos Bombal y el ex ministro de Piñera, Pablo Wagner. A pesar de que Iván Moreira, Ena Von Baer, Jovino Novoa, Laurence Golborne, Pablo Zalaquet y Ernesto Silva no han respondido por su vinculación al escándalo, Chile no se ha olvidado de que también están metidos hasta el cuello en el fraude económico y electoral que implica el caso Penta.
En el marco del desprestigio e ilegitimidad que esta enfrentando toda la clase política producto de los escándalos ‘gate’, la UDI se ha visto fuertemente golpeada producto de la vinculación y las investigaciones contra sus personeros históricos. Con ese panorama, tanto el partido socio -Renovacion Nacional- y los miembros de la UDI que han sido salpicados por el caso Penta han presionado insistentemente para que la directiva del partido ‘popular’ tome cartas en el asunto y desvincule a los Penta-involucrados de sus filas. Sin embargo, el propio presidente de la colectividad, Ernesto Silva ha sido vinculado al escándalo, de manera que las determinaciones han sido tibios intentos por bajar el perfil del asunto y dejar todo en manos de la justicia, a la espera que la investigación pruebe la participación de Von Baer o Moreira, por ejemplo.
Tras la presión desde el interior del partido, desde los vecinos de RN y el desprecio popular, la UDI realizará un Consejo Directivo Ampliado para dar cara a la contingencia y determinar las lineas de acción que seguirán para enfrentar la ola de críticas y repudio a sus militantes. El timonel del partido, Ernesto Silva señaló que «discutir los temas relevantes que nuestros dirigentes esperan debatir sobre el futuro del país, sobre la coyuntura que enfrentamos y sobre los enormes desafíos a un año de gobierno de la Nueva Mayoría que vemos que ha generado un retroceso importante en el país y en un contexto de crisis de confianza que se necesita liderazgo político». En cuanto a la presión emanada desde el interior del partido, Silva dijo que «las instituciones de los partidos están abiertas a todo tipo de discusión y ese es el debate que se tiene que tener, de ideas, y esa es la UDI que a mi me gusta, con distintas visiones, pero que actúa en unidad. Sin exclusión».
Y claro, qué más podía esperarse del presidente del partido, si él mismo está siendo cuestionado por tener conflicto de intereses en la legislación de la Ley de Isapres y la información que le requería su tío político Carlos Eugenio Lavín como un respaldo de que también participó de las oscuras maniobras UDI-Penta. Ernesto Silva ha representado muy bien a la UDI, pues espeja fielmente ese retrato populista y añejo que pretende engañar o despistar a la ciudadanía jugando al empate con la Nueva Mayoría. Su estrategia de no tomar medidas contra los involucrados en Penta, a pesar de que a es sabido cómo y quiénes están involucrados en los financiamientos irregulares a campañas electorales. Ernesto Silva esperará el fallo de la justicia para ver qué hacer con sus filas y en tanto se reunirá en un Consejo Directivo Ampliado que no hará más que repetir los errores del Gobierno, de jurar lealtad a sus militantes, y todo el discurso cara de palo de la UDI. Por ello, a pesar de cualquier reunión, consejo y determinación la UDI no se salvará, el descrédito y la desconfianza es una realidad y el caso Penta, la gota que rebalsó el vaso y los empujó al vacío.